Empaques virtuales Vs empaques reales

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Vivimos una época de muchísima productividad y competencia, de modo que distinguirse se ha vuelto una prioridad para las marcas de prácticamente todos los sectores comerciales. Contrario a lo que suele pensarse, ofrecer una alta calidad y un precio razonable no son suficientes para mantenerse competitivo o marcar una diferencia significativa.

Frente a este panorama, la forma en que los productos se presentan al mercado ha cobrado una importancia antes menospreciada. Estudios han comprobado que la decisión final de compra se toma en el punto de venta y depende de muchos factores, algunos no controlables por la marca como el estado de ánimo y las preferencias del cliente, y muchos otros en los que la publicidad y la mercadotecnia desempeñan un papel fundamental.

El empaque, por supuesto, es una de las armas más poderosas de las marcas para generar empatía con su cliente y la industria gráfica ha sido protagonista en el desarrollo de empaques creativos. Aunque no todos los productos parecieran necesitarlo por efectos mercadológicos, un empaque de alta calidad puede garantizar el buen estado de un producto e incluso aumentar su credibilidad en el mercado.

Creatividad en masa
El mayor reto a la hora de apostar por un empaque innovador y atractivo no es el trabajo creativo, sino la tarea de hacerlo real en miles de reproducciones. No es que concebir un diseño creativo sea fácil, pero tener una idea y llevarla a la práctica son procesos muy distintos; si hablamos de macro producciones, la tarea se vuelve más compleja.

Es esta la principal motivación para hacer prototipos de empaque. Trabajar con una previsualización ayudará a la marca a asegurarse de que ha elegido correctamente los materiales y un diseño que potencia los beneficios del producto, lo mantiene en buen estado y además resulta atractivo. Ya sea que se trate de alimentos u otros productos perecederos, o no, los empaques deben cumplir con ciertos requerimientos y normativas que van desde el tipo de información que se incluye, hasta su resistencia a distintos agentes de desgaste. Si se hace prototipo de un empaque la marca podría prevenir errores de manufactura y diseño y así ahorrar mucho dinero.

De la cabeza a la realidad
La decisión de renovar el empaque de un producto debe seguir cierto orden para llegar a un buen fin; el primer paso consiste en hacer una evaluación de materiales para elegir los más adecuados según las necesidades del producto. Por ejemplo, cuando se trata de alimentos, los materiales deben contribuir a su durabilidad, mientras que objetos de cristal o de estructuras delicadas requieren empaques que los protejan de impactos.

Una vez elegido el material más adecuado, llega el proceso de prototipado, que consiste en diseñar las posibles formas que podría tener el empaque, para lo cual es importante conocer las cualidades de cada material como su flexibilidad, capacidad de adhesión, resistencia a la humedad y posibilidades de impresión.

En la actualidad existe una gran variedad de softwares para diseñar prototipos de empaque y algunos han dado un paso más allá de la pre visualización del producto. A continuación, algunas de las herramientas digitales más recomendables para estos fines:

CAD (Computer Aided Design) es uno de los softwares más populares en sectores como la arquitectura, ingeniería, medicina e industria gráfica. Se trata de un programa informático con herramientas para crear representaciones gráficas de objetos físicos en dos o tres dimensiones, y realiza los cálculos necesarios para determinar la forma y tamaño óptimos del objeto en relación a la figura humana o el ambiente en que será colocado.

Gracias a las herramientas que provee CAD, el diseñador es capaz incluso de analizar las capacidades de ensamblaje que tendrá el modelo y de esta manera reducir al mínimo la impresión de prototipos antes de llegar al producto final. Para una mejor obtención de resultados, CAD ofrece diversas suites de trabajo especialmente orientadas a distintas necesidades del usuario, entre ellas, Solid Edge facilita el diseño 3D, la simulación, fabricación y gestión del diseño, mientras que Fibersim soporta el diseño único y ofrece metodologías de fabricación necesarias para diseñar productos innovadores, duraderos y ligeros.

