Como diseñador uno siempre se enfrenta a desafíos cuando se está en busca del diseño perfecto y eficaz para el cliente. Cuando se tiene un encargo, ya sea un logotipo, folleto, libro, empaque, etc. se definen elementos básicos que le darán identidad al diseño que estamos trabajando: forma, estructura, balance, color, y tipografía. Éste último elemento es quizás (junto con el color) de los más difíciles de elegir. Quizás se afirme que la tipografía puede resultar desapercibida para la gente, como algo sin importancia, pero nada más lejos de la realidad. En función del tipo de la imagen que quieres comunicar, la tipografía es el elemento que resaltará y que generará la sensación que se pretendes dar. Este factor es tan importante que incluso puede cambiar totalmente el tono del mensaje que quieres transmitir.
Pero, ¿qué papel juega la tipografía en el diseño?, tan sencillo como que “es el elemento que te abrirá los ojos”. El que te dira: “mirame,” y que además te inspire algún tipo de sensación, ya se de rechazo, aceptación o simplemente alguna emoción.
En diseño editorial por ejemplo, la tipografía se encarga de la materialización visual del lenguaje verbal, es decir, de la escritura. En otras palabras, es el arte de jugar con los elementos gráficos del texto escrito: usar los espacios y definir la forma de las letras de acuerdo a algún objetivo específico que puede ir desde optimizar la legibilidad del texto hasta adecuarlo para que exprese algún concepto, ya sea elegancia, tensión, u otro concepto.
Pero vayamos por pasos, ¿Cómo es que la tipografía pasó de ser un simple puñado de letras a un elemento indispensable en lo que ahora conocemos como diseño gráfico?
Un poco de historia
La tipografía como tal, solo se hizo realidad con la invención de la imprenta, pero en realidad tiene orígenes más antiguos. Muchas de las fuentes que se utilizan ampliamente en la actualidad evolucionaron a partir de diseños rudimentarios que provienen de épocas del origen de la civilización.
En el siglo II a. C., en Mesopotamia, se utilizaron punzones y troqueles para estampar formas de letras o glifos en sellos. Era una forma muy temprana de impresión. También hay evidencia de que se usaron técnicas de “impresión” similares en Babilonia, Creta y la Antigua Grecia.
Los romanos, por otro lado, eran más de inscripciones en bronce y piedra. De hecho, las mayúsculas cuadradas romanas utilizadas en dichas inscripciones se convirtieron en la principal inspiración para las letras mayúsculas en los tipos de letra serif, tipo Roman.
En periodos posteriores, hubo cambios importantes en los estilos tipográficos que se usaban en esas etapas históricas, como por ejemplo cuando se crea la imprenta de Gutembergh en el siglo XII, cuya creación da orígen al estilo tipográfico llamado Gotico o Blackletter, o muchos años después, en la época Victoriana cuando se crea el estililo Old style, vigente aún nuestros tiempos.
Durante la revolución Industrial, si bien hubo un cambio social en todos sentidos, también los hubo en el diseño: recordemos los carteles de Tolousse Lautrec y cuyas tipografías usadas para dichos carteles, eran Slab serif o egipcia, versiones más contundentes y audaces de los estilos de serif existentes que le dan una apariencia anticuada a los títulos del diseño contemporáneo.
Los sans serif de la época moderna rompieron con todos los desarrollos tipográficos tradicionales que habían tenido lugar antes. Sin embargo, hubo un desarrollo final que pondría tanto los serif como los sans serif, así como el formato tipográfico, al alcance de una audiencia increíblemente grande.
Con la invención de las computadoras en el siglo XX, las fuentes (versiones digitales de los tipos de letra) se convirtieron en la nueva era de la tipografía. A pesar de las posibilidades que la revolución digital encerraba para los tipos de letras, la tipografía como disciplina pareció un poco fuera de lugar por un tiempo. Esto se debía a las limitaciones de la tecnología empleada en las pantallas, muchas fuentes se representaron como Tipo píxel rudimentario, y los estilos inspirados en píxeles también marcaron la pauta de los tipos empleados en el diseño para impresión.
