Cuando se trata de decorar o pintar productos con formas irregulares los sistemas de decorado tradicionales no tienen mucho que puedan hacer, incluso la tampografía no logra decorar de manera efectiva artículos de cierto tamaño con formas irregulares en tercera dimensión. En sublimación tenemos dispositivos que permiten imprimir objetos como platos o termos con formas redondeadas pero para semi-esferas resulta deficiente.
Para lograr personalizar este tipo de productos contamos con la impresión hidrográfica, una técnica que no es muy nueva y que ha evolucionado muy poco desde su nacimiento en la década de los 70’s.
La impresión por transferencia de agua, o hidrografía, es un método de decoración de superficies tridimensionales. Lo que la hace útil y única es que se puede aplicar sobre una amplia gama de diferentes tipos de superficies, tales como fibra de vidrio, plástico, cerámica, metal y ciertos tipos de maderas duras. Los expertos dicen que si el objeto se puede sumergir, entonces se puede emplear esta técnica. Por lo tanto, se puede encontrar en todo, desde interiores de aviones y exteriores de vehículos, hasta estuches de teléfonos inteligentes y cerámicas. Esencialmente, cualquier cosa que se pueda sumergir en agua y que se pueda pintar puede beneficiarse de la hidrografía.
Para ello, se utiliza una película de alcohol de polivinilo (PVA), un polímero soluble en agua, la cual se puede aplicar sobre sustratos no porosos. La transferencia de la película de PVA impresa con tinta especial sucede cuando se coloca en la superficie del agua y después se activa con reactivo. Finalmente, el objeto se sumerge gradualmente en el agua a través de la película de tinta flotante que se estira, envuelve y se adhiere alrededor de la superficie del objeto. En otras palabras, es un proceso de impresión industrial que se aplica a un producto con fines decorativos o funcionales. Existen en la actualidad equipos como los de la empresa HGArts que permiten la decoración de múltiples piezas de teléfono en un solo paso.
EL PROCESO
Para iniciar el proceso en primer lugar debemos pensar en el sustrato (la superficie sobre la que se pretende transferir la imagen) ésta se debe tratar previamente eliminando impurezas para lograr una superficie lo más lisa y tersa posible.
El material debe tratarse adecuadamente con un proceso que incluya una imprimación específica en el caso que sea necesaria. La pintura debe ser automotríz mate, este paso se requiere debido a que la película es transparente y la tinta con la que será impresa por medio de la película es tipo dye o colorante, es decir que el color de fondo afectará nuestros diseño, este efecto es similar a lo que ocurre con la sublimación, cuando imprimimos sobre una base oscura, ésta se puede ver a través de nuestro diseño.
Elegir el color correcto de la capa base es muy importante en la inmersión hidráulica. Existen las opciones estándar de colores de la capa base para las películas y luego están también las opciones personalizadas. Los colores de la capa de base estándar para inmersión hidráulica son de color blanco y algunas veces de color canela para un diseño tipo camuflaje. Pero el color de base puede cambiar drásticamente la apariencia final de nuestro objeto.
La mayoría de las películas están diseñadas para aplicarse sobre una base blanca y esa es una de las razones por las que rara vez se ve el blanco impreso en una película. La capa base blanca es lo que hace que el diseño impreso muestre su verdadero color. Hace que la tinta azul permanezca azul y la tinta roja permanezca roja después de sumergirla. Esto se debe a que las tintas generalmente tienen un cierto grado de opacidad que permite que el color del revestimiento base impacte sobre su color real cuando se sumerge. Por lo tanto, si deseamos que el diseño se vea como queremos y generalmente se muestra en la página del producto donde compra la película o en la computadora dónde hacemos nuestro diseño, usar una capa base blanca suele ser la mejor opción, a menos que se especifique que se desea utilizar otro color en la foto.
Para diseños de camuflaje esto puede cambiar. Tal vez te gusta el diseño de guerra pero no quieres que sea tan brillante. Aquí es donde se usa algo como un bronceado o dorado claro como una tinta de base. Usar un color base como el bronceado o un color caqui claro puede eliminar parte del brillo del diseño y aún así mantener la idea fiel al aspecto original. También puede jugar y probar con otros colores como amarillos y naranjas para ajustar el color un poco
más.
