Como ya deberíamos saber a estas alturas, la inteligencia no es una característica exclusiva del ser humano; de hecho, en nuestros días, esta virtud está en lugares que ni siquiera imaginamos, como es el caso de los productos que consumimos, o más específicamente, en el empaque que los envuelve… así es, demos la bienvenida al embalaje inteligente.
Esta tecnología no es fortuita, durante décadas, marcas de todos los sectores comerciales han dedicado tiempo, esfuerzo y dinero al desarrollo de etiquetas y empaques “inteligentes” que cumplan funciones estéticas, de seguridad o durabilidad. Pero ¿qué hace inteligente a un empaque, y cómo se distingue de uno creativo o ergonómico?
¿INTELIGENTE O SÓLO PRÁCTICO?
Es fácil confundir un empaque inteligente con uno práctico. Continuamente escuchamos en spots publicitarios que un cartón de leche es inteligente porque integra asas para llevarlo con facilidad, o que una lata lo es por su sistema abre-fácil. Sin embargo, la tecnología smart aplicada al embalaje va más lejos de diseños cómodos, no solamente pueden cambiar por completo la experiencia de consumo del público, sino que pueden reportar beneficios económicos y de calidad para las empresas. Aunque hay tipos de inteligencia para cada empaque, estas son las principales aplicaciones-ventajas de esta tendencia:
-Mantener la integridad y postergar la descomposición de los alimentos mediante cierto tipo de indicadores.
-Responder a cambios medioambientales del producto o del empaque para protegerlo.
-Comunicar las condiciones en que se encuentra el producto.
-Informar al consumidor sobre la apertura y la integridad del sellado.
-Garantizar la autenticidad del producto para evitar robos y falsificaciones.
Entonces, al hablar de un empaque inteligente nos estaremos refiriendo a aquel que integra de alguna forma sistemas capaces de adaptarse a ciertas condiciones climáticas, de manipulación o sencillamente filtros de seguridad. Pero, ¿cómo es que la industria gráfica puede brindar estas posibilidades al mercado del embalaje? Gracias al desarrollo de técnicas de impresión, sustratos, tintas, tratamientos y más.
COMIDA MÁS FRESCA
El negocio de las verduras frescas es uno de los que muestran mayor crecimiento en el comercio minorista de alimentos, debido a una clara tendencia de “volver a lo natural” y llevar una vida más sana. Exitosas campañas mercadológicas han logrado aumentar significativamente el interés en alimentos frescos y de origen orgánico; esto, por supuesto, exige modernización en las técnicas de empacado y es ahí donde se abre un nicho de mercado para tecnologías inteligentes. Mucha de la comida que consumimos está envuelta en películas de plástico que cumplen más o menos con las exigencias de durabilidad, usados comúnmente en lechugas y ensaladas preparadas, estos plásticos no pueden hacer frente a las altas tasas de respiración que los vegetales pre cortados y las frutas necesitan, lo que conduce a un deterioro temprano de los productos. Para satisfacer este sector llegan las películas que respiran, fabricadas con polímeros cristalizables diseñados para modificar su temperatura en un rango entre 0 y 68 grados centígrados, según requieran los alimentos para mantenerse frescos; estos plásticos aumentan la permeabilidad de gas y es posible ajustar con precisión las tasas de penetración de dióxido de carbono y oxígeno. De esta manera, el empaque final regula automáticamente la entrada de oxígeno y la salida de dióxido de carbono como si se tratara de un pulmón, garantizando así una mayor vida útil para la comida. Lo mejor es que este tipo de plásticos no son tan costosos como pudiera pensarse e incluso pueden considerarse una inversión que permitirá al productor mantener por más tiempo su producto en el mercado. Estos plásticos se pueden imprimir de forma digital sin cambiar sus propiedades ni bloquear la entrada de oxígeno gracias a tintas ligeras más amables con el medio ambiente, y suelen combinarse con otros sustratos rígidos como el cartón e incluso la madera, que también ha potenciado el crecimiento del grabado láser como una tendencia de diseño y practicidad.
Por otro lado, empaques que hacen más disfrutable la experiencia del consumidor se popularizan rápidamente ya que le dan valor agregado a un producto. Nos referimos por ejemplo a latas de cerveza o etiquetas impresas con tintas termo cromáticas que le permiten al consumidor saber la temperatura exacta de su bebida, la cantidad de agua que han consumido durante el día o monitorear su consumo calórico.
FUERA ETIQUETAS
Por otro lado, una nueva tendencia está surgiendo y deja fuera a las etiquetas. Por motivos ecológicos, económicos y de practicidad, algunos productores están más interesados en imprimir de forma digital los envases de sus productos, que seguir imprimiendo etiquetas que luego se adhieren a los mismos. Xerox FreeFlow es pionera en esta tendencia; se trata de una impresora capaz de trabajar a cien pies por minuto con una resolución de hasta 600 x 600 ppp.
Este equipo es ideal para imprimir plásticos como tereftalato de polietileno (PET), polipropileno (PP), polietileno de alta densidad (HDPE) y vinilo. Básicamente, la FreeFlow funciona como una impresora tradicional de rollo a rollo, de perforación u hoja de rollo a corte, sólo que estos rollos son de material plástico. Tiene la opción de imprimir con tintas UV típicas que aportan durabilidad, o tintas rígidas y termoformadoras para diseños más audaces.
