Fespa.com entrevistó a Daniel Sunderland, representante en América Latina de la Junta Directiva de FESPA, sobre los desafíos del presente año en pandemia, las tendencias del mercado y las prioridades para la industria en 2021. James Gatica Matheson firma esta entrevista.
Con tres décadas de experiencia en México y la región, Daniel Sunderland, además de ser embajador de FESPA, es tesorero de CANAGRAF (la Cámara Nacional de la Industria de Artes Gráficas), y miembro de CONLATINGRAF (la Confederación Latinoamericana de la Industria Gráfica).
¿Cómo ha sobrevivido y se ha adaptado la industria gráfica durante este año sin precedentes?
La industria gráfica durante este año de pandemia se ha visto sumamente afectada, como muchas otras industrias. La ventaja que tiene la industria gráfica, como tal, es que es una industria transversal. Es decir, al final de cuentas somos una industria de servicios, no somos personas que tengan un producto final, como tal, sino que nosotros damos un servicio a todas las demás industrias.
Entonces, afortunadamente, ha habido algunas industrias que les ha ido muy mal, pero hay otras que les ha ido muy bien, como la industria alimenticia o la industria de entregas por internet. Entonces, al final con las caídas económicas que han habido en todos nuestros países y los decrecimientos por los cierres económicos que ha habido, pues es lógico que debemos tener una caída. Por ejemplo, en la industria mexicana en particular, el 20% de las unidades económicas han tenido que salir, por la falta de apoyo.
Sin embargo, hay otras partes de la industria que le están yendo muy bien, otras unidades económicas. ¿Por qué? Porque las medidas, por ejemplo, que se han tornado, han cambiado un poco el mercado hacia las entregas por internet, todas aquellas empresas que le surten sus impresos a las empresas que venden online y que han tenido un incremento muy significativo en sus ventas, como Amazon, han tenido un excelente repunte dentro de sus números; y están vendiendo significativamente más.
En este sentido, la industria del empaque ha tenido grandes incrementos en las ventas. Sin embargo, todos los que hacían POP, o promocionales para el punto de venta, sí se han visto menguados, muy significativamente, porque no están comprando y están viendo cómo las empresas no están teniendo la misma cantidad de promocionales de lo que tenían previo a la pandemia.
Lamentablemente, hoy en día no sabemos cuándo va a terminar esto. Yo creo que cuando todos y cada uno de nosotros entramos a la pandemia estábamos con la idea de “no pasa nada, no cerramos unos meses y vamos a salir de esto como nos ocurrió con la influenza, con la H1N1 aquí en México”. Sin embargo, hoy no le podemos ver un final a esta pandemia y realmente tenemos que empezar a modificar nuestras empresas a modificar la manera en que estamos trabajando para adecuarnos a lo que está pasando hoy, porque no sabemos cuando vaya a terminar. Entonces, la situación sí se torna difícil con un problema que no tiene un final próximo, pero la industria está saliendo adelante y está siendo resiliente con muchas dificultades. Y sobre todo, dependiendo del país y de las facilidades que den los gobiernos para que las empresas salgan adelante.
¿Qué tendencias se han desarrollado durante la pandemia?
El packaging, el delivery están creciendo muchísimo y sobre todo lo que está ocurriendo es que los volúmenes de las impresiones están disminuyendo significativamente. En ese sentido, nos adaptamos o nos morimos. Si anteriormente, yo tomaba órdenes mínimas de 1.000 piezas, pues hoy si no tomo todas estas órdenes de 300 o de 200 piezas, estoy dejando de percibir una gran cantidad de ingresos. Desde luego, eso implica que los precios cambian, pero en ese sentido nos tenemos que adaptar y tenemos que ir poco a poco con eso.
Justamente, en ese tenor, la industria digital ayuda mucho porque nos permite tener menores corridas. Sin embargo, tiene la dificultad que las especialidades o los efectos que puedes tener con otras técnicas no los tienes. Al final, lo importante es entregarle al cliente lo que pidan. El cliente es ahora rey. Siempre lo ha sido, pero ahora más es indispensable cuidarlos.
¿Qué tendencias en materia de sostenibilidad en la línea de producción estamos viendo?
Es curioso, porque el incremento que está viendo es con todas estas personas que están comprando online, o vía internet, y los millennials, que originalmente estaban impulsando esta venta por internet tienen una preferencia muy especial por todo lo que sea sustentable.
