¿SUBLIMACIÓN, SERIGRAFÍA O DIGITAL? ¿cuál es la mejor manera para imprimir fotografías?

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Calidad fotográfica” es un concepto que escuchamos demasiado en la industria gráfica y al que prestamos poca atención de tanto repetirlo; pero ¿qué significa realmente? Consiste en que una tecnología de impresión sea capaz de plasmar un gráfico o texto con una calidad tan alta que los contornos sean suaves y el impreso parezca una fotografía, y ¿qué mejor prueba que la de imprimir una
foto real?

Los mercados actuales quieren personalización y eso implica en muchas ocasiones la impresión de fotografías digitales en todo tipo de materiales, pero ¿cuál es la mejor técnica para esto? Si bien las comparaciones no valen del todo cuando hablamos de tecnologías de impresión que son únicas y diferentes entre sí, conocer sus alcances puede ayudarnos a aprovecharlas al máximo y obtener lo mejor de cada una.

Concretamente hablando de la impresión de fotografías, valdría la pena analizar tres técnicas muy populares: la sublimación, la serigrafía y la impresión digital. ¿Cuál es mejor para este tipo de proyectos?

LOS CLÁSICOS NO PASAN DE MODA
La serigrafía es una de las técnicas mejor posicionadas en el mercado de la impresión, y si bien hay fuertes competidoras, existen aplicaciones donde sigue siendo la favorita tanto por su calidad como por su alta durabilidad.

Entre los principales beneficios de este método de impresión se destaca su resistencia a los agentes de desgaste, su apariencia texturizada, la posibilidad de producir en masa y una fidelidad e intensidad del color muy alta. Sin embargo, quien diga que es un método sencillo miente, se trata de una técnica muy detallada que requiere experiencia y práctica para evitar todos los errores que pueden surgir en el proceso. Uno de los más comunes es el emplastamiento de la tinta, ocasionado por la viscosidad de las mismas. Ya que suelen ser espesas y con una textura plastificada, es normal que al no expandirlas correctamente se ocasionen ciertas irregularidades en el color y la apariencia. Precisamente por esa característica es que la serigrafía no es la mejor opción para imprimir fotografías, pues éstas suelen tener muchos matices y degradados que son difíciles de emular. Además, ya que es necesario hacer una malla de impresión por color, el proceso es muy complicado por la variación tonal, incluso tratándose de una foto en blanco y negro, pues las distintas intensidades de luz en cada punto significarían una malla.


La impresión fotográfica en serigrafía resultaría muy costosa, teniendo en cuenta que aparte del equipo y los consumibles el impresor debe fabricar las mallas de tensión necesarias para cada diseño.

Por todas estas características de la técnica, no es común que los impresores ofrezcan el servicio de impresión de fotos, o que el público lo demande. Ahora bien, el hecho de que no sea tan popular no significa necesariamente que no sea bueno, simplemente tiene otras utilidades; se pueden imprimir fotos, pero sin pretender que tengan un nivel alto de realismo. Para hacerlo es necesario primero hacer un semitono, esto es una técnica reprográfica que simula imágenes con puntos de distintos tamaños en tonos continuos y variando el espaciado entre ellos para dar una sensación de luz y sombra componiendo formas complejas como las de una foto.

El proceso del semitono no es muy difícil, consiste en lo siguiente:

1. En un software de edición de imágenes crea un documento A3 a 300 dpi y abre en él la imagen que deseas convertir.

2. Ajusta el tamaño de la foto según el uso que tendrá la  impresión.

3. Además, en caso de ser necesario ajusta los niveles.


4. Convierte la imagen a escala de grises.

5. Modifica la configuración a Mapa de bits.

6. Cuando aparezca el primer cuadro de diálogo con la opción de modificar la resolución, conserva los 300 dpi y en la opción “Métodos” selecciona “Trama de semitonos”.

7.  Luego aparecerá un segundo cuadro de diálogo con las opciones de semitono, ahí ajusta la lineatura, el ángulo y la forma hasta que estés satisfecho con el diseño final.

