En el marco de ELA 2016, Ramón Esteve, director y fundador de Ramón Esteve Estudio, habló de la luz como materia en la arquitectura y de la posibilidad de diseñar lámparas capaces de crear diferentes sensaciones en espacios interiores.
Definiendo la luz desde el punto de vista arquitectónico, podemos decir que la luz es la identidad de la materia y como tal es la que le da la realidad a la arquitectura.
Podemos dividir la luz en dos grandes grupos: natural y artificial. La luz artificial tiene una naturaleza propia y fue creada como resultado de buscar algo secundario dentro de la importancia que la arquitectura le da a la luz natural.
Por su parte, la luz natural proviene del sol, es una luz dinámica y cambiante a lo largo del día, a lo largo de las estaciones y conforme a los cambios climatológicos. Es una luz que viene de arriba y abajo, Gracias a su dinamismo, la arquitectura se plantea de una forma concreta hacia ella.
Ejemplos de luz modelable
Para ilustrar la luz como masa modelable, podemos remitirnos a los trabajos de James Barrell y Olafur Eliasson, que son artistas que trabajan y esculpen con la luz logrando introducir a las personas dentro del color. Ambos son claros ejemplos de cómo enfrentarse y modelar la luz.
Algunos proyectos de interiorismo del estudio de Ramón Esteve también ilustran el mismo objetivo, como es el caso de una serie de lámparas diseñadas para la empresa Vibia, que buscaba ofrecer un programa arquitectónico y modulable y que diera la sensación de una luz cenital.
Es así como el programa Vibia Link Home se compone de una iluminación de pared o un dispositivo de iluminación empotrado con un difusor de metacrilato, que coge la inspiración de los muros enormes de la época Medieval cuyos huecos son bañados por la luz artificial generando una sensación fantástica.
La colección consta de cuatro módulos de distintos tamaños y alturas que están conectados entre sí, con lo cual se ofrece una amplia gama de geometrías que se integran en la arquitectura del techo. Es interesante el efecto que producen las lámparas, ya que intentan sugerir o evocar una sensación de luz natural, como si los rayos del sol entraran a través de los diferentes volúmenes del techo. Disponible en blanco lacado brillante o grafito lacado brillante.
Si bien una característica de este proyecto es que sólo incluye cuatro tipos de luminarias, se pueden hacer composiciones particulares a través de un software.
Intervenciones en diseño interior
Otro proyecto que desarrollaron fueron unas lámparas artesanales hechas de origami, donde la idea fue jugar con la tradición japonesa de la papiroflexia obteniendo así tres tipos de piezas cuadradas. Al igual que el ejemplo anterior, es posible hacer la composición deseada, para lo cual el software se encarga de conectarla con el ángulo exacto y posteriormente saca una plantilla para poderla instalar.
Otro trabajo interesante es el que se hizo para la empresa Vondom que fabrica mobiliario de exterior a través de la técnica de rotomoldeo, que permite hacer muebles de plástico de grandes dimensiones con la particularidad de que se pueden iluminar. Este proyecto es interesante ya que son los propios muebles los que generan el ambiente nocturno.
Para que los muebles consigan tener luz propia, Vondom utiliza un controlador DMX, el cual permite controlar la iluminación de los productos desde dispositivos móviles iOS y Android consiguiendo iluminar las estancias de modo independiente.
También es interesante ver el diseño de montaje que se hizo en unos baños termales de una fiesta en Milán, los cuales se combinaron con videoproyecciones sobre muros medievales, logrando que el mueble se convirtiera en luz y generara una atmósfera lúdica.
Cómo trabajar la luz artificial
Algunos consejos para tratar la luz artificial son:
-Generar juegos de luces y sombras para crear manchas.
-Iluminar las partes inferiores de los muebles para no tener sombras duras.
-Tener haces de luz muy dirigidos.
-La temperatura de color de las luminarias deben estar entre 3,000 y 2,700°K con el objetivo de generar un espacio intimista y acogedor.
La iluminación es fundamental para crear un espacio envolvente e intentar transmitir esa sensación de estar en un espacio elegante y de cierto status.
Podemos crear un espacio donde esté todo iluminado pero no haya una luz estridente. La idea es tener espacios donde la gente se sienta a gusto y se vea guapa. Podemos recurrir a una luz con claroscuros que aunque haga sombras genere distintas tonalidades, sin sombras duras, gracias a que se compensa la luz directa, que da volumen, con una luz integrada que se encarga de diluir las sombras.