El proceso a seguir con CAD es muy amable para el usuario, pues le permite trabajar con estructuras ya existentes; es decir, para crear un empaque nuevo, el diseñador puede descargar de internet o crear él mismo una forma 3D predeterminada, abrirla en la interfaz de CAD y modificarla según las necesidades del producto a empacar. De esta manera, el diseñador trabaja en 2D cada una de las caras de la figura y posteriormente las coloca sobre la misma. Por ejemplo, en el caso de un empaque de forma cúbica, el usuario diseña seis caras independientes, carga un cubo en tercera dimensión a la plataforma y la “viste” con las caras planas. Sobre ese molde puede realizar los acabados necesarios como texturización, medidas precisas e integración de las caras. Para presentar una pre visualización al cliente, el diseñador genera una especie de animación en la cual se ven a detalle cada una de las caras de la figura. Si el diseño es aprobado por el cliente, antes de hacer una prueba de impresión el diseñador “descompone” la figura en caras y les agrega una pestaña de adherencia en cada punto donde las caras deberán ensamblarse. De esa manera se genera un mapa plano de la figura y éste es el documento que se manda a imprimir primero como prototipo y posteriormente en masa. 

La familia ADOBE es también una plataforma muy usada para el diseño de prototipos de empaque, destacándose el software Illustrator. Se trata de un programa muy fácil de usar particularmente cuando se trata de diseños 2D, ya que cuenta con una amplia cartera de herramientas de vectorización que permite crear logotipos, iconos, bocetos, tipografías y complejas ilustraciones para cualquier formato: impreso, web, interactivo, video y móvil, es decir, las aplicaciones más útiles en un proceso de prototipado.

En Illustrator el diseñador genera placas en 2D desde cero, es decir, no trabaja sobre figuras prediseñadas, sino que con las herramientas allí disponibles genera un mapa plano de figuras geométricas o asimétricas y trabaja cada una de las caras a conciencia de su dirección y tamaño en el armado final. Usar esta plataforma significa que el prototipo se imprimirá varias veces hasta elegir el diseño final, puesto que la visualización en dos dimensiones no es tan fiel como la 3D.

Antes de imprimir las pruebas, el diseñador integra las pestañas de ensamblaje del empaque y esto reduce los tiempos de prototipado, pues una vez que el empaque es aprobado, no hace falta más trabajo que enviar a imprimir las placas.

En la búsqueda de alcanzar la mayor calidad posible, los diseñadores de empaques recurren a distintas técnicas de prototipado, desde las clásicas como un diseño 2D, hasta uno en tercera dimensión con información de embalaje impresa y, en años más recientes, la de simulación en el mundo real. Ésta técnica consiste en crear videos, ya sean interactivos o no, del lugar en que serán colocados los productos para visualizar su exposición y tamaño. Por si esto ni fuera suficiente, Esko ha apostado por la realidad virtual con su más reciente cartera de software.

Esko Studio es un software específicamente creado para el diseño de empaques en tercera dimensión capaz de detectar los errores antes de confeccionar las planchas de impresión, los troqueles para embutido o las mantillas para barniz que se usarán durante el proceso de impresión. Además permite comprobar las desviaciones de alineación de los paneles y detectar a tiempo errores estructurales.

Sin duda, una de las más atractivas innovaciones de Esko Studio es la aplicación Studio Store Visualizer, la cual permite comprobar el impacto visual de un diseño en el espacio en que será colocado. Se trata de crear un entorno virtual de retail en el cual el cliente puede ver su diseño en los estantes, junto a la competencia y otros expositores. Con esta aplicación, el diseñador puede crear su propio establecimiento, eligiendo el estilo del techo y el sueño, configurando los pasillos y la estructura de los estantes; si se desea por el contrario trabajar con una tienda real, también es posible usando una fotografía esférica de 360 grados del establecimiento y colocando maquetas virtuales en las zonas vacías. Para que la experiencia sea más real y los resultados más fieles, el diseñador puede colocar artículos en el suelo o las paredes, decorar los estantes y variar incluso la intensidad de la luz. La animación proporciona libertad y los detalles físicos añaden el realismo que puede convencer a una marca de elegir el mejor empaque.

Ya que se trata de una experiencia más cercana a la realidad, el proceso de prototipado en esta plataforma es más complejo y detallado. Podríamos decir que pasa por la fase 3D, trabajando de forma similar a CAD; luego se crea una realidad virtual en la cual montar el producto y finalmente, una vez aprobado el empaque, se hace el diseño en 2D para mandar a imprimir

Es importante mencionar que la impresión en 3D cada vez tiene mayor aceptación en esta industria y, en el caso de trabajar con CAD o con Esko Studio, los diseños en tres dimensiones pueden mandarse a imprimir directamente en una impresora 3D, sin pasar por el proceso de diseño 2D y el ensamblaje. En caso de elegir esta opción, el material más usado son los plásticos termoformables ABS y no es necesario ningún otro consumible como tintas o adhesivos.

