Existen prácticas en las empresas de impresión digital que generan baja productividad y una baja en las ganancias. Una de ellas es el control del color, que si se encuentra bien estructurado puede generar ahorros considerables para nuestro negocio.
¿Cuántos de nosotros no hemos tenido algún problema con el color? ¿Cuántas veces el cliente nos ha llegado a decir quiero un “rojo manzana” o un “azul cielo”? Pero el color es subjetivo, depende de quien lo observa y de los términos que ésta persona utiliza para describirlo. Por ejemplo, si se trata del azul del cielo, ¿de qué hora del día estamos hablando?, ¿es un cielo de playa o de ciudad? Sabemos que hay muchos factores que influyen en la percepción de los colores, desde el sexo del usuario, hasta la iluminación, el papel, las tintas e incluso el clima del día en que se realizó la impresión.
¿Por qué es tan útil?
Disponer de sistemas de medición de color no sólo va a generar confianza en nuestros clientes, sino también atraer más trabajos. Asimismo, sirve para mejorar nuestra productividad, ahorrar en tiempos e insumos y, en consecuencia, obtener al final una ganancia a partir de estos ahorros.
Según Mariana Sierra, directora general de Standard Color –compañía dedicada a la asesoría en color y certificación G7-, una empresa puede ahorrar hasta 700 mil pesos al año tan sólo en insumos.
La industria pasa actualmente por un momento peculiar, ahora muchos de los clientes piden lo que se llama “procesos cruzados”, que se refiere a imprimir un mismo trabajo en distintas técnicas como, por ejemplo, impresión digital y flexografía, u offset y sublimación. Hay empresas que cuentan con estos procesos cruzados, impresores de offset que también imprimen en digital o sublimación, o empresas de impresión digital que también imprimen en flexo; la primera exigencia entonces es tener consistencia en el color y esto es básico hoy en día porque el color es parte fundamental de una marca.
Las marcas imponen sus colores
Actualmente, las marcas buscan crear identidad y para ello recurren a colores distintivos específicos. Esto se traduce en una diferenciación para la marca pero dificulta el proceso de impresión de su publicidad porque obliga al impresor a tratar de igualar un color único para ellas. Las marcas no tienen problema con las imprentas de offset o con las de flexografía, para ellas es sencillo igualar un color corporativo basado en un Pantone, sólo se paga la placa extra y la tinta especial, y el color corporativo saldrá exacto.
Con los que se debe trabajar es con la gente que imprime en digital. Aquí no podemos agregar una placa extra o instalar un cartucho de tinta especial Pantone, en este tipo de impresión tenemos que procesar los colores para igualarlos a la marca de nuestro cliente.
Algunas marcas ya trabajan con asesores de color a fin de elaborar fórmulas exactas para la obtención del color adecuado en la publicidad impresa de sus productos. Estos asesores trabajan con modos de color LAB o LCH.
LCh utiliza las tres características básicas del color (luminosidad, saturación y tono)
para definir y posicionar los colores. L representa la luminosidad,
C indica la saturación del color y h (Hue) indica el tono.
¿Qué espacio de color usar?
El espacio de color LAB es el apropiado para usarse con sistemas de corrección de color, es muy grande y la gama imprimible dentro de éste es muy pequeño; sin embargo, se usa porque está basado en números y por lo tanto es exacto.
Si usamos colores muy saturados el ojo no podrá detectar o discriminar los cambios de tono. Los equipos de medición de color como el espectofotómetro sí detectan estas variaciones de color, por eso es importante contar con ellos. Por el contrario los espacios de color CMYK o RGB no definen realmente el color porque dependen del sistema de reproducción con el que se cuente como el monitor o el sustrato y la tinta.
Hay muchos puntos que debemos tomar en cuenta para el correcto manejo del material de impresión y que a la larga afectan la productividad:
– El lineaje de impresión. Debemos saber qué lineaje utilizan nuestros equipos y su resolución correcta. Tenemos que considerar cómo se va a hacer la conversión a digital de forma que el archivo conserve sus atributos.
