El mantenimiento del equipo es una de las partes menos divertidas pero sí de las más necesarias para un fotógrafo. Convierte la rutina de limpieza en un hábito periódico para evitarte muchos malos ratos y asegurarle a tu equipo una vida útil mucho más prolongada.
Los amantes de la fotografía invertimos mucho dinero en equipo fotográfico con tal de poder realizar esta actividad que representa una de nuestras más grandes pasiones. Sin embargo, con el paso del tiempo nos olvidamos del cuidado de nuestra cámara y sus complementos, reduciendo su vida útil y la calidad de nuestras tomas. Por ello, hablaremos de los cuidados básicos que requiere.
Protección y almacenaje
El cristal del objetivo es muy importante, y si éste está sucio o en mal estado puede ocasionar fotos manchadas o poco definidas.
Ten los objetivos en un lugar fresco, seco y limpio para aislarlos de la suciedad, el polvo y la humedad, ya que si entran en ellos va a ser prácticamente imposible limpiarlos. Un buen hábito es guardar todas las bolsitas antihumedad de las cajas de zapatos y otros productos que compres y que las coloques junto a tu equipo para que se mantenga seco.
Cerciórate de guardarlos con ambas tapas puestas (la delantera y la trasera) y de preferencia dentro de su bolsa o funda.
Al usar un objetivo
Ten en cuenta los siguientes cuidados para proteger el objetivo:
a) Colócale un filtro UV para proteger el cristal de la lente sin restarle luminosidad; es preferible exponer el filtro a arriesgar la lente.
b) Usa un parasol para evitar la incidencia de luz directa en el sensor de la cámara y evitar golpes en el cristal.
c) Ponle la tapa cuando no estés tomando fotos.
El transporte
Antes de salir a la calle con mucho equipo a cuestas, Piensa en qué es lo que realmente necesitas y no cargues cosas inútilmente.
Usa fundas acolchadas. Las bolsas de tela en las que vienen los objetivos no son contra golpes; sólo sirven para resguardarlos del polvo y la suciedad. Es mejor una funda rígida o acolchada especialmente diseñada para tu equipo.
Utiliza una mochila o bolsa especializada con varios compartimientos (uno para cada objeto). Las mejores son las que brindan la opción de ajustar dichos espacios mediante separadores que podamos cambiar de posición a través de un sistema de velcro que nos permita fijarlos de forma diferente y mantener el cuerpo de la cámara y los objetivos bien sujetos y separados para evitar que se rocen entre sí.
Limpieza del objetivo y el cuerpo
El elemento principal de la fotografía es la luz, y la transparencia de la lente es vital para permitir pasar la mayor cantidad posible. Procura no ensuciar tu objetivo, ya que muchos tienen en el cristal un recubrimiento antipolvo o antirreflejante que se gasta al limpiarlo, por lo tanto, mientras menos lo toquemos, mejor.
En caso de que necesites limpiarlo ten cuidado de no rayarlo (evita hacerlo con la camiseta, los dedos o con lo primero que encuentres), consigue un kit de limpieza que incluya un paño de microfibra o gamuza, un pincel de cerdas simétricas y un poco de líquido especial (nunca el limpiacristales común y corriente) o, en su defecto, el vaho de tu boca también puede servir.
Para limpiar el objetivo o la cámara, primero quita con el pincel o una pera de aire el polvo o las basuritas más grandes, luego pon un poco de líquido en el trapito y limpia (en el lente, haciendo círculos desde el centro del cristal hacia fuera). Verifica que no queden restos de humedad.
Limpieza del sensor
Tarde o temprano aparecerá la temida manchita provocada (al parecer) por una basurita o una mota de polvo en el sensor de tu cámara.
Pero, ¿cómo saber si el sensor necesita limpieza? Cierra el diafragma lo más posible (f/22), pon la sensibilidad ISO en lo más bajo (50 o 100), enfoca al infinito, apunta hacia el cielo o a un fondo liso y haz varias tomas. Al ampliar la imagen las manchas o partículas aparecerán como pequeños círculos más oscuros un poco difuminados; si esto sucede, haz la prueba con un objetivo distinto para asegurarte de que el del problema es el sensor y no el objetivo.
El sensor es muy delicado, por lo que si vas a limpiarlo tú mismo debes usar productos de la mejor calidad. Asegúrate de que en el lugar no haya corrientes de aire, que esté libre de polvo y que no se mueva o haya vibraciones.
Carga la batería, ya que si a medio proceso se apaga la cámara, las láminas que protegen al sensor se cerrarán y podrán causar algún daño. Posteriormente:
a) Lava y seca tus manos.
b) Quita el objetivo.
c) Activa la opción de “bloqueo de espejo” para acceder al sensor.
d) Si vas a usar la pera de aire o el pincel para quitar el polvo, hazlo con la cámara boca abajo para que la gravedad nos ayude a que la suciedad no se vuelva a adherir; pero si usamos algún líquido (asegúrate de que el recubrimiento del sensor sea compatible con el producto) con un pincel o paño, lo más cómodo es hacerlo con la cámara boca arriba sobre una superficie limpia y firme.
e) Si sólo se trata de motas de polvo, también son útiles las barras o lápices de gel.
f) Antes de comprobar que se hayan desprendido todas las partículas y colocar el objetivo, limpia su parte posterior para no volver a meter polvo en la cámara.
g) Apaga la cámara para que el espejo vuelva a su posición original y luego toma unas fotografías de prueba.
Al asear el sensor:
a) Nunca utilices tus dedos ni tu aliento para limpiarlo.
b) No uses aire comprimido, ya que sale con demasiada presión y podemos rayar el sensor.
c) No hagas movimientos bruscos al interior de la cámara.
d) No uses el modo “bulbo”, ya que se levantará el espejo pero el sensor estará activo y la energía que emita puede atraer más polvo, además de que las cortinillas pueden cerrarse mientras lo limpias.
Otros cuidados
1. Si no vas a usar la cámara durante un periodo largo, extrae la batería y guárdala en un lugar cerrado junto con algún desecante.
2. Realiza algunas fotos de vez en cuando para que las partes móviles de los objetivos y la cámara se accionen.
3. No dejes el sensor expuesto. Límpialo y cambia el objetivo rápidamente.
4. Guarda los objetivos con el diafragma cerrado para que sus laminillas queden extendidas y evitar la aparición de hongos y óxido.
5. Nunca dejes el cuerpo de la cámara sin un objetivo o sin un su tapa puesta.
6. No dejes el equipo al sol directo mucho tiempo.
El mantenimiento del equipo es una de las partes menos divertidas pero sí de las más necesarias para un fotógrafo. Convierte la rutina de limpieza en un hábito periódico para evitarte muchos malos ratos y asegurarle a tu equipo una vida útil mucho más prolongada.