Tras haber visto distintas tipografías a lo largo de la historia nos habremos dado cuenta de que muchas de ellas se adaptan a las necesidades de la época, de los medios donde serán impresas o visualizadas y sus propias aplicaciones. La selección de tipografías principales y secundarias es una parte del proceso de construcción de la imagen de marca y ha de ser realizado con cuidado.
En la actualidad, disponemos de un amplio abanico de opciones y se puede realizar casi cualquier diseño. Por ejemplo, utilicemos algunas de las tipografías más famosas que hemos visto aplicadas al mismo concepto y veremos el resultado. (Ver ejemplo).
Como podemos observar, distintas tipografías confieren distintos sentidos gracias a sus distintas estéticas visuales. La selección de tipografía depende del proyecto y del sentido gráfico que se pretende dar.
¿Existen reglas para el uso de tipografía en diseño?
No hay reglas en la tipografía. Puede ser refinada, puede ser desordenada o puede ser abstracta. Para todo diseñador o creativos siempre será útil conocer los tres principios tipográficos principales y saber cuándo es necesario ajustarlos.
Dicho esto, tener una comprensión de los 3 principios tipográficos fundamentales puede ser útil para llevar la tipografía en la dirección estética correcta que deseas que vaya en cualquiera de los proyectos de diseño en los que estes trabajando.
Interlineado: el interlineado es el espacio vertical entre líneas de texto. Se mide desde la línea de base de una línea de texto hasta la línea de base de la línea anterior. La línea de base es la línea invisible sobre la que descansa la mayor parte de las letras (las que no presentan rasgos descendentes).
La palabra “interlineado” proviene de los primeros días de la tipografía, donde los trabajadores de tipografía usaban barras de plomo de metal de diferentes alturas para agregar espacio, o “interlineado”, entre las líneas de letra.
Kerning: En tipografía, el kerning se define como el ajuste del espacio entre dos letras individuales.
Es posible que tus clientes no sepan qué es el kerning, pero sabrán que algo anda mal cuando tu diseño tiene un tipo de kerning deficiente. Hacerlo bien ayuda a que un diseño se vea más profesional, por lo que dedicar solo un par de minutos más a este, debería ser prácticamente una prioridad para cualquier diseñador profesional.
Cuando se trata de títulos y logotipos, debes realizar el kerning de las letras por ti mismo en lugar de confiar en el espaciado predeterminado que se proporciona en el software que uses. Cada tipografía tendrá diferentes relaciones espaciales para sus letras, por lo que deberás ajustar el kerning de manera diferente para cada uno.
Los programas de gráficos vienen con herramientas de kerning automático, como el kerning métrico predeterminado y el kerning óptico, que ajustan el espacio entre las letras en función de sus formas. Sin embargo, el kerning manual te dará más control.
Para usar el kerning en una tipo, tendrás que usar el panel Carácter, que se ve prácticamente igual si estás trabajando en Photoshop, InDesign o Illustrator. Comienza abriendo el panel “carácter”. A continuación, has doble clic en el cursor entre dos letras del tipo que deseas hacer kerning. Esto activa la herramienta de texto. A continuación, ve al panel “carácter” y cambia los valores numéricos en la herramienta de kerning, experimentando aumentando y disminuyendo el valor, lo que cambiará el espacio entre pares de letras.
Tracking: A diferencia del kerning, que se refiere estrictamente al espacio entre un par de caracteres, el tracking se refiere al espacio entre tres o más caracteres tipográficos en secuencia. Este ajuste puede abarcar palabras, oraciones e incluso párrafos.
Puede ser útil conocer los tres principios tipográficos principales y saber cuándo es necesario ajustarlos. Dicho esto, también se pueden empujar, doblar y torcer de forma creativa. En el ejemplo anterior, David Carson abre por completo las compuertas de la tipografía creativa.
Muchas de las letras tienen un kerning desigual, el interlineado a menudo deja palabras superpuestas y el tracking varía enormemente. A través de este “mal uso” del espaciado tipográfico, Carson en realidad crea un lenguaje visual que tiene sentido en una “gran imagen”.
