¿Cómo cobrar un proyecto de corte?

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Aunque parezca sorprendente, a veces la parte más difícil de realizar un trabajo de corte y grabado láser es cobrar por ello. Para obtener un precio justo y razonable hay que tener en cuenta muchos factores que a veces es fácil pasar por alto, pero si se trata de nuestro negocio es fundamental contar con un sistema de cálculo de presupuestos, o de lo contrario podríamos poner en peligro las utilidades de la empresa.

Es prácticamente imposible crear un estándar universal de establecimiento de precios, pero sí podemos seguir ciertas generalidades y adaptarlas a la realidad de nuestra empresa. De manera muy amplia, los profesionales del corte consideran tres factores fundamentales para presupuestar un proyecto: la cantidad de mano de obra involucrada en todo el proceso, el tiempo que tardará en cortarse o grabarse una pieza (lo cual dependerá del material), y el riesgo que implicará el trabajo (cortar varias piezas medianas es menos riesgoso que si se tratara de una pieza grande que tardará varias horas de trabajo continuo).

EL TIEMPO ES ORO
El costo principal de un proyecto de corte y grabado se basa en el tiempo que el equipo láser tardará en gestionar las piezas, pues se traduce en consumo energético, mano de obra y tiempo que podría dedicarse a otro trabajo. Esto dependerá a su vez de la complejidad del diseño (en el caso del grabado), la composición, el grosor y tamaño del sustrato.

Si haces un cálculo de la energía que consume tu equipo de corte y el tiempo que tarda en cortar ciertos materiales, podrás obtener una cifra promedio por minuto. Aunque algunos impresores prefieren calcular el precio por centímetro, lo más recomendable es hacerlo de la primera forma porque así estableceremos también el costo de la mano de obra de los trabajadores encargados de gestionar las máquinas.

TIPOS DE GRABADO
Como sabemos, el grabado láser consiste en trazar formas sobre una superficie sin llegar a traspasarla. Podemos trabajar sobre muchísimos materiales y prácticamente no hay limitaciones en el diseño, pero como fabricante es muy importante que estés consciente de los tipos de grabado que existen, pues deben cobrarse de forma distinta.

Básicamente existen dos grandes categorías: el grabado de líneas y el de superficies. El primero es el más sencillo, rápido y, por lo tanto, suele ser mas económico. En este caso la cortadora graba una línea continua que fue previamente programada en un archivo vectorial, o sea, graba el contorno de las formas que le pidamos. Este trabajo se hace con imágenes vectoriales (SVG, DXF, AI, etcétera). Por su parte, en el grabado de superficies el láser quema una superficie completa de la pieza, así que requiere muchas pasadas de láser para grabar la imagen. Es común hacer variaciones de potencia y velocidad del láser para obtener escalas de color y lograr imágenes con sombras y contraste. Evidentemente, este tipo de trabajo es más costoso que el anterior.

Ambos tipos de grabado dependerán por supuesto del material que se esté trabajando, tanto de su composición como dureza y la complejidad del diseño; así que no podemos cotizar por igual un grabado en línea sobre piedra y uno en papel. Por último, tengamos en cuenta el tipo de proyecto que estamos desarrollando, qué tan complejo o detallado es, cuánto tiempo tenemos para hacerlo, qué complicaciones podría traernos determinado material o acabado, etcétera.

LOS MATERIALES
Algunos talleres de corte y grabado también proveen a sus clientes de materiales, mientras que otros reciben de sus clientes el diseño y los sustratos para trabajar. En cualquiera de ambos casos es muy importante que, como profesionales del corte, estemos al tanto de la enorme variedad de materiales que existen en el mercado y su relación precio-calidad. Considera como un valor agregado para tu público saber qué materiales reaccionan mejor a determinadas potencias de láser, con cuáles se consiguen mejores acabados y hasta dónde se pueden adquirir.

Si eres un proveedor del servicio y también de los sustratos, eso deberá reflejarse en tus costos, calcula cuánto inviertes en materiales y qué gastos te genera adquirirlos, el transporte y almacenamiento son algunos de ellos.

