Desde hace unos 5 años la demanda para la impresión de gran formato ha crecido significativamente. Productos que tradicionalmente se elaboraban con sistemas análogos como el offset y la serigrafía han sido sustituidos por procesos digitales que traen como consecuencia un mayor nivel de producción y requerimientos de calidad al menos del nivel tradicional.
El crecimiento de señalización, la evolución de la impresión digital dentro de las tiendas y en exteriores, ha jugado un rol muy importante en dicha transición. Sin embargo, mientras que los mercados están ofreciendo oportunidades, los impresores todavía tienen que lidiar con problemas de crecimiento.
Muchas compañías han invertido en nuevos equipos que les brindan mas capacidad y han incrementado su calidad y velocidad, ofreciendo así a las empresas la oportunidad de proveer servicios que no estaban disponibles. Sin embargo, desafortunadamente, aun requieren demasiada mano de obra para producir las impresiones, lo cual afecta la rentabilidad.
La mejor manera de entender los retos a los que se enfrentan los impresores digitales que aun usan sistemas de trabajo que tradicionalmente usaban para la impresión comercial es observar las diferencias en el proceso de producción, y los errores que se pueden cometer en estos procesos.
El resultado que brinda un buen proceso de producción a las imprentas de gran formato permite remover funciones manuales de los operadores de pre-prensa y permiten una mejor calidad y producción. Un buen proceso de producción también elimina errores comunes, como resultado de unir varios sistemas, así como la oportunidad para los operadores de concentrarse en otras responsabilidades.
Los flujos de trabajo pueden ofrecer preflighting o pruebas de pre-impresión que exponen áreas con problemas. Muchas veces, los flujos de trabajo ofrecen funcionalidades para unir a la impresión tradicional –por ejemplo, la serigrafía– la cual puede ser procesada a través del flujo de trabajo mejorando el producto final. Otros ofrecen impresión de dato variable, en los cuales la información tanto de texto como de imagen puede ser integrada a la producción ampliando significativamente el espectro de servicios.
Los sistemas RIP también añaden cierta funcionalidad para convertirse en algo más que motores o drives de impresoras. Sin embargo, debido a que los RIPs son dedicados a un solo sistema de impresión y no centralizados, traen consigo limitaciones.
El inicio
El término ‘flujo de trabajo’ es de invención relativamente reciente, empezó a tratarse como una disciplina independiente a finales de la década de 1980, en relación con el tratamiento de imágenes. Sin embargo, en la época de Henry Ford éste concepto ya se comprendía, así como sus repercusiones sobre la actividad industrial, de la misma manera que lo comprende cualquier impresor, sea intuitiva o explícitamente.
La impresión, como cualquier otro giro, es principalmente lineal por naturaleza. Algunos procesos deben realizarse en la parte inicial del flujo, para que otras tareas subsiguientes puedan aplicarse posteriormente. Entre cada uno de estos eventos, generalmente se revisa el trabajo en curso – por el personal de producción y por los clientes – y se toman decisiones antes de que el trabajo proceda a la siguiente etapa de producción, o se retorne a los pasos anteriores para las correcciones o revisiones adicionales.
Las relaciones interdependientes caracterizan una gran parte de los procesos que tienen lugar durante la transformación del concepto y del contenido, en un producto listo para su entrega.
En el contexto de la impresión, flujo de trabajo se refiere a todos los procesos y eventos que tienen lugar desde el momento en que un trabajo llega a la empresa, hasta el momento en que se entrega terminado.
VENTAJAS
La ventaja de un flujo de trabajo automatizado es que se minimizan las desviaciones y fluctuaciones en estos procesos y se maximiza el aprovechamiento de los recursos. Y puesto que no todas las operaciones son lineales, puede facilitar el procesado simultáneo o en paralelo.
La impresión es una actividad de fabricación altamente personalizada y su automatización no ha resultado fácil. La preprensa fue el primer segmento de la producción de impresión convencional en ser computarizada, y los lenguajes de instrucciones y las técnicas de ‘carpetas de acción automática’ se han empleado para transferir los archivos desde un proceso al siguiente.
Adobe desarrolló originalmente el formato Portable Job Ticket (PJTF) para contener los parámetros específicos de dispositivo para el archivo PDF. PJTF puede integrarse en un documento PDF o transferirse como un archivo separado. Adobe fue uno de los fundadores originales de JDF, que posteriormente se convirtió en la organización CIP4. PJTF es ahora un componente clave de JDF.
Les siguieron las consolas para controlar el equilibrio cromático y el registro en la prensa, a continuación las prensas para exposición directa del ordenador a la plancha y las de impresión directa. Sin embargo, en general los esfuerzos para obtener una automatización completa, aun no están terminados.