El problema que hay hoy en día con la sustentabilidad es que de entrada parecía que es mucho más caro, sin embargo a futuro nos va a traer significativos disminuciones en los costos de producción, pero sí hay un gran interés de la comunidad en línea por la sustentabilidad. Sobre todo una preferencia.
La gran ventaja de la venta en línea es que te acerca al consumidor final y poco a poco puede ir eliminando los intermediarios. Y para el consumidor final pagar un peso más o dos pesos más que hoy en día son la diferencia entre un producto sustentable y un producto no sustentable no es significativo. El problema es con los intermediarios que se convierten en 50 pesos adicionales. Pero llegando directamente al consumidor final ese peso está dispuesto a pagarlo sin ningún problema y eso es muy importante.
¿Cómo han respondido a estas necesidades los proveedores de servicios de impresión?
Dentro de la industria gráfica creo que vamos muy bien. Los proveedores tienen los productos, y los tienen listos desde hace varios años. De hecho, la industria gráfica no es, como tal, una industria que necesariamente sea contaminante. Al contrario, es una industria que puede ser muy limpia dependiendo de los productos que utilice.
Aquí lo importante es que la industria gráfica al final de cuenta es una industria transversal que da servicios a otras industrias. En la medida que estas otras industrias exigen y demandan productos limpios, nosotros los podemos entregar sin problema y que estén dispuestos a pagar ese una o dos pesos adiciones, que antes de la pandemia no estaban dispuestos. Parecería que sí, pero no estaban. Se rehusaban a pagar esos dos pesos.
En particular en mi empresa, en muchas ocasiones hacían cotizaciones: “si quieres el producto limpio te cuesta así, si lo quieres como lo veníamos haciendo es esto otros”. Pero respondía “lo seguimos haciendo como veníamos hasta ahora”.
La otra gran ventaja que tenemos en ese sentido es que las etiquetas cada vez más se están exigiendo que digan la realidad de los productos. Entonces, en la medida que la etiqueta que este es un producto limpio y exigimos que sea un producto limpio como consumidores, como lo están exigiendo hoy en día, todos los clientes y proveedores tendrán que tener el producto, pero nosotros ya lo tenemos hace muchos años.
¿Cuál considera que ha sido la gran lección del 2020 para la industria?
Yo creo que la gran lección que hemos aprendido, y que debemos seguir aprendiendo y que parece que la deberíamos haber aprendido hace mucho, es que el cliente es muy importante y que siempre tiene la razón.
Pero que sobre todo, nuestros procesos tienen que estar listos y preparados para cambiar en cualquier momento. No podemos ser “cuadrados” con la manera en que trabajemos. Tenemos que estar preparados para modificar y cambiarnos y debemos ser resilientes. Si no somos resilientes y no estamos dispuestos a cambiar y modificar la manera en que hacemos negocio de la noche a la mañana, no vamos a tener cabida en este mundo moderno. Los cambios vienen fuertes y debemos estar dispuestos a hacerlos y sin miedo al cambio. No hay que tenerle miedo al trabajo, ni a las nuevas tecnologías que están aquí y llegaron para quedarse.
¿Cómo proyecta el 2021 para la industria? ¿Qué esfuerzos deberían priorizar?
El año 2021 va a ser un año muy difícil, creo que menos difícil que el 2020. Todas nuestras economías en América Latina al final cayeron porcentajes terribles. Y el próximo año no estarán un nivel, todavía, de cómo estaban a finales de 2019, si al final tenemos una crisis fuerte de enfrente. Tenemos que entrar con esa mentalidad al 2021, va a ser un año difícil, pero tenemos que adaptarnos.
Lo que creo es importante es en la medida de lo posible, invertir en nuevas tecnologías, en tecnologías que ya están en el mercado. No necesariamente nuevas para el mercado, sino nuevas para nosotros y para nuestras empresas. Y tratar de mejorar nuestras prácticas de sostenibilidad y ser empresas verdes para el futuro.
En la medida que lo logremos, vamos a sobrevivir. Somos una industria necesaria, les surtimos a todas las industrias, entonces adaptémonos al cliente y salgamos adelante. Vamos a salir adelante. Es muy importante mantenernos, sobrevivir, estamos en modo supervivencia. De alguna manera, estar atento a los apoyos que van a estar dando cada uno de los gobiernos. En la gran mayoría de los países están dando apoyos y hay que aprovecharlos que para eso están, para ayudarnos a sobrevivir.