¡Enfócate!, la distancia focal y los objetivos

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Un concepto básico en la labor del fotógrafo es el de la distancia o longitud focal. Aprenda a ajustar y a jugar con este parámetro y logre imágenes sorprendentes usando distintos objetivos.

La distancia focal es aquella que existe entre el plano de la imagen (la superficie dentro de la cámara donde se concentra la luz para lograr una imagen, es decir, el sensor electrónico o la película) y el plano de la óptica (el punto dentro del lente en donde se enfoca la imagen, que regularmente está en el centro del objetivo).

Ángulo de visión y tamaño del sujeto
La distancia focal se relaciona de manera inversa con el ángulo de visión. Es decir, un valor de distancia focal bajo (por ejemplo, un objetivo de 8 mm) abarca un ángulo de visión muy amplio (alrededor de 180º). Y a la inversa, un valor alto (200 mm) implica un ángulo de visión reducido (aproximadamente 12º).
Dicho de otro modo, cuando se emplea un objetivo de distancia focal larga aumenta el tamaño del objeto que aparece en la imagen. Es decir un objeto fotografiado por un objetivo de 100 mm tiene un tamaño del doble de grande que si se usa un 50 mm.

Ventajas de los objetivos luminosos
Es importante considerar que la parte más importante de nuestra cámara es el objetivo, a través del cual pasa la luz, y si ese conducto no tiene suficiente calidad la luz no llegará con la fidelidad necesaria al sensor y la fotografía tendrá aberraciones cromáticas y otros defectos.
Entonces, al adquirir un objetivo hay que tomar en cuenta sus parámetros más importantes, que son la distancia focal y la luminosidad. Por ejemplo, si el objetivo es de 18-200 mm y f 3.5-5.6, quiere decir que tiene una distancia focal variable de 18 a 200 mm (también los hay de distancia focal fija), y que la apertura de su diafragma máxima es de entre 3.5 y 5.6, de acuerdo con la longitud focal que elijamos (mientras más distancia elijamos en un objetivo variable tendremos menos luminosidad).
El incremento de la luminosidad siempre va de la mano con un precio mayor del objetivo, sin embargo, aporta varias ventajas:
• La imagen proyectada en el visor será más luminosa y más fácil de enfocar.
• Se pueden tomar fotografías en condiciones de poca luz con velocidades más altas e ISO más bajo (y por lo tanto con menos ruido).
• El diafragma más abierto hace más eficiente el uso del foco selectivo.
• Se puede jugar más con la profundidad de campo.

Profundidad de campo
La profundidad de campo es el área o distancia en la que los objetos lucen enfocados. Varía en función de tres factores: la apertura del diafragma, la distancia del elemento fotografiado y la distancia focal.
Al variar la distancia focal lo hacemos también con la profundidad de campo de nuestra fotografía: si aumentamos la distancia focal nos acercaremos al sujeto, pero a su vez reducimos el número de elementos que aparecerán nítidos alrededor suyo, y viceversa.
Una distancia focal larga combinada con una apertura de diafragma grande da como resultado muy poca profundidad de campo, ideal para retratos. Pero si lo que queremos fotografiar es un paisaje, debemos cerrar el diafragma al máximo y usar una distancia focal mínima.

Tipos de objetivo
Solemos referirnos a los tipos de objetivo respecto a su distancia focal con medidas importadas de la fotografía análoga de 35 mm. Es importante que sepamos que mientras más grande es la distancia focal, más largo y pesado será el objetivo. Con base en esto, hablemos de los cuatro tipos de objetivo más comunes:

Ojo de pez (5 a 17 mm)
Este objetivo tiene un ángulo visual extremo, de 180 grados o más. Producen gran distorsión y son capaces de transformar una escena en una imagen circular al alterar considerablemente la perspectiva. Los objetos más cercanos a la cámara aparecen demasiado grandes y luego todo se vuelve pequeño.

