LEDS a Nivel Cancha

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En los eventos deportivos encontramos una vía innovadora para anunciar marcas. Se trata de las vallas perimetrales publicitarias ubicadas en los estadios, que atrapan la atención por su dinamismo y colorido.

El descubrimiento de los LEDs como alternativa en iluminación representa una solución que ha traído consigo resultados favorables. Sin embargo, la posibilidad de desarrollar nuevas tecnologías para mejorar las ya existentes ha permitido la creación de los OLEDs, que se perfilan como los dignos sucesores de los LEDs para convertirse en la próxima iluminación para pantallas y otras aplicaciones.
Los OLEDs (Organic Light Emitting Diode) son diodos emisores de luz formados por una película delgada de materiales polímeros orgánicos, los cuales generan y emiten luz por sí mismos cuando reciben corriente eléctrica.
Aunque todavía no son muy conocidos, ya empiezan a incursionar en varios campos, especialmente en el de las pantallas electrónicas. Empresas como Kodak, Dupont, Sony, Sharp, LG, Toshiba, Samsung, Philips y Hitachi, así como institutos alrededor del mundo son los encargados de desarrollar y mejorar el potencial de estos dispositivos avanzados, y aunque la eficiencia hasta el momento lograda está aún lejos de igualar o superar a la de los LEDs, se han encontrado características ventajosas para hacer de esta tecnología emergente una opción asequible y diferente a los otros sistemas de iluminación, incluyendo a sus antecesores.

Propiedades que los distinguen
Al ser derivados de los LEDs, los OLEDs heredaron algunas características como su construcción compacta, la eficiencia energética, la resistencia a las vibraciones o los golpes, y la respuesta rápida de las imágenes en movimiento. Sin embargo, poseen algunas diferencias elementales.

La primera distinción entre los LEDs y su variante orgánica es que los primeros contienen una sustancia inorgánica como aluminio, galio, arsénico o fósforo, entre otras; mientras que la sustancia emisora de los OLEDs está constituida por componentes orgánicos como el carbono o el rutenio, lo que facilita su fabricación en comparación con otras tecnologías.

A diferencia de los LEDs, que están formados por rígidos chips semiconductores, los OLEDs están hechos de un material fino, flexible, tipo plástico, lo que resulta que el coste en su manufactura sea relativamente bajo. Asimismo, en vez de emitir en un único punto brillante, como lo hacen los LEDs, la versión orgánica produce iluminación uniforme abarcando un área extensa.

Los OLEDs son extremadamente delgados y ligeros. Además, no necesitan de un backlight o retroiluminación, ya que son auto-luminosos y, por lo tanto, la energía que consumen es mínima.

Uno de los principales beneficios de las pantallas a base de OLEDs es el brillo y contraste que otorgan, lo que ocasiona que las imágenes que producen se vean sumamente claras y nítidas. La tecnología OLED ofrece una mayor gama de colores que los LEDs normales y mejoran el ángulo de visión de la pantalla, así como la calidad de la imagen independientemente de la ubicación del observador.

No obstante, los OLEDs deben superar algunos desafíos como el tiempo corto de vida de los pixeles en color azul, cercano a las 14,000 horas; su impacto medioambiental ante la dificultad de reciclaje de sus componentes orgánicos; la degradación de sus materiales a causa de la humedad ambiental y su sensibilidad al agua, lo que implica un reto para los investigadores para lograr que estos dispositivos soporten las inclemencias del tiempo y puedan utilizarse en exteriores.

Oportunidades comerciales en la mira
Dadas sus particularidades, los OLEDs ofrecen muchas posibilidades. Se visualizan como una vía accesible para la creación de nuevas aplicaciones en grandes superficies luminosas, como paredes con iluminación o pantallas de alta definición que abarquen y reemplacen a los muros; y también pueden alcanzar otras aplicaciones comerciales como carteles de publicidad, indicadores de información, señalizaciones e iluminación ambiental.

Es oportuno resaltar que existen distintos tipos de OLEDs, de acuerdo con la sustancia emisora utilizada y la estructura del propio dispositivo, de los cuales hay dos en especial que están en proceso de investigación y tienen un futuro promisorio.

El OLED Flexible (FOLED), que a través de su utilización en sustratos flexibles, como el PET, permitirá que pantallas y otras aplicaciones puedan ser dobladas o enrolladas, sin llegar a estrellarse, romperse o sufrir daños.

El OLED Transparente (TOLED), que gracias a las características de sus elementos, se tiene la posibilidad de fabricar pantallas transparentes donde las imágenes sean lo único que se visualicen. El TOLED mejora el contraste con el entorno, lo que hace más fácil ver las pantallas con la luz del sol.

Los OLEDs ya están presentes, al menos en escalas pequeñas, como teléfonos celulares, reproductores MP3 y cámaras digitales; y aunque tendremos que esperar algunos años más para las aplicaciones a gran escala, lo importante es destacar la investigación actual que se está realizando con los LEDs de tipo orgánico, con la intención de lograr dispositivos de iluminación cada vez mejores.

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