EL OBJETIVO POR EXCELENCIA, Descubre por qué el 50 mm f/1.4 es el mejor de los objetivos

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ay quienes piensan que para ser fotógrafo debes contar con un nutrido y costoso equipo fotográfico que incluya, entre otros aditamentos, lentes de gran tamaño y con el mayor zoom posible, algún todoterreno que abarque gran cantidad de distancias focales (por ejemplo, un 18-200 mm), un gran angular, etc. Nada más equivocado.

Entonces, te preguntarás cuál es el objetivo que sí debes tener. Bueno, en realidad mucho obedece al tipo de fotografía que desees realizar: para macrofotografía requerirás un gran angular, si vas a fotografiar deportes es probable que necesites un telefoto… Todo depende del grado de especialización que vayas adquiriendo; pero el que sí hay que tener sobre todos los demás es el objetivo de focal fija de 50 mm, de preferencia con la máxima apertura posible (como un f/1.4, que es una apertura de diafragma enorme).

¿Cuáles son sus ventajas?

Aprendizaje
Los objetivos de focal fija nos obligan a depurar nuestra técnica fotográfica en todos los sentidos y a ser mucho más ingeniosos e imaginativos; por ejemplo, hace que en vez de usar el zoom te acerques a tu modelo, que aprendas a aprovechar la luz de forma más inteligente, a componer mejor, y a buscar imágenes realmente interesantes a partir de escenas que en el visor lucen igual que como las ve el ojo humano. Podríamos decir que las focales fijas te ayudan a encontrar la belleza más esencial en cada imagen.

Bajo costo
La mayoría de los objetivos 50 mm son baratos, o por lo menos más baratos que otras focales de calidad similar.

Calidad
Los objetivos que abarcan un rango amplio de distancia focal (por ejemplo, un 18-300 mm) pierden especialización y, en vez de lograr resultados magníficos en cualquier acercamiento, consiguen imágenes de una calidad “aceptable”. En cambio, los objetivos de focal fija pueden rendir la mejor calidad óptica, tienen gran nitidez, presentan muy poca distorsión y ofrecen encuadres muy naturales.

Profundidad de campo
Si te gusta jugar con la profundidad de campo y lograr tanto fondos nítidos como difusos, esta es una gran opción, ya que gracias a su alta luminosidad te dan la posibilidad de reducir considerablemente la profundidad de campo, lo que lo convierte en el objetivo ideal para la realización de retratos donde buscamos que nuestro modelo cuente con todo el protagonismo y separarlo del fondo, pero también resulta útil en el caso de paisajes, foto urbana y foto de producto.

Bokeh
El término bokeh fue acuñado por los japoneses para referirse a la calidad del desenfoque que produce un objetivo y que se obtiene mediante objetivos muy luminosos, ya que a mayor apertura del diafragma hay menor profundidad de campo y se favorece la aparición de este efecto.

Luminosidad
Si tu objetivo cuenta con una gran apertura máxima, entonces será tu compañero ideal para situaciones de iluminación escasa donde no quieras o no sea posible usar el flash, y además no quieras usar valores ISO demasiado altos.

Ligero y discreto
Este objetivo también se caracteriza por ser pequeño y ligero, por lo que no es tan cansado llevarlo siempre en la mochila o el bolso, además de que hace que tu cámara luzca más discreta, lo cual resulta muy útil en situaciones en que desees lograr imágenes más espontáneas, como puede ser en la fotografía callejera.


Más sencillo, imposible

Retratos
El objetivo 50 mm f/1.4 es perfecto para hacer retratos por su gran capacidad de desenfocar el fondo y destacar al sujeto. Sólo tienes que abrir el diafragma al máximo, y con base en éste ajustar tus parámetros de velocidad con el menor ISO posible, y ¡listo!

Con poca iluminación
Conciertos, obras de teatro, lugares cerrados u oscuros… con este objetivo es posible. Si se te dificulta el enfoque en estas situaciones, sólo debes aumentar un poco la profundidad de campo, por ejemplo a un valor f/5.6, usar la mayor velocidad posible, y la sensibilidad ISO dependerá de qué tan adversas sean las condiciones lumínicas; lo ideal es que sea una sensibilidad baja, pero si debes aumentar el número ISO, no dudes en hacerlo, tendrás más ruido en la foto, pero al final de cuentas lograrás una foto que de otro modo no hubiera existido.

Enfoque
Para gozar de la exquisita nitidez de este objetivo, primero debes dominar el enfoque, ya que su gran precisión puede convertirse en una arma de dos filos si no enfocas adecuadamente. Recuerda que cuando enfocas usando un valor f/ muy pequeño (por ejemplo, f/1.4) también estás optando por tener una profundidad de campo muy reducida, es decir, que la zona enfocada de la escena será muy reducida. Sin embargo, cualquier mínimo movimiento tuyo o del sujeto antes del disparo, puede hacer que el enfoque original se modifique y que lo que querías enfocado salga borroso. Para evitar esto, siempre que puedas utiliza un tripié para asegurar que tu cámara no se mueva ni un milímetro antes o durante el disparo, o al menos colócala sobre un mueble o algún tipo de soporte.

Muévete
Si eres de los que dependen del zoom para realizar sus encuadres, olvídate de esta maña al menos por un momento, porque con los objetivos de focal fija, al no contar con zoom, te tienes que mover, acercarte o alejarte del sujeto hasta lograr el encuadre ideal. Esto, además de obligarte a estar un poco más activo, te impulsa a desplegar tu creatividad y a trabajar la composición con mayor conciencia encontrando ángulos y encuadres más adecuados.

Fotografía macro
Aunque el 50 mm no está hecho para fotografía macro, también lo puedes aprovechar para este fin. ¿Cómo? Simplemente invierte la posición del objetivo sobre la cámara adaptándolo al cuerpo con un anillo inversor, o sosteniéndolo cuidadosamente por delante de la cámara.

No cabe duda que a través de un 50 mm todo luce mejor, ya que estamos ante un objetivo ligero, sumamente luminoso y de gran calidad óptica, que una vez dominado estarás, en definitiva, en la vía correcta para convertirte en un mejor fotógrafo.

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