Aunque algunas técnicas de prototipado pudieran parecer más atractivas que otras, cabe destacar que no todos los diseños de empaque requieren el mismo nivel de sofisticación, incluso en algunos casos es recomendable combinar distintas técnicas antes de elegir los prototipos que se llevarán a la impresión. 

Una vez que el prototipo es aprobado por el cliente, independientemente de las herramientas de pre visualización que se utilicen, deberá hacerse una prueba de materiales para asegurarse de usar el más adecuado según el diseño y el producto que se empacará. Aunque lo ideal es imprimir los prototipos de empaque en el material final, a veces se hacen pruebas con sustratos más económicos. El cartón es el material más usado en el mercado del embalaje, destacándose los siguientes tipos:

Cartón sólido: gracias a su dureza, también es conocido como tabla de cartón, es delgado y muy firme, con una cara lisa revestida y suave para facilitar la impresión. Es plano y resistente al agua.

Cartón gráfico: es un material muy fino que suele usarse como cobertura de cartón más grueso; se fabrica presionando varias capas de papel untadas en adhesivo y es ligeramente poroso. Ya que es moldeable, suele usarse como un complemento de materiales más resistentes.

Cartón piedra: se le conoce así por su dureza y estabilidad, se fabrica con papel reciclado compacto y pegamento y es muy resistente, por lo que es ideal para empaques.

Cartón couché: es un material ligero y delgado cuya superficie está cubierta por una o varias capas de papel coloreado, existen diversos tipos y suele usarse para empacar productos resistentes.

Cartoncillo: se trata de uno de los materiales más usados en el embalaje, sobre todo para productos con gran volumen de ventas, ya que es fino y ligero pero muy resistente, pues debe su delgadez a lo compacto del papel. Existen cuatro tipos de cartoncillo, el sólido blanqueado, que se obtiene con pasta química blanqueada al interior y estuco en las capas externas; el sólido no blanqueado, más resistente y muy popular en el empaquetado de bebidas; el folding, que se compone de varias capas de pasta química y es recomendable para productos que necesitan frío como envases para congelados; y el cartoncillo de fibras recicladas.

Cartón corrugado: muy popular gracias a su resistencia, se trata de una superposición de papel similar a la de un sándwich, la capa central es ondulada y la superior e inferior son planas y más gruesas, por lo que es muy resistente a los impactos y contribuye a mantener los productos en buen estado. Existen muchos tipos de cartón corrugado y se diferencian por su grosor, es decir, por la cantidad de capas que lo componen.

La elección del material dependerá de las necesidades del producto, si el empaque demuestra ser útil en el sustrato elegido, entonces se procede a la producción en masa, que consiste en impresión y ensamblaje. Ya sea que se recurra a la impresión digital, serigrafía o flexografía, suelen usarse tintas base agua por la rapidez con que se secan.

Cualquiera que sea la técnica de impresión, elegir equipos de alto rendimiento garantiza mejores resultados; las marcas San Roque, Ryonet, Vastex y M&R son buenas opciones para trabajar con serigrafía; Esko y Comexi alcanzan grandes resultados en flexografía; y Epson, Roland y Durst son recomendables para impresión digital.

Del material que se elija para imprimir los empaques dependerán los acabados que éstos reciban. El cartón, por ejemplo, suele pasar por un proceso de laminado o encerado que lo hará más resistente a la humedad. De acuerdo al tipo de diseño que se trabaje, éste podría ser decorado con foil, vinil, plástico u otros elementos. Todos estos acabados están destinados a hacer el empaque más resiste o más atractivo. El ensamblaje, por su parte, suele hacerse con pegamentos blancos de gran adherencia o, en el caso de cajas enceradas, con silicona transparente.

El proceso de prototipado de un empaque puede llegar a ser muy costoso, sobre todo si se utilizan herramientas muy sofisticadas o se hacen muchas pruebas de impresión, por eso es recomendable evaluar la necesidad de un prototipo y qué tan necesaria es su previsualización con un grado muy alto de realismo. Aunque se está abriendo este mercado, hasta ahora el diseño de prototipos es una herramienta que utilizan las marcas más competitivas de distintos mercados.

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