Lograr una unión resistente
en impresos en lona constituye
un factor de vital importancia,
los enlaces moleculares creados
por ondas sonoras de alta frecuencia
es un ejemplo de ello.
Transitando por la moderna ciudad de México es común encontrarse con un sinnúmero de pantallas espectaculares, anuncios luminosos, posters, vallas publicitarias y hasta gigantografías que llegan a cubrir completamente los costados de las edificaciones que tienen la mala suerte de situarse a los lados de las vías más transitadas de la megalópolis.
La publicidad no da tregua y busca que las grandes marcas siempre se encuentren frente a nuestra mirada para permanecer en nuestra memoria lo más posible, solo así se entienden términos mercadológicos como “top of mind” “ranking mental” o “Brand Awarenes”.
Las gigantografías son un caso especial, elaboradas con lona impresa implican una gran complejidad, pueden medir hasta 12 metros de ancho X 20 de alto y su desarrollo enfrenta varios retos, desde elaborar la imagen gigante con la resolución adecuada, el anclaje a la construcción hasta usar el material adecuado que resista el peso de todo el material.
El tiempo de duración depende de muchos factores, en primer lugar es importante el material del que está realizada la gigantografía, si es en lona, debe ser de un tramado fuerte, un 500×500 hilos y de 13 onzas por m2. Estos dos factores son importantes a la hora de hacer frente a los vientos, lluvia y rayos UV. Algunos impresores llegan al extremo de “probar la lona” tratándola de romper con las manos, si esto sucede, entonces no es apta para colocarse en un edificio ya que el primer ventaron la hará trizas.
También es muy importante la colocación, si no lo hacen de la manera adecuada por más gruesa que sea y se utilizó tintas con protección UV (ultra violeta) el trabajo va a durar muy poco tiempo. En promedio el tiempo que duran con el color bien llamativo y nítido es de unos 2 años cada gigantografia expuesta en vía pública.
Otro problema es la unión, el ancho máximo de los rollos para imprimir gigantografías es de 5 metros, por lo que se puede imprimir en ese ancho y luego ir soldando (uniendo) las partes con soldadoras que caminan automáticamente dando un calor de 400 a 600 grados Celsius. El traslape de esa unión varia de entre 2 y 4 cm, por lo que se logra una unión muy resistente y se pueden obtener gigantografias para carteles de ruta en vía pública de todas las medidas y tamaños.
Pero no solo si hacemos gigantografías tenemos que soldar los materiales de impresión, en anuncios más pequeños se hacen comúnmente “refuerzos perimetrales”, se dobla la misma lona impresa en la orilla y se suelda por calor, este procedimiento aumenta la resistencia de su pieza ante posibles daños de agentes externos (viento, tirones fuertes, etcétera).
Usos de la lona para impresión
La impresión en lona es un instrumento común para la difusión de anuncios publicitarios que se colocan al aire libre; se considera el material más económico y durable. Pertenece a los impresos de gran formato porque su tamaño requiere grandes cantidades de tinta y un material especial que no es papel.
A pesar de que no es papel, este soporte también tiene opciones que van desde el grosor o gramaje, los tamaños y el tipo de lona de la que se trate. Asimismo, pueden llevar afinados para el montaje.
Pueden tener un corte recto, contar con ojillos o un acabado listo para funcionar como pendón. Por el lado de los acabados, las resoluciones de las imágenes tienen que ver con su legibilidad, es decir que tan bien se verán en el impreso.
Tipos de lonas imprimibles
Con el paso de los años se ha podido realizar una serie de avances que permiten hablar de tipos de lona. Entre los más comunes se encuentran los siguientes:
– Brillante: es la más comercial y la más utilizada. Es excelente para colocar en fachadas o estructuras metálicas así como en espectaculares altos ya que por ser brillante pueden verse perfectamente las imágenes a distancia.
