Las claves para la conservación de tu archivo fotográfico
Aunque el orden siempre ha sido una virtud que merece reconocimiento, ahora es más importante que nunca, pues vivimos en una era digital y diariamente producimos información inservible.
“Tus primeras 10.000 fotografías serán tus peores fotografías”, decía Henri Cartier-Bresson. Sin embargo, cuando el afamando fotógrafo dijo esa máxima, no sabía lo que se iba a desatar a partir de la fotografía digital; de haberlo sabido, como mínimo hubiera elevado la cifra a 100.000.
Disparar y acumular: la locura
Los humanos, cada vez más compulsivos, hemos desarrollado una desmesurada capacidad para hacer clic. Si antes teníamos libreros, álbumes y montones de cajas con fotografías, ahora el desorden ocupa menos espacio físico pero es mucho mayor. Miles de imágenes se acumulan en nuestras computadoras y demás soportes, y terminan sin ser vistas, editadas o impresas, por lo que son destinadas al olvido.
¡Clasifica!
Si de verdad disfrutas de la fotografía, una de las primeras cosas a considerar es el método de clasificación.
Más vale que lo hagas de una vez. Si tienes mucho material y dispones de tiempo y paciencia, comienza a hacerlo con esas fotos del pasado y toma en cuenta lo siguiente:
Quédate con las mejores fotos.
No guardes material inservible, éste ocupa mucho espacio y hará que tardes bastante en buscar o clasificar material.
Si tomas tus fotos en formato RAW, RAF, CRW, NEF, PTX u otros similares de las distintas marcas de cámaras, lo más conveniente es convertirlas a DNG (digital negative). ¿Por qué? La principal ventaja del DNG, aparte de que son archivos más pequeños y es un formato estandarizado, es que guarda los metadatos en un solo archivo, al contrario de lo que pasa con RAW, con el que, al procesar una imagen, esos metadatos se guardan en un archivo XMP que se debe conservar siempre junto a la foto, y que si se pierde o daña estaremos en problemas porque tendremos que hacer el trabajo de nuevo.
Ve de lo general a lo particular. Puedes hacer un primer nivel con categorías como: viajes, familia, deportes, fotografía experimental, fiestas, política… y a partir de ahí hacer subcarpetas más específicas (viajes, Europa, España, Barcelona, museos).
Para llevar un orden, nombra las fotos comenzando por la fecha (año, mes, día), por ejemplo, 20130908_La Pedrera.dng.
Recurre a programas que te permitan agregar metadatos a tus fotos, como el Expression Media, el Adobe Bridge o el Adobe Lightroom, con los que por lotes o de manera individual puedes agregar palabras clave y más información al material, y que a la hora de buscar te harán la vida más sencilla.
Es decir, además de los metadatos que ya vienen con la foto (cámara, ISO, dis-tancia focal, velocidad, diafragma, fecha, etc.), podemos agregar, por ejemplo, copyright, autor, contacto, contenido, pie de foto, lugar, y lo más importante, palabras clave. Después no querrás dejarlo.
¡Respalda!
Para un fotógrafo puede ser una hecatombe perder sus archivos, sobre todo si es un trabajo por el que le pagaron. Aunque suene tedioso, debemos respaldar el material por lo menos en otros dos soportes.
Discos duros externos
A la fecha son los más utilizados. Se recomienda tener mínimo dos y nunca guardarlos en el mismo lugar, ya que no es raro que uno se dañe o que los amantes de lo ajeno se lleven computadora y discos duros, con lo que nos pueden dejar sin fotos. Lo ideal es tener por lo menos uno en un domicilio distinto.
Memorias USB
Aunque pequeñas y prácticas, se pierden fácilmente y no son muy recomendables porque se llenan rápidamente. Úsalas para llevar información de un lado a otro o para trabajar.
CD y DVD
Siguen siendo muy usados, aunque no son los soportes más confiables porque hay cierta pérdida de información, se dañan fácilmente y cada vez son más obsoletos.
La nube
Hay muchos servicios a elegir de acuerdo con las necesidades de cada quién, y que varían en factores como el costo, la capacidad, la velocidad de sincronización, y la se-guridad y facilidad de acceso a la información. Entre las opciones más comunes se encuentran:
DropBox. Regala un par de GB de inicio y va aumentando la capacidad por cada usuario nuevo invitado por ti. Si en realidad quieres usarlo como un medio de respaldo, lo más indicado sería pagar por el servicio para evitar problemas de espacio.
Google Drive. Con una cuenta de Gmail ya tienes acceso a este servicio con un espacio de 15 GB gratuitos y con opción desde 100 GB hasta 16 TB en su modalidad de pago.
BitCasa. Se promueve como un disco duro en la nube que es gratuito y ofrece un espacio ilimitado.
SkyDrive. Ofrece 7 GB de almacenamiento gratuito, con un tamaño máximo por archivo de 2 GB si se sube a través de la aplicación para escritorio, o de 300 MB vía web.
iCloud. La nube de Apple ofrece 5 GB de espacio con un servicio limitado a 10 dispositivos.
Box.net. Recientemente incrementó su capacidad de almacenamiento gratuito a 10 GB, y añadió opciones para las cuentas empresariales.
Adrive. Ofrece 50 gb en cuenta gratuita pero no cuenta con software de instalación a menos que contrates la versión de paga.
Constancia
Finalmente, de nada servirá que respaldes información si después lo dejas en el olvido. Es más fácil actualizar tus respaldos cada mes, que tratar de hacerlo después de un año ya que impere el desorden y no haya espacio en tu ordenador.