La Serigrafía rotativa y sus aplicaciones actuales

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La serigrafía rotativa, una técnica que ha trascendido décadas, sigue siendo hasta hoy una de las piedras angulares de la impresión industrial. Desde su origen en la era de la imprenta, pasando por refinamientos técnicos clave, hasta convertirse en un sistema eficiente y versátil, su evolución refleja una historia fascinante de innovación continua.


De la imprenta al cilindro: los primeros pasos

Todo comenzó con la impresora rotativa introducida por Richard March Hoe en 1843, un invento revolucionario que curvaba el texto alrededor de cilindros y transformó la velocidad de producción de periódicos y publicaciones masivas .
Por otro lado, inventores como William Nicholson, que patentó una prensa rotativa en 1790, y William Bullock, quien en 1863 desarrolló la primera máquina alimentada por bobinas continuas, impulsaron este avance hacia una producción verdaderamente industrializada.

Aunque algunas fuentes atribuyen la invención de la prensa rotativa a Hippolyte Auguste Marinoni, la disputa de patentes se resolvió en favor de Hoe. El progreso tecnológico se aceleró cuando implementaciones como las de Applegath o la prensa de doble cilindro automatizada de Bullock permitieron imprimir miles de copias por hora.


Serigrafía rotativa: cómo nació una técnica moderna

Aunque comparte el término “rotativa”, la serigrafía rotativa se diferencia de los tradicionales procesos tipográficos. Este método usa cilindros cubiertos por mallas serigráficas flexibles, lo que permite imprimir diseños de forma continua sobre diversos materiales, como textiles, plásticos, metales, cartón y papel.
A diferencia de la serigrafía plana, que funciona por presionar una pantalla sobre cada pieza, la modalidad rotativa imprime de manera ininterrumpida, sincronizando la rotación del cilindro con el soporte de impresión.


Ventajas irrefutables en producción masiva

La serigrafía rotativa se destaca por su:

  • Alta velocidad de impresión, llegando a tasas de hasta 2,500 unidades por hora.
  • Proceso continuo, que elimina tiempos muertos entre impresiones.
  • Versatilidad de soportes, apta para textiles, vidrio, cerámica, etiquetas, envases, e incluso componentes electrónicos o automotrices.
  • Calidad uniforme y controlada, con costos decrecientes por unidad en grandes volúmenes.


Aplicaciones: desde moda hasta tecnología

La serigrafía rotativa se emplea intensamente en:

  • Textil: camisetas, ropa deportiva, bolsas y publicidad (lonas, pancartas).
  • Etiquetado: vinos, cosméticos, alimentos, con posibilidades para barnices, tintas especiales y efectos táctiles.
  • Cerámica y vidrio: platos, vasos, azulejos decorados o funcionales.
  • Electrónica y automoción: impresión en placas de circuito, carcasas, partes interiores de vehículos.
  • Innovaciones táctiles y de seguridad: impresión Braille, tintas termocrómicas y barnices reflectantes o texturizados.

Innovación tecnológica al servicio de la eficiencia

La técnica ha avanzado enormemente con:

  • Registro automatizado, que usa sensores y cámaras para una alineación precisa y una impresión más consistente.
  • Tinta inkjet combinada con serigrafía rotativa, para lograr impresiones de alta definición y colores intensos.
  • Múltiples cabezales de pantalla, que permiten imprimir diferentes colores, degradados o texturas en una sola pasada.
  • Tintas a base de agua, una alternativa verde que reduce emisiones y mejora las condiciones laborales.
  • Automatización y robótica, optimizando flujo de trabajo, carga y limpieza de materiales, con mínima intervención humana.

En síntesis

La serigrafía rotativa es la culminación de años de evolución tecnológica. Fusiona la eficiencia de impresión continua con la flexibilidad de soportes y efectos visuales o táctiles sofisticados. Desde grandes tiradas textiles hasta detalles promocionales en etiquetas, su versatilidad—combinada con innovación tecnológica—permite mantener su relevancia en industrias exigentes y en constante transformación.

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