Otros consejos para el buen uso tipográfico
1. Limita el uso de las tipografías
Este consejo es básico, y te ahorrará muchos dolores de cabeza: no utilices muchas tipografías de diferente familia en un mismo diseño. Esto en lugar de generar buena imagen, tu diseño lucirá desordenado y poco equilibrado, y visualmente perderá atributos porque no tendrá una estructura lógica. No quiere decir que no existan buenos diseños con variedad de tipografías, pero suelen ser casos extraordinarios, donde el diseñador domina y conoce al 100% las caracteristicas de las familias tipográficas.
Puedes comenzar combinando un par de tipografías y más adelante si lo ves indispensable puedes plantearte incluir una tercera. Recuerda que si abusamos de tipografías diferentes en un diseño, podemos llegar a cargar bastante la composición, interfiriendo una vez más en su legibilidad.
2. Jerarquiza bien tu composición visual
La jerarquía visual consigue guiar al ojo del espectador para una correcta lectura del texto. Para lograr establecer una jerarquía visual con las tipografías nos ayudamos del tamaño, del interletrado (tracking) y de las variables tipográficas (peso, ancho e inclinación). Todo puede contribuir a establecer una jerarquía para guiar al ojo a navegar por la composición. Ejemplo:
Así que cuando vayamos a realizar un diseño con ayuda de tipografías, recuerda valorar siempre la jerarquía visual. Te puede ser útil hacerte la siguiente pregunta, ¿qué texto o información es lo que quieres que se lea primero?
Gracias a la jerarquía vamos a poder aclararle al usuario que es lo menos y más importante de nuestra pieza de comunicación. Escoge por tanto una tipografía o familia tipográfica que nos permita hacer uso de las variables tipográficas, para que podamos marcar partes del texto con negrita o cursiva, y contribuir así a la jerarquía visual.
3. Asegura la legibilidad del texto
No hay mejor consejo tipográfico. Siempre que usemos tipografías necesitamos asegurarnos de que todo contribuye con su legibilidad. Reflexiona por un lado la tipografía escogida y su morfología (su forma). Valora si se puede leer correctamente y también si cuenta con suficiente contraste con el fondo.
3. Usa bien las mayúsculas
Con el auge de las redes sociales y el uso de las apps en los últimos años, escribir en “altas” o mayúsculas para resaltar conceptos o palabras se ha convertido en una práctica común. A mi juicio es una práctica nada positiva.
Debes saber que en un uso más informal, las mayúsculas pueden resultar agresivas e interpretarse como elevar el tono de voz. Usa las mayúsculas siempre de forma moderada y con un propósito. Por ejemplo, puedes escribir los títulos en mayúsculas para contribuir con la jerarquía visual de tu composición. En cambio, hacer uso de las mayúsculas para los párrafos de texto puede acabar dificultando su lectura.
4. Utilizar buenas familias tipográficas
Las familias tipográficas son tipografías que cuentan con diferentes versiones con las que poder trabajar. Todas tienen una serie de características y un estilo común. Por eso logramos identificarlas como de una misma familia.
Una familia tipográfica incluye tipografías con diferentes variables tipográficas (peso, ancho o inclinación): tipografía delgada, negrita, ultanegrita, cursiva, condensada, etc. Esto nos permite contar con más libertad para establecer una correcta jerarquía visual o para contrastar conceptos o palabras.
8. Ten en cuenta la personalidad tipográfica
Todas las tipografías pueden evocarnos emociones. Al conjunto de sensaciones que nos pueden transmitir se le denomina como personalidad tipográfica. Las tipografías pueden ser alegres, serias, informales, elegantes.
Por ejemplo, si utilizamos una tipografía de palo seco alta y estrecha, es muy probable que esta nos transmita elegancia. Si utilizamos tipografías redondeadas o gruesas sin serifa éstas se mostrarán más joviales y divertidas. En cambio, las tipografías manuscritas o con ornamentación pueden llegar a transmitir celebración o fantasía.
Para la conclusión final de este artículo es que los fundamentos de la tipografía son simplemente parámetros de la tipografía a tener en cuenta y de ninguna manera implican un ajuste correcto. Es decir, debes respetar lineamientos básicos, como los arriba mencionados, pero también tendrá mucho que ver tu creatividad y tu toque personal de diseñador. Así que: Animate y ponte creativo.