Los últimos cinco años han sido determinantes para la industria textil en latinoamérica, pues han sido de un crecimiento sin precedentes, sobre todo en países como Brasil y Colombia que han incursionado tan exitosamente en el mundo de la moda.
Los nuevos desarrollos tecnológicos en materia de equipos y técnicas de impresión, tintas, softwares de diseño y más, no son más que una respuesta a las tendencias del mercado, que ha encontrado en el textil una oportunidad no sólo de negocio, sino de profesionalización del diseño que no ofrece ningún otro sustrato.
Pero volvamos a los orígenes, la utilización de telas en las industrias más variadas y con fines de todo tipo no es ninguna novedad, desde hace algunos años los textiles incluso han sustituido a otros sustratos en aplicaciones publicitarias, y las técnicas de impresión sobre tela no han dejado de evolucionar, todas ellas se renuevan constantemente e integran novedosas aplicaciones que se adaptan a las necesidades del cliente. Entonces, ¿a qué se debe que los fabricantes de equipo tengan tanta atención en el desarrollo de nuevas tecnologías de impresión textil? La respuesta es sencilla: demanda. El público lo está pidiendo.
La historia se repite
Durante muchos años el offset fue el único sistema de impresión de revistas y todo tipo de publicaciones, pues permitía la producción en masa a precios razonables y competitivos; sin embargo, tuvo que surgir la impresión digital para cubrir las necesidades de los productores más pequeños que estaban en busca de herramientas; su éxito, como el de la impresión digital textil ahora, radica en la necesidad de personalización del hombre, potenciada sobre todo en las últimas generaciones.
La gran mayoría de las prendas que usamos diariamente son producidas mediante técnicas análogas como la flexografía, serigrafía o rotativa, que permiten producciones inmensas distribuidas a lo largo de todo el mundo, algo que, al parecer, no les a trae a las nuevas generaciones.
Se calcula que los jóvenes nacidos entre los inicios de la década de los ochenta hasta los inicios de los años 2000, generación popularmente conocida como “millennial”, representarán cerca del 50 por ciento de la población en 2020, de modo que sus necesidades están comenzando a determinar el rumbo de muchas industrias; particularmente hablando de la textil, se ha visto influenciada por tres características específicas:
Necesidad de originalidad: tanto en los alimentos que consumen, las actividades que realizan o la ropa que visten, los jóvenes están en la constante búsqueda de ser únicos y establecer sus propias tendencias. Particularmente hablando de la moda, existe una presión muy fuerte sobre la forma de vestir y todo apunta a que cada vez más la necesidad de personalización será una prioridad.
Consciencia ecológica: afortunadamente, desde hace ya algunos años, el interés por el medio ambiente se ha hecho latente sobre todo en los jóvenes, que ahora dan importancia a los procesos de fabricación de los productos que consumen. En el caso de la industria textil, esta situación ha favorecido el crecimiento de las técnicas digitales, pues algunos procesos tradicionales producen contaminantes o usan mucha agua.
Inmediatez: principalmente influenciados por la velocidad del acceso a la información, las sociedades actuales exigen rapidez en todo lo que consumen, de modo que las técnicas digitales de impresión han puesto principal interés en agilizar los tiempos de producción.
Distintos caminos, un mismo destino
Básicamente, existen tres formas de incursionar en el mercado de la impresión textil. El primero es una cuestión de modernización y atañe a los impresores de comunicación visual que han estado en la industria durante muchos años, ofreciendo los servicios que el público ha ido demandando. En los últimos años hemos sido testigos de cómo este sector ha integrado las telas e incluso ha sustituido con ellas algunos sustratos tradicionales. La resistencia de los textiles, su sencilla transportación y almacenamiento, además de su valor ecológico y la fidelidad al color que logra, son algunos de los motivos de este fenómeno.
La segunda forma de acercarse a este nicho de mercado es para las empresas que actualmente se dedican a la impresión de textil con técnicas análogas, que tarde o temprano deberán integrar sistemas digitales, pues esto les permitirá trabajar tirajes cortos que se adapten a las necesidades del cliente.