Aunque existen muchas impresoras de inyección de tinta poderosas en el mercado, no son apropiadas para imprimir directamente sobre el plástico porque aunque éste parezca liso y uniforme en la superficie, suele tener ondas y surcos en su interior que son lo suficientemente fuertes para trabar los cabezales de impresión tradicionales. La forma de evitar estos problemas es usar plásticos optimizados más delgados que suelen ser más costosos. La Xerox FreeFlow, por su parte, integra el nuevo motor CiPress, que no solo aplana las películas plásticas gruesas, sino que puede ajustar el chorro de tinta para compensar el estiramiento natural del plástico, al mismo tiempo que aporta mayor estabilidad a los cabezales para hacerlos más potentes. Una vez que estos plásticos se imprimen pasan directamente a la formación de envases ahorrando el paso de adhesión de etiquetas.
Aunque por ahora tiene una penetración en el mercado de menos del uno por ciento en la actualidad, se prevé que la impresión digital de envases flexibles evolucionará muy rápido con un crecimiento anual compuesto del 32 por ciento desde 2015 a 2019.
A PRUEBA DE BALAS
En todas las industrias la protección de marca y del producto es importante, pero cuando hablamos del sector farmacéutico o productos de muy alta gama se vuelve una necesidad fundamental, ya que éstos son muy vulnerables a la falsificación. En general, todos aquellos productos atractivos para el mercado gris requieren llevar un control muy especial de la cadena de suministro, y esta es una posibilidad que ofrecen los empaques inteligentes.
Para satisfacer estas necesidades surge la tecnología Xerox de memoria impresa en etiquetas y envases: se trata de una tecnología de impresión digital de circuitos delgados sobre un sustrato flexible, los cuales son capaces de almacenar una gran cantidad de información de hasta 36 bits, es decir, 68 mil millones de combinaciones de datos que se conservan hasta que se sobreescriben en un lapso de diez años. Códigos de lote, números de serie, fechas de vencimiento, códigos geográficos y mucha más información se puede almacenar en prácticas y pequeñas etiquetas que, al ser flexibles, se adaptan a cualquier diseño de envase. Además pueden usar adhesivos inviolables y una función criptográfica con códigos de barra o QR en contra de la falsificación.
La memoria impresa puede usarse para la autenticación de productos, el control de desvío, el rastreo del mercado gris y la cadena de custodia. Las farmacéuticas pueden usarlo para mejorar la seguridad del paciente, las agencias gubernamentales como un mecanismo anti fraude utilizando sellos fiscales inteligentes en productos como tabaco y licores, mientras que artistas, joyeros, diseñadores de moda y otros pueden proteger su marca de la falsificación.
Esta tecnología beneficia a las empresas desde muchos frentes, además de la seguridad puede ganar clientes que sentirán la tranquilidad de que el producto que consumen es seguro y genuino, además de que su experiencia puede ser más cómoda y satisfactoria, pues los empaques inteligentes de medicamentos también incluyen tapas y cierres dosificadores que permiten llevar un control de sus contenidos. Otros mecanismos como alarmas en las tapas de los envases que recuerdan al usuario la hora de tomar el medicamento o llevan un registro de cuántas veces ha sido abierto el frasco, hacen mucho más completo el compromiso de la marca con sus consumidores.
Si es tan prometedora, ¿por qué no es más popular la tecnología de memoria impresa?
A nivel de diseño e innovación la tecnología digital de memoria impresa no tiene problemas de aceptación; sin embargo, la pregunta anterior es bastante válida tratándose de la confiabilidad del consumidor, pues hasta la fecha los productos con este tipo de empaques son poco comunes, y se puede deber a algunas limitaciones o preocupaciones como las siguientes:
-Es inevitable que un empaque inteligente implique un costo adicional, pero ¿puede ser éste absorbido por el consumidor final? ¿Cómo puede hacer una marca para no aumentar sus precios?
-La confiabilidad. Los consumidores de la actualidad son más cuidadosos y exigentes con los productos que llevan a casa, y es natural que se pregunten quién garantiza que los dispositivos indicadores son confiables, pues podrían informar que un alimento es seguro cuando no lo es.
-Falta de experimentación. Al ser una tecnología tan reciente, todavía no podemos estar seguros de que los productos no se contaminarán de sustancias nocivas que podrían incluirse en los empaques o las tintas de los mismos.
-¿Hay algún impacto ambiental? ¿Las etiquetas con memoria, las tintas especiales, los envases con alarmas y similares pueden reciclarse con la misma facilidad que los sustratos que ya conocemos?
CREATIVIDAD E INTELIGENCIA: LA PAREJA IDEAL
Mientras se resuelven estas preocupaciones, la tecnología de memoria impresa, las tintas inteligentes, la impresión digital y los sustratos inteligentes siguen avanzando y es innegable, las posibilidades creativas son emocionantes. Imagina que un vaso es capaz de mantener caliente tu café, que una alarma te avisa si un niño intenta abrir un producto peligroso, o una botella te recuerda beber agua cada cierto tiempo, y todo esto en un empaque atractivo visualmente; aunque esto aún no existe, definitivamente significará una ola de diseño muy importante y lo que es más importante, una transformación en nuestros hábitos de consumo.
A la fecha existen impresoras digitales de memoria Xerox, tintas inteligentes de Canon, Epson, Hp; plásticos de polímeros cristalizables, papel reciclado, sensores nanotecnológicos, apps, códigos QR y muchos otros agentes disparadores del SmartPackaging (embalaje inteligente), que muy seguramente se potenciará en los próximos años. El resto depende de la creatividad de los diseñadores y la apertura de públicos y marcas que confíen en estas tendencias.