Cuando realizamos una sesión fotográfica no sólo debemos estar atentos a lo que hacemos con nuestra cámara; es muy importante dar un buen acompañamiento a nuestros modelos y saber dirigirlos, sobre todo si no tienen mucha experiencia, ya que para muchos, ponerse delante de un objetivo no es cosa fácil, y cada postura y cada movimiento requieren de largas horas de ensayo y aprendizaje.
A continuación te damos algunas claves para que ayudes a tus modelos a lograr lo mejor de sí en un posado fotográfico exitoso.
Tipo de retrato
Antes de empezar con una sesión fotográfica debes saber perfectamente qué tipo de retrato piensas lograr, qué es lo que quieres transmitir y cómo lo vas a hacer. Esta es la primera base sobre la que vas a trabajar, porque no es lo mismo posar para un catálogo de trajes de baño, que para fotografía artística, de publicidad, etc.
El primer contacto
Las personas suelen ser más receptivas y empáticas cuando hablan con alguien que no está detrás de una cámara, por lo tanto, antes de instalarte en tu papel de fotógrafo, procura conversar con tu modelo para que se abra y te perciba como una persona común y corriente. Sé amable, hazlo reír y establece un primer contacto en el que se sienta confiado y libre.
Habla
La fotografía con modelos no es para tímidos. Cuando alguien está posando para ti, debes sentirte seguro de lo que haces y mantener al sujeto entretenido para que no ponga demasiada atención en el hecho de que está delante de una cámara y evitar que se ponga nervioso. Por ello, habla con él, sonríe, sigue alimentando la confianza que sembraste en el primer encuentro.
Si el resultado no está siendo el que esperabas, evita usar frases negativas como: “no me gusta cómo está quedando” o “no lo estás haciendo bien”, en su lugar anímalo a esforzarse más diciéndole cosas como “no está nada mal, pero tal vez podemos mejorarla de tal modo”, “hagamos otras cuantas tomas para tener más material de dónde elegir”, etc.
Imágenes guía
Busca en revistas, libros o internet algunas imágenes semejantes a las que quieras lograr y enséñaselas a tu modelo; estos ejemplos visuales son muy útiles, sobre todo para aquellos que no están acostumbrados a modelar.
La relajación
Antes de comenzar la sesión, y cuantas veces sea necesario, es importante que tanto el fotógrafo como el modelo se relajen. Pídele que dé unos pasos, que mueva, estire y relaje todo su cuerpo, desde las piernas hasta la cabeza; incluso, que realice algunos ejercicios faciales como decir las vocales de forma exagerada, sonreír y arrugar la cara.
Tócalo lo menos posible
Establecer una relación de confianza con tu modelo no significa que lo estés tocando cada que quieras que haga un cambio. Ambos deben tener su espacio de trabajo y respetarlo lo más posible. Siempre es útil trabajar con otros especialistas que se encarguen de arreglar su peinado, maquillaje o ropa, y cuando necesites que cambie de postura, siempre es mejor que tú hagas primero la pose y que el modelo trate de imitarla.
La postura
A menos de que ese sea el efecto que quieras lograr, procura que los brazos no se encuentren completamente pegados al cuerpo porque dan la sensación de inmovilidad y rigidez.
Cuida la silueta del sujeto asegurándote de que no se encuentra en una postura “plana”. En las mujeres a veces da buen resultado apoyar todo el peso en una pierna y proyectar la cadera hacia un lado. Si la modelo es rellenita, de caderas muy anchas o abdomen prominente, una postura que puede favorecer su figura y su rostro es de pie, con el torso inclinado hacia delante y la mirada al frente, proyectando el rostro hacia la cámara.
Otro truco es rotar ligeramente un hombro hacia el frente (hace que la cintura y los hombros se vean más finos), poner una pierna un poco más adelantada que la otra y flexionar las rodillas casi imperceptiblemente.
Las manos
Cuando estamos posando, muchas veces no sabemos qué hacer con las manos. Si eso está sucediendo con tu modelo, pídele que ponga sus manos en la cintura o dentro de los bolsillos del pantalón.
Si el apoya su cara en las manos, cuida que lo haga suavemente para evitar que al hacerlo se le formen arrugas en el rostro.
A moverse
Cuando sólo fotografías a tu modelo en posturas fijas, le restas naturalidad a la escena y el resultado puede ser un tanto acartonado. Un buen método para evitar esto es pedirle que mueva un poco la cabeza o que cambie de postura y luego mire a la cámara. En ese momento, dispara.
La expresión del rostro
Al tomar un retrato de frente, es mejor que el modelo no mire directamente al objetivo, sino que enfoque su mirada en la parte superior de la cámara, sobre todo si se trata de un plano medio o alguna toma más abierta.
Para tomar un retrato en primer plano que refleje fuerza, pídele a tu modelo que enfoque bien la mirada y evite parpadear; sin embargo, si lo que deseas es darle un aire reflexivo, entonces deberás pedirle que mire hacia un punto lejano o que mantenga la mirada perdida.
Independientemente de los dos ejemplos anteriores, es importante que siempre le indiques a tu modelo hacia dónde mirar. En la mirada reside la fuerza de la expresión, ya sea para sonreír, seducir, ser divertidos o serios.
Si la nariz del sujeto es grande, pídele que levante ligeramente el rostro, y si es pequeña, que lo baje.
Para lograr una expresión natural, es importante que el modelo se encuentre relajado, que recuerde respirar y se apropie del papel que está interpretando. Un truco es pedirle que no cierre la boca completamente, sino que mantenga los labios ligeramente separados.
Ponte en el lugar del modelo
Para comprender a tus modelos y saber dirigirlos, deberás saber qué se siente estar frente a la cámara. Por ello, deberás ser modelo en varias ocasiones durante tu trayectoria como fotógrafo. Así lograrás mayor empatía con ellos y podrás ayudarles a desempeñar mejor su papel.
Aunque no existen fórmulas mágicas para el posado fotográfico y cada situación requiere de una interpretación distinta, con estas claves básicas podrás conseguir mejores resultados al momento de dirigir a tus modelos. Obviamente no es lo mismo trabajar con profesionales que con algún amigo o algún familiar, pero por más confianza que le tengas, en todos los casos deberás saber dirigir a tu modelo. No lo descuides, las poses son un gran reto en cada sesión.