Habría que vivir fuera de este mundo para ignorar el impactante crecimiento que las telas han tenido en la industria gráfica, ya sea sustituyendo a materiales como la lona, el papel, el plástico o encontrando sus propias aplicaciones. Si tomamos en cuenta, además, que las telas tienen el público cautivo de la industria de la moda, la demanda de este material es insuperable.
Es esta popularidad en el mercado la que ha cimentado el terreno para la batalla tecnológica que actualmente libran las distintas técnicas de impresión. Las grandes protagonistas han sido la sublimación y el DTG (Direct To Garment), es decir, la impresión digital directa a prendas. Pero, ¿qué las diferencia?, ¿Por qué invertir en una u otra? La respuesta no es sencilla, pues depende del tipo de público al que pretendemos satisfacer.
¿Cuál elegir?
Comprender, antes que nada, que ninguna de estas técnicas es mejor que la otra es el primer y más importante paso para encaminar un negocio de impresión textil, pues son muy distintas y cada una tiene pros y contras que pueden servir a los fines de un negocio específico. Compara antes de elegir la mejor para ti.
Sencillez
La principal diferencia entre la sublimación y el DTG es, por supuesto, los procesos químicos que implican. Como es bien sabido, la sublimación puede decirse que conlleva dos pasos: la impresión de una imagen en papel y la transferencia de ésta a la tela a través de calor y presión, no es que esto sea especialmente complicado, pero es común creer que imprimir directamente y de forma digital sobre la tela es un proceso más sencillo, sin embargo, es importante saber que para lograr buenos resultados y viveza de colores con DTG, las prendas necesitan un pre tratamiento que puede hacerse con una pistola de esparsión, un rodillo o una pantalla como las que se usan en serigrafía; y en algunos casos, tratamientos post impresión.
En este sentido podemos decir que ambas tecnologías requieren de un proceso “compuesto” para obtener buenos resultados y su nivel de complejidad no varía drásticamente.
Calidad
La sublimación es probablemente una de las técnicas que más ha evolucionado desde su surgimiento y ha atravesado un proceso de perfeccionamiento que la impresión DTG todavía no enfrenta, a pesar de ser tan competitiva.
La calidad de la sublimación es cada vez mejor, logrando una nitidez de color y definición de líneas casi fotográficas; ya que la tinta no penetra en el tejido, la fidelidad al color es superior. En la impresión DTG, por su parte, se inyectan pigmentos de color en las fibras, lo cual permite que el acabado de la tela sea prácticamente igual al previo a la impresión, pero existe un mayor riesgo de que el color se “contamine” con el del textil, de ahí que sea tan importante el pre tratamiento. Éste último consiste en recubrir el textil con químicos basados en poliéster que de alguna manera sellan la tela para hacer una impresión superior y con colores más fieles.
Desde esta perspectiva, la calidad de la sublimación sigue siendo superior a la de la impresión digital directa, sobre todo en lo referente a la fidelidad al color, tema de vital importancia cuando se trata de aplicaciones publicitarias.
Versatilidad
En este aspecto no hay como la sublimación, más allá de que permite imprimir sobre una gran cantidad de materiales además de los textiles, es cada vez mayor la variedad de telas que admite. Sin embargo tiene una limitación muy importante: solo se puede imprimir en poliéster. La impresión digital abre el panorama al imprimir en telas de algodón y poliéster o una combinación de ambas, incluso otro tipo de telas, siempre y cuando se haga, como ya se ha mencionado, un tratamiento previo al textil a base de poliéster.
La radical diferencia entre estas dos técnicas es la siguiente: la impresión digital directa solamente imprime sobre prendas ya maquiladas, mientras que la sublimación permite imprimir rollos enteros de tela. Esto diversifica por completo el mercado de la impresión textil y a ello nos referimos cuando decimos que invertir en una u otra técnica depende del mercado meta de cada negocio. Si la intención es servir a fines publicitarios de pequeño formato, como playeras o banderas, la impresión DTG es una gran opción para comenzar un negocio, pero si el impresor tiene miras a atender sectores como la industria de la moda, el diseño de interiores, la decoración, publicidad de gran formato y más, la sublimación es la tecnología ideal. Sin embrago, es importante mencionar que además de la sublimación y la impresión directa a la prenda, existe una nueva técnica emergente que es la impresión digital textil, la cual opera de forma similar al DTG, pero ya no es exclusiva de prendas maquiladas, sino que se usa para imprimir de forma directa sobre rollos de tela. En este sector podemos nombrar a Epson como una de las marcas que está trabajando en mejorar esta técnica y recientemente ha anunciado el lanzamiento del equipo Mona Lisa, diseñado para imprimir rollos de tela directo a la tela. Si bien esta tecnología no es DTG (porque no es directa a prendas), sí es una evolución de esa tendencia diseñada para competir con la aplicación publicitaria y de diseño de la sublimación rollo a rollo.
En cuestión de diseño también existen algunas diferencias importantes, pues la impresión directa a la prenda está limitada por las medidas de la placa donde se coloca la prenda, pero es más rápida y no conlleva los procesos de calentado y acabado de la sublimación, la cual permite trabajar en altas dimensiones. En lo referente al color, la DTG tiene mayores posibilidades de crear gamas complejas, pues si bien ambas técnicas requieren “fondear” las telas oscuras con tinta blanca para imprimir sobre ellas, en sublimación eso representa crear una especie de capa plástica sobre la tela que se nota al tacto y la vista, mientras que en DTG, el resultado es más natural ya que las tintas penetran las fibras.