– Los sustratos de salida. En la actualidad tenemos una gran cantidad de sustratos que se pueden imprimir en digital, desde lona hasta tela, y al final este sustrato se convierte en un color que hay que tener en cuenta antes de la salida. La variación de colores en el sustrato es uno de los aspectos que afectan más al impresor digital, ya que la lona no tiene consistencia, a veces sale muy azul o muy amarillo, y en ocasiones hay variaciones en blancura o brillo en un mismo lote. Si logramos controlar esta variante, podremos entregar un trabajo con colores iguales de principio a fin.
– Las tintas que se deben utilizar. Deben tener la especificación correcta y ser de la misma marca. Tener insumos controlados aumenta las ganancias. En ocasiones comprar un insumo barato es al final más costoso.
– Modernizar nuestra infraestructura para control de color siempre es una buena inversión. El uso de estos equipos se refleja en la calidad del trabajo que entregamos. Si los usamos correctamente, al final vamos a obtener una ganancia.
Incrementar la productividad
¿Cuáles son los factores que toda empresa debe tomar en cuenta para poder aumentar la productividad de su negocio?
El flujo de trabajo. No importa si estamos hablando de un gran corporativo o es una empresa de una sola persona, los flujos de trabajo no cambian: siempre acordamos tiempos con el cliente, recibimos el material, lo procesamos en la computadora, le damos salida… Este es un flujo de trabajo y debemos trabajar sobre él para optimizarlo.
Capacitación del personal. Nuestro personal y operadores deben estar debidamente capacitados. Debemos preguntarnos: ¿conocen los equipos?, ¿los saben utilizar?, ¿los usan de manera correcta a fin de lograr el mejor resultado? Un empleado que no conoce el equipo y no está capacitado no puede optimizar su trabajo.
Disponer de un equipo profesional para pruebas de color. Muchas personas evitan este requerimiento, pero aún en la impresión digital esto debe llevarse a cabo para poder mostrarle al cliente cómo va a quedar su impreso. De esta forma, tendremos un punto del cual partir y evitaremos sorpresas desagradables si el archivo no viene correctamente; en el caso de la impresión en lona o vinil, es conveniente darle al cliente una prueba de cómo va a salir su trabajo en el mismo sustrato.
Tener controles de color. En la flexografía y el offset es importante tener densitómetros, en la impresión digital es indispensable tener espectofotómetros y contar con un software especializado para estos sistemas. Recordemos la máxima de los consultores: Si lo mides lo controlas; si no lo mides, no lo puedes controlar; si no lo puedes controlar, no lo puedes repetir y, por lo tanto, perderás la consistencia en tu trabajo.
Trabajar con estándares y especificaciones de color. Existen muchos estándares y especificaciones internacionales en la industria como Gracol, SWOP, Snap, Fogra, G7, etcétera. Es muy importante controlar el trabajo por medio de alguno de estos estándares. La mayoría son reconocidos a nivel internacional y generará un valor agregado a nuestro trabajo y confianza en nuestros clientes.
En Estados Unidos la mayoría de las agencias de publicidad están exigiendo a los proveedores de impresos estar calificados en un estándar de color. En cambio, en México de alrededor de 2 mil 500 empresas existentes que podrían certificarse, solo siete lo están como G7. En China existen 150 empresas certificadas con G7.
Optimizar los tiempos de máquina. Una tirada o impresión que falla y que al final se va a ir a la basura se traduce en pérdidas de horas hombre, material, tinta, etcétera. Es importante optimizar los tiempos de máquina.
Respuestas en sitio más rápidas. ¿Tenemos capacidad de respuesta sobre pedidos urgentes? Procesar más rápidamente nuestros archivos es vital para poder dar una respuesta eficiente a nuestros clientes y ganar trabajos.
*Agradecemos a Mariana Sierra, de Standard Color, por su colaboración para la realización de este artículo.