– Mate: es la lona convencional que se usa para la impresión de todos los anuncios de publicidad, la diferencia con la brillante es que no refleja tanto la luz permitiendo que sea ideal para contenidos con texto pues se pueden leer mejor.
– Mesh: este material se encuentra micro-perforado y es similar a las mallas que permiten el paso del viento lo que las hace excelentes para espectaculares colocados en bastidores, esto hace que no se levanten ni se vuelen. Además el acabado resulta agradable a la vista.
– Back Light: se trata de una lona traslucida que permite el paso de la luz haciendo que se vea increíble como un anuncio luminoso. Por esta característica tan peculiar del acabado se pueden hacer ejercicios creativos que jueguen con el uso de luz y sombra y así tener resultados muy llamativos para tus compradores. Se recomienda colocarle protección al soporte que se está utilizando.
Soldado o vulcanizado de Lona
Para escoger una tela sintética que se adapte a las necesidades de cada aplicación se debe recurrir a su composición elemental, es decir, grosor, ancho y
acabado.
Otra característica a tomar en cuenta es el diámetro del hilo o la fibra, que se mide en deniers, los cuales equivalen a la relación entre el peso y la longitud del filamento. Con base en esto, cuando decimos que un filamento es de 1 denier significa que 9,000 metros de ese hilo pesan 1 gramo. Por lo tanto, una tela de 1,000 deniers está compuesta por una cordura de 1,000 gramos por cada 9,000 metros de ese hilo, el cual es uno de los tejidos más cerrados y gruesos del mercado.
La densidad de las lonas es relativamente proporcional a su peso. Entre más ligeras sean, es más posible su uso para aplicaciones de mayor formato como gigantografías y espectaculares; mientras que las lonas más gruesas se utilizan en parabúses que necesitan iluminación artificial adicional.
La soldadura se puede utilizar en materiales con recubrimientos termoplásticos como cloruro de polivinilo, poliuretano, tejido de polietileno y polipropileno. Es común que no se use para productos de uso habitual, sólo cuando se requieren acabados especializados como que éste sea impermeable, presurizado, resistente a la abrasión en costuras, resistente al uso rudo o que requiera un acabado muy fino.
Existen dos tipos básicos de soldadura para lona, la dieléctrica y la rotativa. El uso de equipos de soldadura por aire caliente, cuña y ultrasonido son clasificados como rotativos, es decir, en ellos la tela se mueve mientras la máquina va uniendo los pedazos; en cambio, en radiofrecuencia la tela no se mueve mientras es
soldada.
En la soldadura dieléctrica la lona se coloca en posición con un traslape con la lona a la cual queremos unir, sobre ellas se posa un elemento metálico que es calentado mediante un pulso de radiofrecuencia, el calor une las partes plásticas de la tela, el objeto se levanta, y la lona se mueve para quedar nuevamente en posición y el proceso se repite.
En la soldadura rotativa tenemos un proceso continuo de vulcanizado mientras la lona se mueve continuamente sobre el área de soldado, normalmente arrastrada por dos ruedas mecánicas; el calor se envía a través de cualquiera de las fuentes, la cuña de metal caliente o por aire. Justo antes de que el material pase por entre las dos ruedas, éstas ejercen presión y la tela se sella permanentemente. Este proceso es más rápido y alcanza una velocidad de operación de hasta 6 metros por minuto pero requiere de operadores más experimentados, ya que si movemos el equipo muy rápido podemos dejar una soldadura deficiente por falta de calor.
Estos equipos, también llamados ratones pueden manejar temperaturas de los 20 a los 700 grados Celsius. El calor se genera o bien de forma eléctrica con aire de alta temperatura, o bien de manera electrónica con una cuña de alta temperatura, utilizan rotadores de soldadura para tirar los materiales termoplásticos a través del sistema a una velocidad controlada con precisión.
