Es indudable, la innovación tecnológica es en muchos casos la mejor aliada de la publicidad, y es que, por creativo que sea el contenido publicitario o informativo de un mensaje, si el soporte no resulta de gran impacto para el público, los resultados difícilmente serán positivos.
En este tenor, ¿qué podría ser mejor que grandes dimensiones, gráficos de alta calidad, contenidos interactivos e iluminación de gran alcance? Por supuesto, se trata de las pantallas LED, una de las plataformas favoritas de los publicistas y las empresas que desean destacarse del resto. Debido a que cada vez resulta más difícil impactar a una audiencia exigente, y la cantidad de información que se produce en el mundo es abrumadora, la publicidad exterior debe ser realmente llamativa.
Es ante esta situación que las pantallas LED para exterior se presentan como un gran recurso ya que soporta contenidos más compatibles con el tipo de información que consumen las generaciones más jóvenes, a diferencia de otros soportes tradicionales como las pancartas y banners.
Mobiliario urbano de alto impacto
Ya que en la actualidad la tecnología LED ha llegado a formar parte fundamental de muchas industrias, estos sistemas lumínicos han cambiado y evolucionado muchísimo en relación a las necesidades que pretende satisfacer en las distintas aplicaciones. En el caso de las pantallas para exteriores, la principal característica que los LEDs deben cumplir es una alta resistencia a los agentes de desgaste, por lo que éstos deben estar recubiertos por una capa de silicona que los proteja del agua, el polvo y los impactos por vibración o golpes.
Las pantallas LED para exterior son las más brillantes disponibles en el mercado ya que deben ser perfectamente visibles a través de niebla densa, luz solar intensa, lluvia y cualquier condición climatológica. La mayoría de las pantallas cuentan con un amplio rango de brillo que se ajusta a las condiciones lumínicas de cada día y se puede ajustar manual o automáticamente, por lo general los software de control de estas instalaciones permiten una programación horaria de encendido y apagado de la pantalla. Los modelos más sofisticados de pantallas cuentan con un sensor fotométrico que contabiliza los fotones que inciden en él y así provee la intensidad lumínica necesaria para ser visible.
No todas las pantallas LED funcionan durante el día y la noche, depende de la programación que se haga y los alcances de la misma. En caso de usarse durante la noche, las pantallas deben integrar el sensor fotométrico que permita disminuir las condiciones de luz por diversos motivos: para ser fácilmente legible, ahorrar consumo eléctrico y lo más importante, no causar molestias en los transeúntes por el excesivo contraste de oscuridad de la calle y luz en la pantalla.
La resolución de las pantallas electrónicas depende naturalmente de la cantidad de pixeles que integra, además de la separación entre ellos. De acuerdo a las necesidades de cada proyecto, en el mercado se ofrecen sistemas de pixel virtual y pixel real o físico. A pesar de su gran tamaño, una pantalla LED normalmente tiene menos pixeles que la pantalla de una computadora o PC ordinaria, ya que son de mayor tamaño. La distancia entre dos pixeles puede ser hasta de 30 milímetros, ocasionando que el contenido de una pantalla se vea muy bien a lo lejos, pero no sea tan exitosa vista de cerca. Para revertir esta situación surge el pixel virtual, una característica de administración de video que funciona tomando la mitad de dos pixeles idénticos colocados uno junto al otro para crear la ilusión virtual de dos pixeles más; de esta manera se obtiene un incremento del 400 por ciento en la calidad de las imágenes.
Mobiliario urbano para cada necesidad
Las pantallas LED que se usan como mobiliario urbano en exteriores pueden o no integrar la tecnología de pixel virtual, dependiendo de sus dimensiones y un factor muy importante: la cercanía que el transeúnte tendrá con la misma. Por decirlo de alguna manera, estas pantallas se pueden dividir en dos grandes grupos: las que se instalan en parabuses o postes, y las que visten los muros de túneles y bajopuentes en las ciudades. Evidentemente, la primera diferencia son las dimensiones, aunque hay otros factores:
Pantallas en parabuses: estas instalaciones suelen proveer poco brillo durante el día y uno muy intenso por la noche. Ya que se encuentran colocadas casi al nivel del piso en aceras, su luz no incide de forma grave sobre las calles, mientras que en el día las personas tienen un contacto muy cercano con ellas y podrían resultar molestas.
No todos los parabuses son aptos para colocar ahí una pantalla LED, además de contar con espacio suficiente es necesario verificar el ángulo de visibilidad que provee a los conductores. Para estos fines es recomendable la instalación de pantallas con la menor distancia posible entre pixeles (alrededor de 6 milímetros) y un ángulo de visualización de mínimo 140 por 70 grados (vertical y horizontal).
Pantallas en postes o farolas: cada vez más populares como una alternativa a la señalización tradicional, además de su aplicación publicitaria, estas pantallas tienen características muy similares a las usadas en parabuses, aunque deben proveer un ángulo de vista mucho mayor (alrededor de 160 grados) ya que suelen montarse a una altura superior.