Con esta configuración de imágenes es que podemos imprimir una foto en serigrafía, pero no será una representación realista, sino una abstracción que puede tener aplicación en la serigrafía artística.

LA ERA DIGITAL
Por supuesto, la impresión digital es una de las opciones más recurrentes para la impresión de fotos y se debe, básicamente, a su calidad. Con los equipos de última generación hoy es posible imprimir imágenes con un nivel de detalle realmente alto y una fidelidad al color difícil de alcanzar con otras técnicas. Sin embargo, a diferencia de la serigrafía, esta tecnología no tiene una cartera de sustratos tan amplia y está especialmente dirigida a aplicaciones en papel, linóleos, vinilos, cartón corrugado y otros similares.

Gracias a la alta resolución de esta tecnología, es muy común que se impriman fotografías en gran formato para la decoración de interiores o grandes aplicaciones publicitarias como espectaculares y vallas. Una de las grandes ventajas de la impresión digital de fotos es la velocidad y facilidad de producción, dependiendo del equipo que se utilice. Por otro lado, entre sus desventajas podríamos mencionar que no es un método muy versátil en el sentido de que no se presta a mucha experimentación más que en el diseño mismo de la aplicación final. Aunque depende del material, las impresoras, las tintas y el lugar donde se coloca, la impresión digital no es tan durable como la serigrafía o la sublimación y sus colores pueden comenzar a variar después de cierto tiempo expuesta al desgaste.

Las impresoras inkjet han evolucionado muchísimo en los últimos años y es ideal para la impresión de fotos cuando buscamos una alta resolución, colores definidos y brillantes, imágenes realistas y grandes dimensiones, mas no cuando queremos obtener textura al tacto o una durabilidad realmente
extensa.

FOTOGRAFÍAS EN TODAS PARTES
La sublimación no deja de sorprender tanto a los impresores como a los clientes, no solamente surgen nuevas aplicaciones todo el tiempo, sino que la calidad de las tintas, los equipos y las emulsiones para tratamiento han aumentado notablemente. Sin duda, uno de los mayores beneficios de la técnica es su versatilidad; desde textiles, vidrio y madera hasta souvenirs y cerámica son sublimables siempre y cuando lleven un tratamiento previo de poliéster.

Aunque en sus inicios la calidad de impresión de la sublimación era cuestionable, hoy no hay duda del nivel de detalle que puede alcanzar, haciéndola ideal para la impresión de fotografías. La fidelidad de los colores, la textura suave al tacto y a la vista, la alta resistencia a los agentes de desgaste, la precisión de los contornos, y la enorme cantidad de sustratos sobre los que puede imprimir son algunos de los beneficios que ofrece al público. De alguna manera, podríamos decir que la sublimación reúne las mejores características de la serigrafía y la impresión digital. Por el proceso químico que implica, las tintas realmente penetran en el sustrato y eso alarga la vida de la impresión, incluso si se trata de objetos de uso frecuente como trastos o textiles. Lo que hace a la sublimación ideal para imprimir fotografías es que las tintas CMYK pueden crear una gama tonal
enorme sin generar ningún costo adicional por cada color; además es muy sencilla y
rápida de realizar.

Esta técnica comenzó a ganar popularidad con la impresión de souvenir y objetos personales, pero en la actualidad ha superado esos límites comerciales para convertirse, incluso, en una herramienta fundamental del diseño de modas, no solo con la impresión de patrones y diseños, sino de fotografías, una tendencia vintage del momento que ha resultado mucho más rentable de lo que se pensó en un inicio.

Hablar de que una tecnología es mejor que otra pocas veces es válido, pues cada una tiene lados más amables que otros; sin embargo, tratándose específicamente de la impresión de fotos, sí podríamos decir que la sublimación tiene muchas más ventajas que sus competidoras directas, a menos que, como ya mencionamos, se esté buscando un efecto especial (serigrafía) o se trate de una aplicación publicitaria con especificaciones muy claras (impresión digital).

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