La presión se utiliza para la compresión de los materiales termoplásticos calentados juntos durante el sellado para completar la fusión molecular entre dos o más capas. Se aplica una presión de aire variable a los rotadores de soldadura a fin de obtener la fuerza necesaria para la operación.
La soldadura rotativa con cuña caliente es un proceso utilizado para unir lonas y láminas termoplásticas gracias al calor, velocidad y presión exactas. Puede ser más complicado de usar que el sistema de aire caliente ya que si se interrumpe la labor, la cuña puede sobrecalentar y quemar la tela; con el sistema de aire caliente no sucede lo mismo por lo que es la preferida por los usuarios.
En el caso de la soldadura con cuña caliente, se coloca con precisión una cuña caliente en el punto de sellado, a buena temperatura. Se tira después el tejido o la lámina a través de la cuña caliente. La temperatura de la cuña debe estar muy controlada y puede alcanzar entre 400ºC y 490ºC para una soldadura perfecta. Se usa comúnmente en los casos de lonas más gruesas o para producciones intermedias.
Ultrasonido
El ultrasonido puede ofrecer velocidades de hasta 500 metros por minuto. Es muy usado en la industria de la higiene, para filtros, almohadillas, máscaras quirúrgicas, y telas plásticas.
El proceso es muy versátil y puede unir materiales con relieves o perforaciones, varias capas de material al mismo tiempo para crear fuertes costuras en prendas de vestir. Utiliza ondas sonoras de alta frecuencia que crean enlaces moleculares en materiales termoplásticos; durante el proceso, vibraciones de más de 20,000 ciclos por segundo son enviados al material por el sonotrodo (una especie de bocina ultrasónica) el material se comprime entre la superficie del sonotrodo y la parte superior de una placa. La presión de las partes no tejidas, película o plástico crean tanto una compresión como la fricción entre las moléculas, esto da como resultado calor y fusión de los materiales termoplásticos.
Miller Weldmaster cuenta con gran variedad de equipos para soldado de lona tanto dieléctricos como rotativos, algunos que podemos mencionar son la T3 Extreme que permite el soldado mediante cuña caliente o la T300 Extreme Edge que permite crear dobladillos o bolsillos a alta velocidad, también tiene la Impulse Extreme que trabaja mediante impulsos, y esta disponible en tres tamaños, 3, 4.5 o 6 metros de ancho. Logra velocidades de 6 metros en 15 segundos.
Leister cuenta con los equipos Variant, rotativo que permite soldar hasta 18 metros por minuto, La Varimat V2 de cuña caliente que permite la soldadura de hasta 12 metros de lona por minuto. La Uniplan E/S, equipo digital automático de aire caliente, puede soldar lonas a una velocidad de hasta 7.5 metros por minuto. Uniplan Wedge, ideal para telas acrílicas opera a un bajo nivel de ruido, es portátil y cuenta con guía láser de soldado.
La impresión en lona sigue siendo una de las soluciones más adecuadas para todos los bolsillos esto se debe a que su calidad y adaptabilidad a los distintos espacios hacen que el precio sea razonable por todo los beneficios que conlleva.
Estos materiales ofrecen amplia versatilidad para soluciones creativas que resultan fáciles, rápidas y económicas. Permiten que se puedan decorar y personalizar tanto interiores como exteriores.
Aunque generalmente se piensa en que las lonas son para exteriores por la resistencia que generan ante los cambios del clima (el polvo, el sol, la lluvia, etcétera), hoy en día una de las tendencias que se tienen consideradas es la de las soluciones de impresión creativas para crear ambientes en interiores.
Además de esto, una de las mejores razones para imprimir una lona hoy es que son el resultado de un buen branding. El branding es una de las razones por las que las empresas deciden utilizar materiales gráficos de gran tamaño. Esta herramienta se vuelve imprescindible para garantizar la credibilidad y confianza que una marca puede dar ya que en ella cae el peso de los valores y la visión de una firma pues la imagen corporativa define estos elementos con soluciones visuales.