A pesar del fuerte descenso experimentado por el mercado de impresión, sobre todo en el ámbito corporativo, Konica Minolta ha sido capaz de sortear mejor las dificultades gracias a su apuesta por el mercado pyme, que genera el 85% del negocio de oficina, y es el caldo de cultivo del negocio de impresoras de tinta A4. En esta ecuación el canal de distribución gana cada vez mayor peso como responsable del 35% de las ventas y clave en la nueva estrategia de certificación promovida por la compañía para impulsar una mayor especialización.
Aunque la compañía ha conseguido mantener en activo a toda la plantilla durante estos meses, ym tras rechazarse la aprobación de un ERTE en verano, ahora bajaran distintos escenarios de control y contención de gastos entre los que se incluye un posible ERE, aunque nada está decidido ni ejecutado.
Eduardo Valdés, director comercial de la compañía, se muestra razonablemente optimista para el ejercicio en curso y cauto a la hora de hacer vaticinios. “Pensábamos que el mercado iba a comenzar a tirar después de semana santa y ahora vemos que hasta después del verano no va a haber posibilidades”. Las ventas del negocio de oficina (A4 y A3) suponen el 65% del total de las ventas, las soluciones IT representan el 15% y artes gráficas el 20% restante.
El canal se reactiva después del año más difícil
El canal, que genera el 35% de los ingresos compañía, ha sufrido dificultades durante los meses más duros de la pandemia con ERTEs generalizados, aunque ahora han comenzado a retomar la actividad con normalidad. “Casi todos nuestros distribuidores estuvieron totalmente parados hasta después del verano con estructuras de personal mínimas, pero ya a partir de primeros de año están empezando a dar cifras positivas incluso mayores que el año anterior”. Konica Minolta trabaja directamente con 75 distribuidores repartidos por toda la Península que han comenzado a recuperar sus cifras habituales de facturación.
Para ayudar a sus socios de canal a mejorar su grado de especialización, la compañía ha desarrollado un nuevo programa de certificación que les permitirá ganar en cualificación. Esta iniciativa se pondrá en marcha en todos los países que forman parte del cluster del sur de Europa en el que está integrado Iberia.
A pesar de este panorama apocalíptico, Valdés también ve algunos rayos de luz en nuevos mercados alternativos y emergentes como es el negocio industrial con tres áreas de actividad que están arrojando cifras de negocio más equilibradas: etiquetas, packaging y barniz. “Empezamos en estos negocios hace un par de años y, aunque a nivel de facturación todavía representa un porcentaje de negocio exiguo, las ventas han sido constantes porque estos mercados han estado más activos”.
En lo que se refiere al avance en los procesos de transformación digital de las compañías Eduardo Valdés considera que todavía no ha arrancado con fuerza. “Las empresas aún no han arrancado sus procesos de transformación digital, a pesar de que pensábamos que el teletrabajo iba a impulsar esta mucho más rápido de lo previsto”. Eduardo Valdés espera que la llegada de subvenciones y el aterrizaje de fondos europeos ayuden a poner en marcha planes de modernización y automatización de procesos que todavía no están en marcha.
El mercado de artes gráficas, en parada técnica
“El mercado de A3 descendió un 33% mientras que el de A4 se redujo un 18% en el año 2020”. Eduardo Valdés, director comercial de Konica Minolta se muestra meridianamente claro a la hora de valorar la evolución del mercado de impresión en el año de la pandemia, un ejercicio para olvidar y que ahora empieza a remontar tras muchas vicisitudes. “El descenso de la actividad se ha traducido en una caída del 30% en el número de copias”. Pero si el negocio de oficina ha estado parado, peores cifras arroja el negocio de producción gráfica o imprenta donde el varapalo es antológico con descensos del 63% para máquinas de color y del 39% en blanco y negro. “El batacazo ha sido muy importante porque la actividad ha parado y las imprentas han paralizado su producción”.