NO OLVIDES LOS FIJOS
Como cualquier negocio, todo taller de corte y grabado tiene gastos operativos y fijos por cada proyecto; la limpieza del lugar, los sueldos de tus trabajadores, el mantenimiento de los equipos, la energía eléctrica que gastas, el consumo de internet, las horas extra que un proyecto podría implicar, entre otros. Piensa en todas las necesidades de tu empresa y tradúcelas en una tasa fija que se sumará a cada cotización. Por supuesto, ésta deberá corresponderse con los volúmenes de trabajo que sueles
manejar.

Los expertos en negocios recomiendan fijar una meta: calcular cuánto cuesta mensualmente operar nuestro taller, y luego cuántos proyectos solemos desempeñar en el mismo periodo de tiempo. Con una simple operación matemática podemos calcular qué porcentaje de gastos operativos le corresponden a cada proyecto. Esto quiere decir, claramente, que los talleres con mayor volumen de trabajo pueden garantizar a sus clientes una tasa mínima por costos operativos, lo cual seguramente atraerá más público y más ganancias.


CARGOS ADICIONALES
Como ya mencionábamos, establecer un estándar de precio es muy complicado para cualquier proveedor de servicios, y en el caso del corte y grabado esto se debe a que los proyectos que desarrollamos suelen ser muy diferentes entre sí, cada uno tiene sus propias características y es muy probable que muchas veces nos encontremos en la situación de no saber cómo cobrar el “extra” que algunos trabajos implican. Esto irá cambiando con la experiencia, una vez que llegas a conocer tu negocio, tu tecnología y a tus clientes, los imprevistos se van reduciendo, pero nunca desaparecen. Por eso, es importante que tengas una escala de cargos adicionales que podrán o no sumarse a una cotización.

– La urgencia. Este es uno de los factores más comunes a los que se enfrentará tu negocio. Acostúmbrate al hecho de que la publicidad (uno de tus principales mercados meta) suele trabajar al día y los proyectos siempre urgen. Como proveedor sabrás lo que eso significa para tu taller: muy probablemente tengas que pagar horas extra a tus empleados, pondrás tu equipo a trabajar a la máxima potencia, tendrás que conseguir sustratos de último momento (lo que podría implicar tasas extra) y, algo que solemos dejar de lado, el riesgo y el margen de error aumentan.

Establece una tarifa fija por aceleración de proyectos, pero ten en cuenta que ésta podría aumentar si los volúmenes de trabajo son realmente altos, no descartes la posibilidad de tener que contratar más personal temporalmente.

-El diseño. Lo más común es que tus clientes tengan ya un diseño elaborado cuando acuden a tu taller, pero también cabe la posibilidad de que no sea así, sobre todo cuando lo que buscan es cortar un material en ciertas formas y asumen que, al tratarse de una figura geométrica, el equipo puede hacerlo automáticamente. Avisa a tus clientes que realizar el diseño tiene un cargo extra e integra un diseñador a tu equipo de trabajo.

Aunque puedes hacerlo como mejor te parezca, los talleres de corte suelen cobrar el diseño por cada hora de trabajo que implique. De igual manera, esta clase de negocios tienen cuotas extra por cada modificación que hagan al diseño del cliente, y eso tiene una razón de ser. Imagina que has programado tu día de trabajo para elaborar tres proyectos, calculaste el tiempo para cada uno y no pretendes pagar horas extra. A punto de comenzar el segundo te encuentras con que el diseño que tu cliente envió tiene un error ortográfico o la tipografía incorrecta. Corregirlo probablemente le lleve poco tiempo a tu diseñador, pero son minutos que no habías calculado. Siempre revisa los archivos en el momento mismo en que los recibes, y aclara a tus clientes que cualquier modificación al diseño implica un costo.

Como ves todas estas son generalidades, pero seguramente te identificas con la mayoría, así que tómalas en cuenta a la hora de presupuestar tus proyectos. Es comprensible que quieras manejar precios atractivos para tus clientes, pero no pongas en peligro las utilidades de tu negocio ni a tu gremio, ¡cobra lo justo por tu trabajo!

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