Durante nuestro proceso de impresión en serigrafía podemos sufrir de algunos errores que hagan que nuestra impresión luzca con algunos desperfectos. Si bien hay errores que nos arruinarán la impresión, existen otros donde podemos salvar la imagen y obtener un resultado positivo.
La serigrafía es una de las técnicas de impresión más populares en la industria, ya que es muy dinámica, se pueden obtener distintos terminados y su aplicación es relativamente sencilla.
Aún con los procesos sencillos de la técnica, podemos incurrir en distintos errores a la hora de aplicar la tinta, al curarla o en cualquier otro de sus procesos. Lo ideal será siempre evitar los errores, pero si estos se presentan hay algunas formas de salvar nuestra impresión.
Muchos de los errores en serigrafía se deben a la omisión de algún proceso, en otros casos es al momento de la aplicación de estos procesos, es entonces que hay que prestar atención en dos sentidos, el primero en ver la necesidad del cliente y los procesos que necesitamos para llegar al óptimo resultado, así como estar muy presentes a la hora de tomar acción, es decir, comenzar con el proceso de impresión por serigrafía. Los elementos que se inspeccionan en las pruebas de control de calidad normalmente son:
Apariencia visual – Cómo es que se ve a simple vista.
Elasticidad – Si nuestro estampado soporta el estiramiento o no.
Lavado – Si al lavar la tela la tinta permanece fija y con un buen brillo y adhesividad.
Suavidad – Cómo se siente el estampado en la tela, con qué suavidad en frote en seco (“dry crockfastness”) y frote húmedo (“wet crockfastness”).
Adicionalmente se pueden realizar pruebas de igualación de color (“color matching”), migración (“bleeding”) y transferencia de color (“dye transfer”).
Errores comunes
El camino ya ha sido transitado por otros, así que muchos se han topado con problemáticas similares a la hora de plasmar sus imágenes sobre los distintos sustratos. Les compartimos los errores más comunes, cómo evitarlos y qué hacer para resolverlos en los casos donde se pueda salvar la impresión.
Equipo mal colocado – Pareciera que este paso se da por sobre entendido, pero en la práctica podemos cometer errores sencillos que nos dificulten el trabajo o que nos haga incurrir en errores muy básicos y comunes. En el caso de las pantallas, la imagen que deseamos imprimir debe tener el suficiente margen para verter la tinta y ejercer la presión necesaria para pasar el estampado de forma homogénea en una sola pasada.
La falta de espacio y por consecuencia, la falta de presión al pasar la rasqueta, causará que no pase completamente la tinta y por ende el diseño a estampar. Este es uno de los errores más básicos y sencillos a evitar si colocamos con el suficiente espacio nuestro equipo y la imagen en él. Un margen de entre 8 a 10 centímetros es lo recomendado para trabajar cómodamente.
Errores al aplicar la tinta
Al pasar a la tinta por la malla de la pantalla, hay que verificar que tenga la densidad suficiente, que comúnmente se llega a comparar con la densidad y viscosidad de la miel, aunque lo más importante es que la tinta se adapte al tipo de imagen, el tipo de malla e incluso las condiciones ambientales en las que nos encontremos trabajando.
Un error común es no poner suficiente tinta en la malla, en este sentido no hay que escatimar, pues la tinta que sobre puede volver a su envase y ser utilizada en otra ocasión. Si ya se pasó la rasqueta y nos hizo falta tinta podemos colocar otra capa, pero no es lo ideal, ya que la imagen se puede sobrecargar de tinta y perder nitidez y definición en sus contornos.
Es recomendable que la pantalla siempre este cubierta de tinta durante todo el proceso de estampado y que se encuentre fresca, para ello hay que estar vertiendo aproximadamente cada 2 minutos (dependiendo del tipo) un poco de tinta para mantener las mejores condiciones de impresión, pues de otro modo se puede llegar a secar con rapidez en la pantalla y habrá que limpiarla de inmediato para evitar que se estropee y nos afecte otros trabajos.
Desconocimiento de los materiales
El impresor debe saber con qué material va a trabajar, el tipo de tela, los pigmentos, y los plastisoles a utilizar, es decir, las tintas, pues así sabrá los tiempos de curado y el tratamiento que le dará al material para que la impresión quede como el cliente espera.
Si desconocemos la tela con la que trabajamos podemos utilizar tintas que no sean compatibles y estropear nuestra producción. En este caso cuando las piezas quedan manchadas es muy difícil que se puedan reparar, básicamente habrá que repetir el proceso.
Falta de un control de calidad
Al ver la orden del cliente, es necesario hacer pruebas de calidad primero para ver qué resultados nos arroja y si son óptimas las impresiones para así replicar el proceso y que el cliente se marche satisfecho.
Las pruebas de calidad incluyen todos los elementos de la pieza antes mencionados, donde habrá que realizar la prueba de lavado, pues es gracias a ella que podemos percatarnos de los errores que no se ven a simple vista.
