La Triada de la exposición. Domina el ISO, apertura y velocidad de obturación

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La fotografía es una mezcla mágica de arte y técnica, y una de las claves principales para dominarla es entender la triada de la exposición: ISO, apertura y velocidad de obturación. Estos tres elementos técnicos constituyen la santísima trinidad para lograr una imagen perfecta, ya que cuando se combinan correctamente, producen una foto bien expuesta, y con esto ya tienes buena parte del resultado, el resto dependerá de tu composición y otros aspectos que relacionados más con tu creatividad y el tema a fotografiar. 

Así que, atención, porque hoy trataremos de desmenuzar este tema para explicar cómo estos parámetros trabajan juntos para controlar la luz y cómo su comprensión puede ayudarte en diversas situaciones fotográficas. 

EN PRIMER LUGAR, ¿QUÉ ES LA EXPOSICIÓN?

Es la cantidad de luz que llega al sensor de la cámara. Una exposición correcta significa que la foto no está ni demasiado oscura (subexpuesta) ni demasiado clara (sobreexpuesta). La triada de la exposición controla esta cantidad de luz de diferentes maneras.

1. ISO: sensibilidad del sensor

El ISO determina la sensibilidad del sensor de tu cámara a la luz. Cuanto mayor sea el número ISO, más sensible será el sensor, lo que permite captar más luz. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que un ISO más alto también puede introducir ruido o hacer que la imagen se vea granulada. Algunos ejemplos de parámetros para ISO en diferentes situaciones
son:

• Día soleado: ISO 100-200

• Día nublado: ISO 400-800

• Interior bien iluminado: ISO 400-800

• Interior con poca luz: ISO 1600-3200

• Noche: ISO 3200 y superiores

Ojo, no quiere decir que debas tomar estos ejemplos al pie de la letra. Solo son un base de la que puedes partir para experimentar con tu cámara, ya que la apertura y la velocidad de obturación juegan un papel igual de importante, y la clave está en cómo los combines.

Para familiarizarte mejor con el ISO, puedes hacer el siguiente ejercicio con tu cámara:

1. Toma una foto en un día soleado con ISO 100 y luego con ISO 800. Observa la diferencia en el ruido y la claridad de la imagen.

2. Toma una foto en interior con poca luz con ISO 800 y luego con ISO 3200. Compara la cantidad de ruido.

2. Apertura: profundidad de campo

La apertura se refiere al tamaño del diafragma dentro del objetivo, que controla la cantidad de luz que entra en la cámara. Se mide en f-stops o pasos f (por ejemplo, f/2.8, f/4, f/8). Un número f más pequeño significa una apertura más grande y más luz entrando al sensor, además de una menor profundidad de campo; mientras que un número f más grande significa una apertura más pequeña, menos luz y mayor profundidad de campo.

Algunos ejemplos de parámetros para la apertura son:

• Retratos (desenfoque de fondo): f/1.8 – f/2.8

• Paisajes (todo enfocado): f/8 – f/16

•Fotografía nocturna: f/2.8 o más
grande.

• Fotografía macro: f/2.8 – f/5.6

Puedes hacer el siguiente ejercicio para entender mejor cómo funciona el diafragma:

1. Toma un retrato con una apertura de f/2.8 y luego con f/16. Nota cómo cambia el desenfoque del fondo y decide cuál te gusta más.

2. Fotografía un paisaje con f/16 y luego con f/4. Observa la diferencia en la profundidad de campo.

3. Velocidad de obturación: congelar o desenfocar el movimiento

Este parámetro se refiere a cuánto tiempo permanece abierto el obturador de la cámara para permitir la entrada de luz, y se mide en fracciones de segundo (por ejemplo, 1/1000, 1/250, 1/30). Una velocidad de obturación rápida congelará el movimiento, mientras que una lenta puede causar una foto movida o la sensación de desenfoque.

Algunos ejemplos de parámetros para la velocidad de obturación:

• Sujeto en movimiento rápido: 1/1000 o más rápido

• Movimiento normal: 1/250 – 1/500

• Poca luz (con tripié): 1/30 – 1/60

• Fotografía nocturna (con tripié): varios segundos

Entendido esto, puedes hacer el siguiente ejercicio:

1. Pídele a alguien que corra y fotografíalo con una velocidad de obturación de 1/1000 y luego con una de 1/30. Nota la diferencia en la nitidez del movimiento.

2. Toma una foto de una fuente o un chorro de agua con 1/1000 y luego con 1/4. Observa cómo cambia la apariencia del agua.

COMBINAR LA TRIADA PARA BALANCEAR LA LUZ

Es fundamental entender cómo ISO, apertura y velocidad de obturación trabajan juntos para lograr una exposición perfecta, y cómo cambiar cualquiera de estos elementos afecta a los otros dos, por lo que siempre necesitas encontrar un equilibrio. Por eso, vamos a plantear distintos escenarios con los que puedes experimentar para terminar de dominar la dichosa triada. 

Escenario 1: fotografía en un día soleado 

• ISO: 100

• Apertura: f/8

• Velocidad de obturación: 1/250

Con mucha luz disponible, puedes usar un ISO bajo para minimizar el ruido, una apertura moderada para una buena profundidad de campo y una velocidad de obturación rápida para congelar cualquier movimiento.

Escenario 2: retrato con fondo desenfocado 

• ISO: 200

• Apertura: f/2.8

• Velocidad de obturación: 1/500

Con una apertura grande (f/2.8) puedes desenfocar el fondo, lo que es ideal para retratos. A partir dehh ahí ajusta el ISO y la velocidad de obturación de acuerdo con las condiciones de luz que haya en tu escena para mantener la exposición correcta.

Escenario 3: fotografía nocturna 

• ISO: 3200

• Apertura: f/2.8

• Velocidad de obturación: 1/30 (con tripié)

En condiciones de poca luz, un ISO alto y una gran apertura permiten capturar más luz. La velocidad de obturación debe ser lo suficientemente lenta para captar más detalles, pero necesitarás un tripié o mantener tu cámara sobre una superficie estable para evitar movimientos o vibraciones.

Escenario 4: poca luz en interior sin tripié

• ISO: 1600

• Apertura: f/2.8 

• Velocidad de obturación: 1/60

Luego, prueba con ISO 3200 y 1/125, y compara los resultados.

Escenario 5: hora mágica (justo después del amanecer o antes del atardecer)

• ISO: 200

• Apertura: f/5.6 

• Velocidad de obturación: 1/125

Ajusta los parámetros según la luz disponible y observa cómo cambia la atmósfera de tus fotos.

¡A PRACTICAR!

Al jugar con diferentes configuraciones y situaciones aprenderás cómo cada elemento afecta a tu imagen y cómo puedes ajustar cada uno para obtener la exposición perfecta. 

Así que ahora que tienes algo de teoría y algunos ejercicios prácticos, solo queda practicar hasta dominar la triada de la exposición, con lo que tendrás un mayor control sobre el resultado de tus fotografías. 

¡Así que toma tu cámara, experimenta y diviértete capturando lo que pasa a tu alrededor!

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