Una vez que tenemos la pieza con el color deseado y una película a transferir debemos delimitarla, esto se hace mediante un poco de cinta adhesiva, el maskin tape es perfecto, este proceso se realiza si no contamos con un recipiente y equipo profesional para la tarea.
Los locales que hacen impresión hidrógrafica de manera profesional usualmente cuentan con un sistema metálico que se ajusta al tamaño de nuestra película sobre la tina de trabajo. Este artefacto es importante por que la película tiende a cambiar su textura tan pronto toca el agua, tiende a crecer, el marco metálico evita que la imagen se extienda fuera del área de control ideal. Pero si no contamos con tal artefacto un limite de cinta adhesiva colocada sobre el agua puede evitar que la imagen crezca demasiado o incluso que se despedace si después de rociar el activador tardamos demasiado en sumergir nuestro objeto.
Esta película se rocía con un activador químico que deja sólo la tinta con su respaldo de alcohol polivinílico. Este proceso no debe durar más de minuto y medio ya que una vez rociado el activador, la imagen empezará a flotar libremente sobre el agua, lo que puede ocasionar que se distorsione o fragmente la imagen.
Ahora, nuestro objeto se baja lentamente en la tina. Cuidando que no se generen burbujas entre los restos de la película y el objeto a decorar. Cuando esto sucede, la imagen se envuelve y se adhiere a la superficie. La adhesión ocurre cuando los componentes químicos del activador que usamos suavizan la capa de la superficie base y permiten que la tinta se una con ella. Para asegurarnos de lograr la adhesión perfecta entre las dos capas, debemos ser exactos en la cantidad de activador que utilizamos, ni demasiado ni muy poco.
Oscar Granados, Regional Business Development Manager de Sensient Technologies Specialty Inks Americas, explica que “Al rociar el activador este se encarga de suavizar la matriz polimérica de la tinta y de adherir la misma a la superficie de la pieza a decorar. Es por esta razón que el activador debe ser compatible al tipo de tinta y a la superficie de la pieza o el primer aplicado a la misma. Una vez identificado el activador que corresponde a la combinación tinta-superficie de la pieza, hay que asegurarse que no se aplique demasiado o muy poco. Demasiado normalmente ocasiona que la tinta se disuelva y se pierda un poco de color o simplemente tarde mucho en secar/adherir agregando tiempo al proceso. Poco, obviamente va crear problemas de adherencia”.
Una vez que terminamos de sumergir, notaremos que el producto sumergido tiene un residuo viscoso por todas partes ahora. Este residuo debe enjuagarse. La gente hace esto de muchas maneras diferentes, usando cabezales de ducha, mangueras de jardín e incluso el fregadero de la cocina (de nuevo, no se recomienda ya que el activador tiene un fuerte olor) para el proceso de enjuague.
Al enjuagar, se puede ayudar a acelerar las cosas frotando suavemente el artículo mientras se enjuaga para aflojar el residuo. Sin embargo, si no lo hacemos suavemente se quitará el diseño. Para saber en que momento dejar de enjuagar veremos cuando el artículo comience a tener una sensación seca y todos los residuos viscosos hayan desaparecido. Para un mejor lavado, se recomienda que la temperatura del agua se sitúe entre los 48°C- 52°C. De cualquier manera, el lavado deberá durar por lo menos cinco minutos.
Hecho esto, iniciamos con el proceso de secado. El proceso de secado se puede realizar de dos maneras: al aire o en una sala de secado, la cual se calienta. Otras opciones son el secado térmico con calor o infrarrojos, secado instantáneo con lámparas de calor o el uso de secadores de circulación con una cuchilla de aire o
ventilador.
PROS Y CONTRAS
Versatilidad. En comparación con otros métodos (serigrafía, pintura en polvo, pintura a mano) para decorar artículos tridimensionales, la impresión por transferencia de agua es muy versátil y rentable para los tipos de artículos adecuados. El proceso también logra evitar muchos de los posibles puntos de falla y problemas asociados con otros métodos de impresión, como serigrafía o impresión en caliente. Esto permite un buen nivel de consistencia en grandes tiros de productos. Donde ocurren problemas, lo más frecuente es que se deba a un activador mal aplicado.
Detalle. Las imágenes también tienen la capacidad de ser muy detalladas, lo que es perfecto para artículos que están destinados a tener un gran atractivo estético. La versatilidad es tal que casi cualquier cosa se que pueda imprimir desde una impresora de oficina o de hogar, también se puede imprimir mediante hidrografía en un objeto tridimensional.
