Reduzca su huella de carbono, una huella que no quiere dejar en el planeta.

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El impacto que nuestras actividades diarias tienen sobre el ambiente, puede medirse. Tener un conteo detallado de su “huella de carbono” le permitirá tomar acción para disminuir sus emisiones de CO2 y ayudar al ambiente.

Muchas de las actividades que realizamos de manera cotidiana, en el hogar y en el lugar de trabajo, son fuente de gases nocivos para la atmósfera, principales responsables del calentamiento global. Aunque no nos demos cuenta, utilizar el automóvil, encender un aparato o consumir un producto, implica el uso de algún tipo de combustible, cuyo empleo genera dióxido de carbono, en mayor o menor medida. Al conjunto de emisiones causadas por un individuo o empresa se le conocen como “Huella de Carbono”.
La concentración de dióxido de carbono es un problema grave, que se acentúa cada vez más. Tomar conciencia de las actividades que en su día a día emiten más contaminantes, le ayuda a considerar una estrategia para reducir el impacto negativo y compensar el daño mediante el apoyo a proyectos mundiales de disminución de CO2.

Huella primaria y secundaria
Cada uno de nosotros contribuye a la generación de contaminantes, en forma directa o indirecta. Bajo ese criterio, es posible identificar dos tipos de huellas de carbono:

– Huella primaria. La huella primaria se refiere a las prácticas que directamente generan CO2; es decir, es más evidente el gasto energético involucrado en estas actividades. Algunos ejemplos de la huella primaria son: andar en automóvil, prender la calefacción o el aire acondicionado, usar aparatos eléctricos como computadoras o máquinas de impresión, abordar un avión. Todos estos dispositivos emplean energía para poder funcionar.
– Huella secundaria. La emisión de gases en los procesos de producción se conoce como huella secundaria; es decir, utilizar un producto no genera directamente contaminantes, pero sí se produjeron gases durante su fabricación, y se generarán al momento de desecharlo. Ejemplos de actividades que contribuyen a la huella secundaria son: la manufactura de prendas de vestir, la elaboración de alimentos, la fabricación de muebles y aparatos, así como el desecho de estos productos. El usuario no tiene control sobre la contaminación generada.

Calcular su huella
El cálculo de la huella de carbono se basa en la cantidad de emisiones (directas e indirectas) que una persona, un hogar o una empresa generó durante el último año. En internet encontrará “calculadoras de huella de carbono”, que son programas intuitivos y fáciles de usar que lo guían paso a paso en la enumeración de sus actividades, para registrar la huella que se genera con cada una de ellas. Algunas opciones son: reducetuhuella.org, footprintnetwork.org y carbonfootprint.com
Para calcular la huella primaria, se toman en cuenta aspectos tan diversos como: el tipo de energía utilizada (electricidad, gas natural, carbón, propano, etcétera); los trayectos en avión del último año; el kilometraje recorrido en automóvil, motocicleta, autobús y tren.
En el caso de la huella secundaria, se evalúan aspectos como sus preferencias alimentarias; la frecuencia con que compra ropa, muebles y aparatos, sus hábitos relacionados a las actividades de recreación; sus prácticas de reciclaje y manejo de desechos, e incluso si utiliza servicios financieros.

Datos sobre la huella en el mundo
El resultado de su huella de carbono puede compararse con el promedio nacional y mundial, para que conozca qué tanto debe modificar sus hábitos. En México, el promedio de la huella por persona es de 4.24 toneladas de emisiones al año. En comparación, los países industrializados registran una media de 11 toneladas de emisiones anualmente.
El promedio mundial es de 4 toneladas por individuo, aunque para combatir el cambio climático lo ideal sería que todos generáramos únicamente 2 toneladas al año.

Estrategias para reducir y compensar su huella
Una vez que conozca su huella de carbono, es hora de buscar la reducción y la compensación de esa huella. Para reducirla, las acciones más pequeñas pueden reflejar un gran cambio: apagar los aparatos eléctricos en desuso, limitar el uso de dispositivos que requieren mucha corriente, como: microondas, planchas, lavadoras y calefactores; usar focos ahorradores o de LED, reducir los trayectos en automóvil, etcétera.
Para la huella secundaria, evite comprar productos que no necesita realmente, o que tendrá que tirar poco tiempo después de usarlos. También fomente actividades de reciclaje y asegúrese de que sus desechos sean adecuadamente tratados. Notará beneficios no sólo a nivel ambiental, sino también en su economía.
La compensación de la huella de carbono se realiza a través de organizaciones dedicadas al desarrollo de proyectos ecológicos. De acuerdo al tamaño de la huella, se calcula el monto que usted debería donar a manera de “Créditos de Carbono” (también llamados “Bonos de Carbono”), y dicha donación es utilizada para apoyar programas de energía renovable, tratamiento de residuos, reforestación de áreas naturales, desarrollo de comunidades rurales, etcétera. De esta manera se asegura una constante inversión a favor de la protección del planeta.

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