Con pedidos de una sola pieza a miles, es necesario hacer pruebas previas para ver cómo quedará nuestra impresión, este es un paso básico que no debemos de omitir.
Si el pedido es en masa, durante todo el tiempo de producción será adecuado ir revisando las impresiones para ver si los estampados van quedando con la misma calidad de impresión o si hay que realizar algún ajuste.
Durante una producción alta de un mismo color y diseño se debería probar los estampados número 10, 50, 200, 500, 1000, 2000, 5000, 10000, 15000, 20000, 25000, etc. (en adelante cada 5000 estampados), ésta es una norma generalizada que nos ayuda a mantener un mejor control y nos permite tener un archivo del cliente para posteriores trabajos.
Si no hacemos pruebas y llevamos un registro caeremos muy probablemente en distintos resultados en las piezas, lo que genera piezas con distintos niveles de calidad que no serán óptimos a la hora de entregar el pedido, o en casos más graves perder todas las piezas por errores que no podamos corregir.
Curado con fallas
El proceso de curado o termofijado, es básico para que la tinta quede fija al sustrato y que no presente cuarteaduras, ya sea en tela, metal, cerámica, cristal o algún otro material. Es el proceso final y aunque las piezas se vean listas a simple vista, sin el proceso de curado la tinta se vendrá abajo con la primera lavada.
Los problemas en este caso se presentan ya sea por omitir el proceso o al momento de utilizar los hornos o planchas de curado, y es que los hornos no siempre mantienen una temperatura estable o lineal, sino que van teniendo cambios en su temperatura y es muy importante verificar que la temperatura no baje o suba demasiado.
En la plancha caliente, a veces el problema de que no se adhiera la tinta en la tela tiene que ver con la presión que hemos puesto, dependiendo del tipo de material tenemos que hacer más o menos presión.
Otro punto importante a destacar es la densidad del sustrato en cuestión, por ejemplo, si se está imprimiendo un estampado grueso o de alta densidad de tinta (high density o estampados 3D ), éste tendrá que permanecer por mayor tiempo en el horno que un estampado ligero; de otro modo no se fijará adecuadamente la tinta y partes de la imagen se pueden llegar a desprender o cuartear al estirar la tela, por ejemplo.
El proceso de curado se vuelve más complejo a la hora de estar curando simultáneamente dos o más producciones con un mismo equipo, pues los factores para que los errores se presenten se multiplican. Es en estas situaciones cuando más atención se le debe de prestar al proceso de curado, ya que si se trabajan con distintas densidades de tintas, unas con capas más gruesas de tinta que otras, habrá que tener cuidado en dejar cada pieza el tiempo necesario para que la tinta seque por completo.
Si al hacer la prueba de elasticidad estiras el material y éste se cuartea será evidente que el proceso de curado no se realizó bien y tienes la oportunidad de volver a meter al horno las piezas y repetir el proceso para que el proceso de curado se lleve a cabo; es por ello que es importante hacer pruebas de impresión para ver cómo quedará el producto final y no trabajar doble o en vano.
Eflorescencia y Migración –
Este defecto se refiere a cuando aparecen partes del estampado manchados o con distintas tonalidades en sus colores, nos indica que la tela tuvo un proceso previo de pigmentación y que estos pigmentos no fueron compatibles con el tipo de plastisol para hacer la impresión. Comúnmente las telas con las que se presentan estos problemas son las telas de poliéster o mezclas que lo contienen.
Es justo para evitar este tipo de errores que se realizan pruebas de impresión que se mantienen en observación por algunas horas e incluso días, pues se ha llegado a presentar casos de pedidos que a días de entregados presentan el problema.
Los tonos rojos, guindas y azules son más propensos a este tipo de defectos, pero puede ocurrir con cualquier tonalidad.
Cuando se presenta este error muchas veces se pierde la producción completa, es por esa razón que es muy importante tratar con cuidado a las prendas que han sido sublimadas o que contienen mezclas con poliéster y hacer las pruebas de compatibilidad con las tintas plastisol para que no peligre nuestra producción y perdamos tiempo y dinero.
El problema de migración de color también puede llegar a presentarse por un mal manejo de nuestro pulpo de serigrafía, donde la unidad de pre-secado albergue depósitos de color que pasen a la tela.
Si vamos a trabajar con telas que contengan poliéster, hay algunos ajustes que nos pueden servir, como poner mayor tensión en la malla, usar un número más alto de malla, usar un fuera de contacto más bajo y escobillas más afiladas, también servirá el reducir el depósito de tinta para disminuir el tiempo de curado. Existen viniles anti-sublimación, con las cuales podrás trabajar mejor, el único detalle es que no suelen tener una amplia oferta de colores.
En general lo ideal es hacer las pruebas al inicio de los procesos para verificar que todo esté en orden, prestar mucha atención durante el proceso y trabajar con los mejores materiales disponibles en el mercado para que el tema de insumos no llegue a ser un factor problemático en la calidad de tus impresiones.