Pantallas para bajopuentes y túneles: al contrario de las anteriores, estas pantallas pueden tener una mayor separación entre pixeles, ya que no están pensadas para llegar a los peatones, sino a los conductores de altas velocidades. Pueden proveer un ángulo de visualización de 120 por 60 grados y proporcionan un brillo aproximado de 5 mil nits. Debido a que no se colocan en aceras sino en los muros, el nivel de brillo que emanan durante la noche debe ser menor al del día, pues resultaría peligroso para un conductor atravesar un túnel extremadamente iluminado para volver en segundos a una calle oscura. Además se recomienda que los túneles o bajopuentes cuenten con iluminación ajena a la pantalla que ayude a difuminar su brillo.
Práctica ante todo
Cualquiera que sea la ubicación física de la pantalla, y las dimensiones de la misma, existen herramientas que contribuyen a obtener mejores resultados de forma eficaz y medible; entre ellas se destacan la carga remota de contenidos, la conectividad y la programación previa de contenido.
La carga remota de contenidos consiste en un sistema de control remoto de la pantalla que permite gestionar de forma simultánea un circuito publicitario formado por distintas pantallas para que todas ellas muestren los mismos contenidos o no. Gracias a la conectividad por red ethernet y Wi-Fi de las pantallas, el administrador puede enviar desde su computadora distintos archivos para proyectar en las pantallas, ya sea material pre grabado o directamente de páginas web en internet. Por su parte, la programación de contenidos permite elaborar calendarios de fechas y horarios de reproducción para automatizar el proceso sin la necesidad de que el administrador tenga que estar en un lugar físico determinado a la hora de cargar contenidos.
Más resistente de lo que parece
Es común pensar que al tratarse de un sistema que involucra luz y cristal, las pantallas LED podrían ser frágiles, sin embargo son mucho más resistentes de lo que parecen y requieren un mantenimiento muy sencillo.
Lo más recomendable es recubrir las pantallas con cristal o acrílico de alto impacto, sobre todo en espacios no techados como calles y paradas de autobús. De la misma manera, rodear el perímetro de las pantallas con acero, plástico o silicona (como si del case de un
smartphone se tratara), puede garantizar un mayor promedio de vida útil. Básicamente, el proceso de mantenimiento y cuidado de las pantallas LED consiste en una limpieza exhaustiva y regular de las mismas (mensual, de ser posible, cuando se trata de zonas muy transitadas), pues la acumulación de polvo y humedad suele ser el principal agente que causa problemas. Con un buen cuidado, las pantallas en estas aplicaciones llegan a durar 100 mil horas trabajando.
Ahora bien, los errores más comunes a la hora de trabajar con pantallas LED suele ser la compatibilidad con el diseño de contenidos, es importante asegurarse de que la legibilidad, la colorimetría y el tamaño de los gráficos sea el adecuado a las dimensiones de la pantalla, su ángulo de visibilidad y la distancia que guardará con el transeúnte.
Es también importante comprender que, aunque puede mostrar videos, una pantalla LED no equivale a una televisión o una computadora, pues no tiene un público cautivo, de modo que los contenidos deberán ser mucho más ágiles y de menor duración, teniendo en cuenta que el público cuenta con apenas unos segundos para verlo.
Casos de éxito
Con la revolución digital que vivimos, hoy en día no hace falta convencer a nadie del potencial del video y la publicidad dinámica, sino que el reto está en generar contenidos que se destaquen del resto y saber donde y cuándo colocarlos. Marcas como Coca-Cola, McDonalds, Pepsi, y muchas más así lo han entendido. Lo importante es percibir a la pantalla LED como un elemento enriquecedor de campañas realmente creativas.
Precisamente así lo hizo el FC Barcelona al poner en marcha una de las campañas BTL más exitosas de los últimos años. Para recordarle a los fans del equipo de futbol la emoción de ver un partido en la cancha, se intervinieron algunas paradas de autobús de la ciudad de Barcelona. Las bancas fueron sustituidas por asientos de estadio de futbol, se colocó un banner impreso detrás con fotografías grandes de la tribuna y a un lado de los asientos se instalaron pantallas LED que se encendían en cuanto una persona tomaba asiento. Una vez sentados los transeúntes, en la pantalla LED se reproducía un video de alta calidad ilustrando los mejores momentos del club deportivo, con un audio envolvente de vítores y aplausos para dar la sensación de estar sentado en la tribuna. El video en cuestión era interactivo y los jugadores “le hablaban” directamente al público invitándolos a los estadios. Por si fuera poco, y como un plus, cuando las personas estaban totalmente sumergidas en el contenido, durante los primeros días de la activación un actor vestido de árbitro se acercaba a ellos y los invitaba de forma muy cómica a asistir
al estadio.
Esta exitosa campaña es un claro ejemplo de los alcances de la publicidad hoy en día y nos demuestra el potencial de una pantalla LED no sólo para transmitir mensajes, sino emociones.