El registro de lo estático, la complejidad de la fotografía arquitectónica

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El especialista en fotografía arquitectónica sabe que ésta, además de apasionante suele ser un poco ingrata, porque a pesar de lo complicado que puede resultar, el observador común no se da cuenta del trabajo y el nivel de preparación técnica y visual que hay detrás de la imagen que se ha producido. Daremos algunas recomendaciones que nos ayudarán en esa tarea que nos exige ejercitar la creatividad al máximo.

Primero, tengamos claro qué función deberá tener nuestra imagen: documental, industrial o comercial, o de autor, y en segundo lugar, hay que ver las posibilidades de nuestro equipo, que aunque no lo es todo, sí nos puede evitar muchos dolores de cabeza.

Equipo y accesorios útiles
Como parte del equipo fotográfico podríamos considerar:

El fotómetro de mano, que es versátil y nos permite estudiar la luz del espacio con más profundidad, y parasoles, para evitar las luces parásitas.

Un tripié, cuya ayuda es inestimable cuando las condiciones de luz son desfavorables o en fotografía nocturna. También es muy útil al usar objetivos descentrables.

Filtros para aprovechar mejor la capacidad del material fotosensible, aunque también constituyen una superficie extra al objetivo y degrada su calidad, por lo que muchos fotógrafos prefieren realizar las tomas en RAW y después corregir el balance de blancos y exposición.

El filtro polarizador merece mención aparte, ya que uno de los principales problemas son los reflejos en las superficies no metálicas de los edificios, que en algunos casos podremos utilizar como recurso estético, pero en otros sólo serán un estorbo; además, satura el color del cielo, lo que resalta la silueta de la construcción.

Respecto a los objetivos, lo más adecuado es usar distancias focales de entre 40 y 70 mm, ya que con una mayor tendríamos que alejarnos demasiado del edificio, y con una menor las líneas rectas tienden a volverse curvas.

Un objetivo descentrable nos dará mayor flexibilidad respecto a la distancia para colocarnos, y permite realizar ajustes de la perspectiva para una mejor profundidad de campo.

Aprender a observar y encuadrar
Para lograr buenas fotografías arquitectónicas tenemos que aprender a mirar el espacio y hacernos más conscientes de los elementos de la composición. La composición del encuadre es crucial, porque las exigencias estéticas del sector son muy elevadas.
Para lograr un gran impacto visual se deben buscar los puntos óptimos de toma, y esto aplica desde en un conjunto arquitectónico hasta la toma de pequeños detalles y de rincones.
Al encuadrar hay que encontrar los elementos básicos de la escena, combinarlos y respetar sus formas, evitar cortar la perspectiva o las líneas de fuerza, reforzar la dimensión y trabajar la escala. Es útil buscar elementos que rodeen la escena para enmarcar la imagen y dirigir la atención hacia el centro del encuadre.

Una buena composición
Para lograr una buena composición, hay que considerar los siguientes aspectos:

– Mantener las proporciones del encuadre, el horizonte recto, la distancia entre los elementos y los márgenes, incluir un espacio de cielo, y respetar la regla de los tercios.

– La búsqueda de la nitidez y la profundidad de campo son prioridad y las podemos lograr con velocidades rápidas y aperturas de diafragma pequeñas.

– Juegue con las distancias focales para manipular la escala. Las focales largas comprimen las distancias y sirven para plasmar detalles, y los lentes angulares facilitan el tratamiento de la perspectiva y son útiles para la fotografía de interiores al mostrar mejor el espacio y ser más descriptivos.

– Podemos trabajar con exposiciones largas en fotografía nocturna. El aspecto del inmueble puede cambiar mucho de acuerdo con la luz, por lo que hay que explorar la iluminación a diferentes horas del día y durante la noche para decidir a qué hora hacer la toma. La hora del crepúsculo (la hora azul) puede producir efectos mágicos, la luz lateral aportará mayor efecto de tridimensionalidad que la cenital, la luz rasante acentúa el volumen y la textura, y la luz frontal enfatiza el color.

– Para fotografiar edificios enteros podríamos irnos olvidando del flash, pero el uso de iluminación artificial ayuda a crear atmósferas en ciertos rincones. Si desea obtener brillos en estrella en las tomas nocturnas, cierre el diafragma.

– Experimente con puntos de vista poco convencionales. La perspectiva con uno, dos o tres puntos de fuga sugiere tridimensionalidad, y el punto de vista define el ángulo de encuadre: a nivel del sujeto; contrapicado (desde abajo del sujeto), que exagera la perspectiva y da una sensación de grandiosidad, picado (más arriba que el sujeto), que da una sensación de vértigo, y cenital (perpendicular al sujeto respecto al suelo).

Encontrar un punto elevado
para estar a la altura media de la construcción,
nos puede ayudar para evitar posteriores
correcciones de ángulo y perspectiva.

Fotografía de nteriores
Suelen realizarse con un gran angular y buscando un reparto de luz adecuado, para lo que son propicios los días nublados (luz suave) o al mediodía (porque no entran rayos que marque líneas inexistentes ni brillos excesivos).
Coloque la óptica de la cámara perpendicular al suelo para evitar distorsiones, a menos de que utilice un objetivo descentrable, que permite ganar altura, sobre todo en habitaciones donde queremos observar el mobiliario. El ángulo debe sacar ventaja de la luz y mostrar las esquinas de forma proporcionada.
Para calibrar el balance de blancos es útil fotografiar una carta de color en el lugar y después repetir la toma sin ella para poder corregirla en el procesado.

Corrección de ángulos y retoques
Para corregir los ángulos podemos buscar un punto elevado para estar a la altura media de la construcción al hacer la toma, usar una óptica descentrable o una cámara de banco óptico, pero como no siempre es posible lo anterior, es posible retocar la imagen mediante un software especializado.
Los programas informáticos por lo regular ayudan a corregir el ángulo y el rango dinámico. Los principales son el Adobe Photoshop, casi cualquier aplicación de revelado RAW como el Adobe Lightroom, o programas como el PTLens o el DXO Optics Pro, que son bastante buenos.

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