Los flujos de trabajo totalmente computarizados para impresión digital, para aplicaciones como la producción de facturas y estados de cuentas han alcanzado un grado de automatización muy superior, pero con tendencia a estar altamente especializados para determinados contextos, con equipos propios e inflexibles.
A pesar de que existen diferencias entre sí, los retos en el flujo de trabajo con el que se enfrentan todos los profesionales de la impresión son similares, surgen de la combinación del mercado, así como de las incompatibilidades internas y externas de los equipos y procesos.
– Necesidad de proporcionar tiradas y plazos de entrega cada vez más cortos.
– Intervención manual en los procesos de producción y administración.
– Flujos de trabajo discrecionales y específicos según el proceso y la aplicación.
– Inter-operabilidad limitada entre los componentes del equipo y del software.
Estructura
La Workflow Management Coalition (WfMC) define el flujo de trabajo como “La automatización de procesos empresariales, total o parcialmente, en la que se transfieren documentos, información o tareas de un participante a otro, para ejecutar acciones según un grupo de normas de procedimiento”.
Establecer un flujo de trabajo personalizado de impresión es especialmente delicado, porque abarca muchos sistemas y estructuras de organización discrecionales. Los datos necesarios para rellenar un documento promocional personalizado y aumentar su importancia, pueden residir en ordenadores mainframe y complejos sistemas de bases de datos. Por otra parte, los componentes del diseño generalmente son creados con aplicaciones cliente/servidor o de estación de trabajo.
Los flujos de trabajo de impresión de datos variables desde mainframe, combinan frecuentemente los datos de línea con formularios preimpresos o residentes en la impresora. Este concepto es muy eficiente, pero muy inflexible. El reto al pasar a la impresión a todo color personalizada, reside en la combinación de los datos con los elementos del diseño, de una manera dinámica, pero igualmente eficaz.
Administración de procesos
La administración de procesos es el medio por el que se controlan y optimizan los dispositivos y las operaciones en un entorno de producción. De nuevo, las necesidades son bastante específicas, dependiendo de los servicios, de la infraestructura y del perfil del equipo de cada cliente.
La administración de los procesos puede comprender:
– Almacenado, recuperación y archivado de trabajos.
– Control del taller, incluyendo la planificación, direccionado y equilibrado de cargas de trabajo.
– Informes de estado, procesado de excepciones y recuperación de trabajos.
– Automatización de procesos.
Administración empresarial
La administración cierra el círculo entre el entorno de producción, los clientes y los proveedores. Proporciona a los clientes una interfaz con el taller de impresión, a través de la que pueden pedir presupuestos, enviar los trabajos, las pruebas y aceptar los trabajos en curso, así como recibir información sobre el estado de sus trabajos.
Para el proveedor de impresión, la administración se extiende más allá del establecimiento de una oficina digital. También incluye las funciones operativas y administrativas como la facturación al cliente y la gestión del suministro.
El administrador de procesos convierte el previo de producto, codificado en JDF, a un previo de proceso, que programa automáticamente los nodos del flujo de trabajo seleccionado. El flujo de trabajo de pre-prensa podría incluir la comprobación previa del trabajo, la corrección de color, el trapping y la generación de la imposición de varios originales para la impresión.
El centro neurálgico de un flujo de trabajo
es un sistema informatizado MIS y una red
estable que permite la comunicación en ambos sentidos.
El formato de archivo JDF es el hilo conductor
que enlaza los sistemas.
Las pruebas de producción también pueden enviarse electrónicamente a un diseñador o incluso a un dispositivo de impresión en otra planta. Mucho más allá de esta tarea crítica de la conversión de previos a procesos, el administrador de procesos permite al equipo de producción automatizar la ejecución de tareas del proceso, proporcionando una interfaz sencilla que mediante arrastrar y soltar, detalle la secuencia de eventos y su direccionado.
Un archivo PDF entrante, puede ser dirigido automáticamente a la operación siguiente, dependiendo de los resultados en cada paso. De esta manera pueden definirse flujos de trabajo de preimpresión totalmente automatizados, para minimizar la intervención y la formación del operador. Los clientes también pueden equiparse con software Adobe de cliente, para simplificar y automatizar la creación de los archivos PDF desde diferentes formatos de archivo y aplicaciones.
Aprovechar las posibilidades de integración que nos brindan nuestros dispositivos siempre es rentable. Un buen ejemplo sería obtener los datos de imposición incluidos en el JDF para transferirlos a la guillotina o grapadora (integración de nivel1). Aun siendo parcial, la recuperación de la inversión en automatización es del 200%.
Estas aplicaciones pueden significar una gran inversión de tiempo y dinero pero aplicados correctamente redundarán en beneficios tangibles para la imprenta.