Un paso a la tercera dimensión

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Una cosa es tener una idea o un concepto de un objeto y otra muy distinta sostenerlo en la mano. La impresión en 3D rompe este paradigma y nos permite materializar los objetos que soñamos alguna vez.

3d¿Recuerdas a Carl Sagan explicando la cuarta dimensión en su célebre serie de divulgación científica Cosmos? En aquel capítulo quedó claro el concepto de la cuarta dimensión y la incapacidad de experimentarla por quienes vivimos en una realidad de 3 dimensiones: arriba, abajo, izquierda, derecha, adelante y atrás. Seres que habiten un mundo de dos dimensiones (adelante y atrás, izquierda y derecha) no serían capaces de señalar la tercera dimensión: arriba y abajo. Esta explicación didáctica es una puerta y una invitación a comprender mejor la tercera dimensión, sin duda.
La tercera dimensión ha sido, desde mediados del siglo pasado, una oferta atractiva añadida a productos de dos dimensiones: videos, libros, revistas, catálogos, anuncios, etcétera. Añadir una nueva dimensión siempre ha resultado un atractivo difícil de ignorar, pero esos añadidos generalmente han sido virtuales.
La experiencia 3D en el cine se remonta a las primeras dos décadas del siglo XX, cuando el cine era aún muy joven y la búsqueda de una sensación “real” de tres dimensiones en una representación de dos dimensiones motivaba la investigación y la experimentación tecnológica. Actualmente, ya es muy común que en la casa de cualquier vecino se cuente con pantallas, decodificadores y videos que permiten vivir la experiencia 3D en la comodidad de la sala. Más de 100 años pasaron y la fascinación por la tercera dimensión parece no haber disminuido. La denominación 3D sigue siendo una oportunidad de negocio, de innovación y de experimentación.
Poco más de 500 años se ha mantenido vigente uno de los inventos más revolucionarios de la humanidad y que, al igual que la tercera dimensión, ha tenido a millones de personas atentas a sus innovaciones tecnológicas y a la cada vez más extensa cantidad de aplicaciones y posibilidades: la imprenta.
De la biblia de Gutenberg a los sistemas de impresión de gran formato, del uso de los primeros tipos a los sistemas más avanzados de impresión que han permitido realizar este proceso en cualquier cantidad de sustratos, incluso en piedras; de la xilografía a la impresión láser –que llevamos décadas de experimentación cotidiana en la casa u oficina– han transcurrido cientos de años y la oportunidad de negocio, de innovación y de experimentación en el ámbito de la impresión sigue tan vigente como a finales de la Edad Media.
Dos de nuestros más importantes paradigmas se han encontrado en una nueva revolución que podría ser aprovechada en áreas del conocimiento que abran nuevos caminos para la educación y los negocios de la educación.
La impresión 3D es este encuentro de dos mundos que han modificado sustancialmente la realidad de millones de personas y cuyos renovados horizontes son prometedoras fuentes de actividad en la innovación. Gutenberg en tercera dimensión es la revolución de la impresión en una oportunidad de negocio en un mercado cuya vitalidad pocos se atreverían a cuestionar: la educación.
¿Impresión, tercera dimensión y educación? Las impresoras en 3D son cada vez más accesibles al público. Tanto los modelos industriales como los dispositivos caseros están llevando la experiencia de crear objetos reales de tres dimensiones a partir de diseños por computadora a una realidad tangible con alcances muy prometedores.
Cuando hablamos de impresión estamos acostumbrados a pensar en tintas aplicadas sobre superficies de dos dimensiones. Versiones del principio fotográfico: imágenes tridimensionales representadas en superficies de dos dimensiones. Cuando hablamos de impresión 3D, pensamos en software, en diseño concebido en 3 dimensiones para obtener objetos de tres dimensiones. Prótesis, réplicas de objetos, ciudades a escala, se habla incluso de creación de órganos para pacientes que requieren trasplantes.
El mercado de la educación ha adoptado nuevos productos tecnológicos con un éxito notable para las empresas que han tenido la visión de incursionar en este ámbito, incluso sin que éste forme parte directamente de su target.
Lego, la empresa danesa de bloques de plástico interconectables conocida en todo el mundo, llevó el negocio más allá de sus límites al crear la división Lego Education e introdujo en las escuelas del mundo sus célebres bloques tras haber dotado a sus juguetes con posibilidades pedagógicas. Lego Zoom, un proyecto de robótica que incluye programación, trabajo en equipo, capacitación de profesores y, por supuesto, bloques interconectables marca Lego; es un ejemplo de las posibilidades de negocio, de innovación y de experimentación que se pueden alcanzar si se cuenta con una visión efectiva de apoyo a los procesos de educación.
Un alumno de educación básica, media y media superior es susceptible de incorporar la tecnología de impresión 3D en sus procesos de aprendizaje y de aplicación del conocimiento. Laboratorios de diseño en 3D son una puerta de entrada a una mutación en la experiencia de la imaginación y la aplicación de los productos de la creatividad en 3D. Acostumbrados a experimentar sensaciones de tercera dimensión en dispositivos y sustratos de dos dimensiones, tal vez nos cueste trabajo entender las posibilidades de cambiar el paradigma y adentrarnos cada vez más en el dominio de la tercera dimensión de la mano de esta tecnología que para ser aplicada como un buen negocio en el ámbito educativo requerirá mucha educación, visión y ética en quienes lleven la impresión 3D más allá de sus límites.

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