Factor económico
La sublimación lleva ya tantos años en el mercado que con el paso del tiempo han surgido muchísimas opciones de tintas, equipos y sustratos, lo cual amplía la variedad de precios, mientras que la impresión directa sigue siendo muy costosa por lo incipiente de la tecnología.
A pesar de todos sus beneficios, la impresión digital no es la mejor opción ni es costeable para aquellos que buscan personalizar camisetas en grandes cantidades, ya que cada una lleva un par de minutos en producirse; por otro lado, es ideal para trabajos con un alto grado de personalización.
Los expertos recomiendan usar impresión directa para trabajos de máximo 100 unidades, idealmente de 50, y la sublimación para pedidos mayores a 100 piezas. Además, un escenario provechoso para el impresor es la combinación de ambas técnicas de impresión, pues un equipo de impresión directa podría ser provechoso para hacer bocetos y muestras de pedidos que posteriormente se harán en sublimación o serigrafía. Las tiendas on line bajo pedido son también un nicho de mercado para la impresión directa y la sublimación, pues ambas permiten imprimir reducidas cantidades.
Con esto queremos decir que, si bien la sublimación es una técnica cada vez más desarrollada y eficaz, que se ha ganado la aceptación del público por su alta calidad, no le viene mal complementarse (más que competir) con la impresión digital directa. Si un impresor busca ampliar su mercado y llegar a un público más diverso, vale la pena invertir en ambas tecnologías. El público actual, sobre todo las generaciones más jóvenes están en constante búsqueda de productos personalizados, inmediatos y de bajo costo, mientras que la publicidad busca acabados cada vez mejores, con materiales altamente resistentes y una fidelidad al color inmejorable. Un taller de sublimación puede convertirse en un negocio más rentable si agrega la impresión directa a su cartera de servicios, la clave está en saber obtener lo mejor de cada una.
La tendencia del mercado de decorar prendas, personalizarlas y hacer diseños más audaces abre la posibilidad de combinar técnicas de impresión textil y el nivel de especialización de los negocios aumenta considerablemente. En lugar de verlo como una dificultad, esta puede ser una gran oportunidad para los impresores de diversificarse y ampliar su público meta.
Cuidado
Como en cualquier tecnología, obtener lo mejor de la sublimación y la impresión directa depende de la calidad de los materiales que se usen. En la actualidad la sublimación cuenta con una enorme cantidad de marcas y productos en el mercado que la hacen muy competitiva, pero precisamente por su novedad, la impresión directa aún no cuenta con muchas opciones, siendo recomendable trabajar con tintas coreanas o americanas, evitando las marcas genéricas que podrían dañar el equipo de impresión, las cuales son más costosas que las tintas de sublimación.
Por otra parte, el promedio de vida de las prendas impresas con sublimación o DTG es un tema de importante discusión. En ambos casos es recomendable seguir ciertas indicaciones de cuidado como lavar las prendas al revés y con agua fría. Aunque la impresión digital directa sobre la prenda ha demostrado una larga resistencia y duración de las prendas ya que las tintas penetran a fondo las telas, la duración de la impresión por sublimación sigue siendo mayor.
Con esta información podemos concluir que todo impresor interesado en ampliar su oferta de servicios puede diversificar su mercado invirtiendo en ambas tecnologías, pero para aquél que pretende iniciar un negocio es importante pensar en el tipo de mercado que desea cubrir. Si busca ofrecer diseños muy sofisticados con una amplia gama de colores y efectos como el degradado en pequeños tirajes, lo ideal es invertir en impresión digital directa, si por otra parte busca satisfacer a un espectro de clientes muy amplio y ofrecer grandes producciones, la mejor opción es la serigrafía. La clave es siempre pensar en las necesidades de nuestro público.
Casos de éxito
Como ya mencionamos, existen dos tipos de impresión digital directa a textil: la impresión directa a rollos de tela y la directa a prendas. Si bien esta última puede parecer limitada por el tamaño de los equipos y los tiempos de producción, es muy competitiva y se han registrado ya algunos casos de éxito que son grandes ejemplos de aprovechamiento de esta tecnología.
Este es el caso de la empresa de marketing promocional The Magnetic Collaborative, la cual se asoció con Anajet para colaborar en un evento de Google que consistió en la presentación de un juego interactivo que permitía al público jugar con un personaje de Android creado por ellos con la opción de imprimir a su personaje en una playera y llevarla a casa. El juego se exhibía en un espectacular electrónico instalado en Times Square en New York, el cual ocupa una cuadra completa y mide 25 mil pies cuadrados.
Para crear la T-Shirt Station y hacer posible lo que Google quería: que los participantes recordaran la experiencia y se llevaran a casa una camiseta personalizada, fue necesario contar con un equipo de impresión directo a prendas que fuera rápido y eficáz. Para el evento se usaron tres impresoras Anajet mPower mP10i que, alineadas y con las planchas preparadas, permitían a los transeúntes imprimir los coloridos avatares de Android que creaban en el juego a una velocidad aproximada de 40 segundos. Durante los dos días que duró el evento se imprimieron más de 1,700 playeras personalizadas, demostrando así que estos equipos, pese a su tamaño, no tienen limitaciones.