
¿Qué debemos tomar en cuenta al pensar en las perspectivas de nuestra industria durante el próximo año?
No vivimos tiempos cotidianos, inerciales o estables. Nuestro mundo atraviesa transformaciones profundas en todas sus dimensiones: la geopolítica, la economía, la tecnología, y lo cultural. Como se ha repetido en distintos foros, no estamos ante una época de cambios, sino ante un verdadero cambio de época.
En el terreno geopolítico, es evidente que las relaciones internacionales han tomado nuevas rutas. El creciente peso de China como actor económico y político, ahora al frente del bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y los países recientemente incorporados), ha configurado un contrapeso frente al mundo unipolar que predominó desde la caída del Muro de Berlín. Aunque su peso económico aún no iguala al de la OCDE, sus decisiones influyen cada vez más en los equilibrios globales.
En el ámbito económico, la pandemia marcó un punto de inflexión. El modelo de globalización y producción off shore, basado en cadenas de suministro dispersas y altamente interdependientes, mostró su vulnerabilidad ante los cuellos de botella que afectaron sectores clave como el farmacéutico, el automotriz y el de semiconductores. Este escenario impulsó una nueva estrategia: el nearshoring, es decir, la construcción de cadenas de suministro con socios cercanos y confiables. Aunque esta estrategia abrió oportunidades claras para México, sus efectos han sido limitados por la incertidumbre jurídica interna y por un entorno binacional complejo, donde los aranceles se han usado como instrumento de presión política y comercial.
A estos cambios se suma la irrupción masiva de la inteligencia artificial, cuyas aplicaciones industriales y de servicios están modificando la intensidad de los factores productivos, la distribución de mano de obra, la relocalización sectorial de empleos y las habilidades requeridas en un mercado laboral en transformación. Las épocas de cambio abren oportunidades, pero también pueden cerrarlas para quienes no logren adaptarse a tiempo.
En cuanto al desempeño macroeconómico, las perspectivas para México en 2026 no son particularmente alentadoras. La SHCP estima que el PIB podría crecer entre 1.8% y 2.8%, aunque su previsión para 2025 es más moderada (0.5%–1.5%). La OCDE, por su parte, proyecta un crecimiento más bajo: 0.7% para 2026 y apenas 0.8% para 2027. Cabe recordar que hace apenas unos meses, en septiembre, la estimación para 2026 era de 1.2%.
Para que exista un crecimiento real, este debe superar al crecimiento demográfico, el cual —según CONAPO— será de 0.83% en 2025 y de 0.78% en 2026.
Las fuentes del crecimiento pueden venir del interior (consumo, gasto público, inversión privada) o del exterior (exportaciones e inversión extranjera directa). Por el lado interno, el consumo ha perdido dinamismo y la inversión sigue detenida por la incertidumbre. El gasto público se modera debido al déficit fiscal acumulado, al creciente costo de las pensiones, las presiones del sistema de salud y la delicada situación financiera de PEMEX. Por el lado externo, la economía estadounidense —motor fundamental de nuestras exportaciones— crecerá alrededor de 2% o menos en los próximos años, según la OCDE.
Ante este panorama general, ¿qué podemos esperar para nuestra industria?
Aunque es inevitable que se vea influida por el entorno macroeconómico, nuestra industria tiene lógicas propias, con ciclos y comportamientos que en ocasiones van a contracorriente de la tendencia nacional. En contextos de mayor escasez o competencia, surge también una mayor necesidad de visibilidad, promoción y presencia pública. A ello se suma la cercanía de procesos electorales, que siempre tienen un impacto directo en nuestro trabajo y en la demanda de nuestros servicios.
En este escenario, será fundamental nuestra unión, nuestra solidaridad y la conciencia de pertenencia gremial. Esa cohesión será la que nos permitirá no solo afrontar los desafíos, sino aprovechar las oportunidades que abre este cambio de época. Sin duda, ahí radica nuestra mayor fortaleza para los años por venir.





