El reto de iluminar la moda
En el mundo de la moda, una marca es un estilo de vida y lo mejor para transmitir ese estilo de vida es que todo el universo que rodea a dicha marca esté dirigido con los mismos conceptos y principios.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando tenemos una tienda multimarca (es decir, una tienda que reúna en su piso de venta a las mejores marcas del mundo tipo Gucci y Prada)? El reto es crear para este establecimiento un espacio que tenga identidad sin comerse la identidad de los productos y además que sea flexible, ya que las colecciones van cambiando en función de la temporada y la selección de marcas.
Para la tienda de ropa Chapeau, ubicada en Valencia, España, se diseñó un sistema fácilmente adaptable a todos estos cambios. La luz artificial fue fundamental para darle cierto valor a la ropa. Un modelo de referencia para trabajar la luz artificial es el escenográfico, donde en un teatro uno ilumina lo que desea que se vea, a diferencia de la luz natural que ilumina todo. La luz artificial tiene la singularidad de que nos permite poner en valor lo que queremos.
Al tener una dimensión de ventanales limitada, la tienda se convirtió en una especie de escenografía, en un escaparate. La estrategia del proyecto fue formar familias de elementos, ya sea lineales, prismáticos (probadores) o planos inclinados (en los techos) que permitieron meter las instalaciones sin bajar la altura del techo, pues hay que recordar que en un espacio comercial mientras más altura, más imponente.
La tienda cuenta con una luz envolvente, continua y difusa que sale de las paredes y de las partes traseras. Para darle un carácter esterográfico, se utilizaron focos con un ángulo de apertura de 8-10 grados, una intensidad de luz muy fuerte con luces entre 3,000-4,000°K (luz cálida) y una reproducción de color muy alta. En las paredes se logró hacer un juego de reflexiones, ya que son pantallas retroiluminadas que generan una atmósfera cálida. Todo ello consigue que las prendas tengan protagonismo dentro del espacio.
Al usar luz natural…
Cuando se decide usar luz natural, hay que tomar en cuenta la climatología de la ciudad. En algunos lugares la luz del sol es muy fuerte, por lo que hay que aprender a administrar las aperturas de los huecos y recordar que grandes huecos tienen que ir detrás de grandes sombras.
En estos casos, queda perfecto el uso de materiales naturales como madera o piedras que conecten la arquitectura con el lugar. Siempre se debe buscar que los materiales utilizados en el interior lleven o trasladen al concepto del entorno que hay en el exterior (bosque, mar, etcétera).
La luz nocturna evoca a la luz del fuego y conecta con la naturaleza. Es una conexión ancestral. En la mayoría de los casos, viene de abajo para arriba, a diferencia de la luz de día que viene de arriba para abajo. Incluso en sitios donde el paisaje no es afortunado, la noche se vuelve mágica porque uno tiene la opción de destacar lo que quiere que se vea, haciendo uso de temperaturas de color cálidas (2,700-3,000°K).
Texturas
Tener texturas con luces barridas destacará aún más la vibración de las texturas. Podemos recurrir al agua, la madera, el acero y texturas que lleven a las personas a sentir dónde están. El objetivo es hacer un amplificador de la percepción del lugar.
Por ejemplo, si el establecimiento está frente al mar, podemos aprovechar el color de la luz que es blanco y jugar con las texturas de las piedras, maderas y mosaicos que se han tomado de las referencias que se tienen del entorno local, creando la idea de secuencia o continuidad para conectar con el paisaje.
Hay que integrar la iluminación con todos los elementos como, por ejemplo, unas escaleras de vidrio con LED’s en los laterales donde la iluminación de las escaleras sean los propios escalones.
La idea es jugar con patrones simples que se repitan y den continuidad e ir configurando la riqueza de todos los espacios. También podemos jugar con la luz del este y del oeste y con las ventilaciones cruzadas.
Así, el comercio intentará integrarse, con una luz del día que se filtra, refleja y matiza de una forma concreta y una luz de noche que buscará dar un efecto mágico conectada con la idea del fuego.
Se recomienda trabajar la luz por reflexión de arriba hacia abajo y sólo poner pocos puntos de luz en el techo cuando se quiera destacar algo, cuando se desee que algo coja volumen o protagonismo.