Y finalmente, pero no menos importante, otra forma de abordar la impresión textil digital es comenzando desde cero, invirtiendo en una industria que se encuentra en un momento definitorio, a la alza no sólo en demanda sino en el perfeccionamiento de la técnica. Por supuesto, esto involucra ciertas complicaciones, como el desconocimiento del mercado, lo cual es natural siempre que se incursiona en un sector comercial.
El diseño primero
El diseño de modas fue durante mucho tiempo una disciplina exclusiva y de difícil acceso que daba poca oportunidad de reconocimiento a los diseñadores emergentes, situación que poco a poco está cambiando en gran medida gracias al surgimiento de técnicas de impresión digitales. Debido al factor temporario de esta industria, que divide su producción anual en estaciones, el trabajo del diseñador es muy exigente, no sólo en la creación de nuevas prendas, sino de novedosos estampados y combinación de telas y texturas; complicación que se ve reducida con el uso de estas técnicas.
Más allá de favorecer la inmediatez que el público busca con ansias, la impresión digital de telas ha representado una importantísimo aporte a la industria de la moda, particularmente para el surgimiento de nuevos talentos y para facilitar la tarea de los ya posicionados.
Más de una oportunidad de negocio
Sin embargo, la moda no es la única industria que puede favorecerse con el perfeccionamiento de la impresión textil, si ponemos atención notaremos la fuerte presencia de las telas en nuestra vida cotidiana, una razón más para incursionar en este negocio.
Decoración de interiores: una nueva cultura de embellecer el hogar ha caracterizado a las nuevas generaciones que, en la medida de lo posible y con los presupuestos más diversos, se preocupan por la decoración de su espacio personal. Esto representa una interesante oportunidad de negocio para los impresores de textil, pues además de los usos tradicionales que las telas tienen el hogar, como la ropa de cama, las cortinas, la mantelería y más, existe la opción de imprimir textiles que posteriormente se convertirán en papel tapiz decorativo o en la tapicería de muebles, favoreciendo así la personalización del hogar a precios razonables. Se estima que para 2019, este tipo de aplicaciones incrementarán su popularidad en un 11 por ciento.
Publicidad y punto de venta: las marcas están optando por usar telas en sus displays informativos o en la decoración de sus puntos de venta, esto debido no sólo a su apariencia más orgánica, sino ala facilidad de montaje y almacenamiento que implica, además de los colores que logra.
Promoción: sobre todo por su cualidad ecológica, las telas se han convertido en el sustrato favorito de productos como las bolsas promocionales que se han popularizado tanto en los últimos años.
Moda: una vez más la industria de la moda; la impresión digital puede favorecerla con la elaboración de prototipos o de prendas con potencial comercial, dependiendo de su calidad y las necesidades del mercado. Se prevee un crecimiento del 14 por ciento para este sector en los próximos años.
Un reto para el impresor
Se dice que la industria textil es más exigente que la industria gráfica sobre todo por sus necesidades de estandarización, pues los diseñadores, tan relacionados con este sector, esperan que sus creaciones se reproduzcan con una fidelidad absoluta no sólo de color, sino de textura y acabado.
Para cumplir con las exigencias del mercado, el impresor que pretenda incursionar en la industria deberá tener en cuenta la importancia de contar no solo con equipos de impresión de alta calidad, sino con un software de gestión de color que permita producir en serie con idénticos resultados.
Además es fundamental contar con las herramientas necesarias para la automatización del proceso de impresión, pues incluso con la asesoría meticulosa de un técnico, pueden producirse errores quizá no visibles en un inicio. Por ejemplo, con la impresión de patrones es importante entender que no se trabaja un diseño con las dimensiones reales del sustrato, sino un pequeño archivo que se repite horizontal y verticalmente.
Es de vital importancia para todo aquel que desee entrar en esta industria comprender que, a diferencia de otros sustratos, el control de calidad en textiles es más exigente, pues es necesario trabajar bajo una norma que verifica la calidad del color, para lo cual existen softwares específicos que además de regular la fidelidad al color, son capaces de calcular el consumo de tinta y su relación precio-consumo.
Aunque será un reto de cualquier manera que se incursione en este sector, el futuro es prometedor para la impresión digital textil en cualquiera de sus aplicaciones, y los próximos años serán determinantes, así que es un buen momento para unirse a la tendencia.