Durabilidad. La tinta aplicada mediante impresión por transferencia de agua también es muy duradera, lo que la hace adecuada para su uso en el exterior de los vehículos. Sin embargo, normalmente también recibirá una capa protectora de algún tipo para garantizar que la imagen dure años sin decolorarse ni dañarse. Por otro lado, puede no ser tan duradero como otros métodos como el recubrimiento en polvo. La capa de polvo también es un 50% más asequible.
Oscar Granados nos comenta “Si tomamos en cuenta las tintas digitales premium, existen tintas de solvente con una resistencia aproximada de 4 a 5 años en condiciones de exposición constante a la luz del sol y base agua con garantía de 2 a 3 años. Sin embargo, se recomienda siempre aplicar una capa de barniz acrílico con protección, no sólo contra la abrasión, sino contra los rayos UV, lo cual puede llegar a duplicar el tiempo de vida sin
decoloración”.
ERRORES COMUNES
Uno de los errores más comunes de quienes hacen uso de esta técnica y no cuentan con experiencia es que colocan la película del lado incorrecto. Para evitar esto se puede uno mojar ligeramente los dedos y presionar la película de ambos lados, la superficie que quedó pegada a nuestro dedo es la que queda boca abajo en contacto con el agua.
Las burbujas son también un problema conocido, tanto a la hora de colocar la película de PVA como al momento de sumergir la pieza a decorar se debe hacer tratando de que haga contacto de manera inclinada para evitar burbujas de aire.
El exceso de activador o la falta de este puede generar también problemas comunes, en el primer caso, la película literalmente se fragmentará sobre el agua distorsionando la imagen, en el segundo caso nuestro artículo tendrá puntos ciegos dónde el diseño es inexistente. Realmente no hay una técnica “correcta” para hacer esto, todos los fabricantes recomiendan un proceso de prueba y error para calcular la cantidad exacta de activador a rociar.
¿VALE LA PENA IMPLEMENTAR EN TU NEGOCIO LA HIDROGRAFÍA?
A veces es difícil creer que la tecnología de impresión por transferencia de agua haya existido por más de 40 años. Sin embargo, su popularidad recientemente se ha disparado, y uno puede encontrar el proceso utilizado en casi todos los verticales (automotriz, artículos deportivos, aviación, marinos e industriales). Esto se debe en gran parte a la versatilidad del proceso.
La impresión por transferencia de agua permite la personalización del aspecto de los productos de una empresa. Y, con los cientos de patrones disponibles para elegir (camuflaje, granos de madera, metal, piedra e incluso diseños hechos a medida), la incorporación de estos diseños es una forma segura de marcar una empresa de forma única y, en última instancia, aumentar las ventas.
Por otro lado si nosotros deseamos aplicar nuestros propios diseños el experto de Sensient nos recomienda tener en cuenta que la lámina de polivinilo es muy sensible a la humedad y temperatura. Y el ambiente de almacenamiento y de trabajo deben ser controlados para que esta tenga un desempeño óptimo.
Las impresoras de inyección de tinta con cabezales piezo eléctricos son las recomendadas para intentar este tipo de impresión. Dependiendo del formato que se va a trabajar, existen soluciones que van desde una impresora de escritorio hasta los famosos “plotters” de mediano y gran formato.
Por eso a la hora de comprar una de estas impresoras, es importante hacer pruebas con la película de PVA antes, para asegurarse de que el equipo es capaz de transportar la misma de principio a fin sin lastimarla o sin desalinearse. Algunas impresoras de gran formato tienen sistemas de tracción diseñados para papel que pueden no adaptarse para arrastrar consistentemente la película de polivinilo.
La impresión mediante hidrografía es un negocio interesante, y aunque interviene la impresión digital, el proceso completo sigue siendo muy manual lo que limita la consistencia de un producto a otro. Existen procesos de automatización en empresas que se dedican a la personalización, sin embargo, son soluciones con sistemas robóticos muy sofisticados y costosos. Pero como en todo negocio donde la imagen es compleja y la impresión digital es clave, la calidad del diseño y la innovación, son las que van a marcar la diferencia y su valor agregado es altísimo, convirtiéndolo en un negocio muy lucrativo.