Gran angular (18-35 mm)
Aunque no llegan a ser un ojo de pez, estos objetivos tienen un ángulo visual de entre 60 y 180 grados, superior a la visión de los humanos. Con ellos también se distorsiona la perspectiva, los objetos cercanos aparecen muy grandes con relación a los más alejados y con gran distorsión en perspectiva: las líneas rectas se vuelven curvas, especialmente en los bordes, y cuanto más cerca se encuentren los elementos fotografiados, más fuerte será la distorsión.
Tienen gran profundidad de campo, ya que generalmente en este tipo de fotografías aparecen nítidos todos los planos cuando enfocamos a más de medio metro. Sin embargo, si el sujeto enfocado se encuentra a menos de medio metro la profundidad de campo se limita mucho.
Aparentemente modifican la distancia entre planos, es decir, que la distancia entre el primer plano y el siguientes parece ser mayor de lo que es en realidad.
Este tipo de objetivos son muy utilizados cuando se quiere abarcar un conjunto de sujetos o al trabajar en espacios reducidos; para exagerar la perspectiva o conseguir mayor profundidad de campo; en reportajes sociales o fotografías de calle.
Finalmente, no es recomendable para hacer retratos con ellos a menos de que quieras aprovechar la distorsión para dar un efecto simpático o creativo, pero nunca para un retrato formal porque el sujeto corre el riesgo de salir muy cabezón, narizón, con el abdomen muy prominente…

Objetivo normal (36-55 mm)
Cubre un ángulo visual entre los 43 y 56 grados, lo que es muy similar al campo visual del ojo humano inmóvil. Para muchos puristas de la fotografía, esta es la distancia focal más adecuada al momento de retratar la realidad.

Teleobjetivo (a partir de 70 mm)
Son ópticas con un ángulo visual menor de 31 grados y forman imágenes grandes de objetos alejados con poca profundidad de campo.
Cuando se usan con diafragmas cerrados (y por lo tanto aumenta la profundidad de campo) tienen la característica de hacer parecer que los objetos están más cercanos entre sí de lo que están realmente.
Suelen usarse para la fotografía a distancia (naturaleza, deportes… los paparazzis), y para dar un toque especial a los retratos de primer plano.
Hay teleobjetivos cortos (entre los 80 y 135 mm), normales (entre los 135 y 240 mm), superteleobjetivos (entre los 240 y 500 mm) y los ultratelefotos (más de 500 mm). Los dos últimos suelen ser muy grandes y pesados, por lo que la menor vibración puede afectar el resultado de la imagen. Es por eso que en los objetivos largos suela usarse un monopié para sostener la cámara.
Convertidores
Los convertidores, teleconvertidores o duplicadores de focal, son accesorios que modifican la distancia focal del objetivo al colocarse entre éste y el cuerpo de la cámara. Entonces, un teleobjetivo corto de 80 mm unido a un convertidor 2X se convierte en un teleobjetivo normal de 160 mm. Es una forma económica de aumentar la distancia focal, aunque repercute en la luminosidad y la calidad de la imagen.

A tomar en cuenta
Otros aspectos a considerar al adquirir un objetivo son la distancia mínima de enfoque, que cuente con estabilizador de imagen, la velocidad y calidad del sistema de autoenfoque, la calidad de construcción (qué tanto resiste el uso rudo), y la nitidez, distorsión y aberraciones que produzca.
Siempre que puedas utiliza el parasol del objetivo. Te ayudará a eliminar reflejos indeseados. Generalmente los objetivos dan su mayor grado de calidad y de nitidez en aperturas de diafragma intermedias (f 8, f 11). Primero ajusta la distancia focal y después enfoca, de forma contraria perderás el enfoque. Si usas un teleobjetivo o tiempo de exposición largo, utiliza un tripié o un monopié para evitar la trepidación. Protege todos tus objetivos con un filtro UV o skylight.

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