El precio del diseño

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Ser diseñador freelance puede resultar un tormento cuando se trata de perseguir a los clientes para que paguen o salden una cuenta por completo. Para que eso no te pase y tu cuenta bancaria corra peligro de quedar en ceros, a continuación, algunos consejos para poder valorar tu trabajo correctamente.

disenoLa pesadilla de todos los diseñadores se llama «cotización». Es el primer paso para realizar cualquier proyecto, nos quita tiempo y nos hace sentir inseguros. Lo más desolador del tema es que sólo el tiempo y la experiencia puede darnos un poco más de pericia y destreza, pero siempre estaremos en esta dinámica de negociar, ajustar y calcular.

Con todo esto, lo complicado suele reducirse a tratar de ordenar el proceso de diseño y que además logremos plasmarlo en un documento, de tal forma que en cuanto el cliente lo reciba, pueda entender cada punto y cada tilde del texto.
Por ello, debemos tomar en cuenta algunos principios básicos que podrán hacer el proceso de cotización mucho más amigable, de tal forma que las probabilidades de error se vean altamente disminuidas.

1.- Lláma a sus cosas por el nombre correcto
Esta será la última vez que leas la palabra «cotización».
Eso déjalo para cuando te pidan 100 playeras y el costo sea final. El diseño es como una obra arquitectónica, sabes cuánto va a costar pero existen una serie de variables que pueden alterar la cantidad a pagar. Por ejemplo, puedes apuntar cuánto será el costo del diseño de un folleto, pero ¿qué sucede si a la mitad del camino te piden cambies el formato? ¿Y si lo cotizaste para que sea tamaño carta y al final queda como un tabloide? El término correcto con el cual les llamaremos será «presupuestos», ya que como su nombre lo indica, estás suponiendo un costo ligado a un proceso, nivel de experiencia y garantía de resultado.

2.- Repítenos el proyecto para saber que entendiste
Cuando comiences con la redacción, haz una declaración de lo que estarás presupuestando. Ejemplo:

«Diseño de un folleto para promocionar la marca de muebles Ensillados.
Textos e imágenes proporcionados por el cliente.

El diseño deberá ser muy limpio, para un público objetivo nivel A+.
Resaltar el diseño de los muebles sobre la identidad de la marca.
Para ser distribuida en la Expo-grafica 2015.»
De esta forma el cliente sabrá que están hablando de lo mismo y sentirá la confianza que puso su proyecto en las manos correctas.

3.-Divide tu trabajo en fases
La ventaja de desglosar el proceso de diseño, es que puedes asignarle a cada fase un valor económico y tiempos de ejecución independientes, de tal forma que si ya estás en la última fase que es preparar el archivo para enviarlo a producción y te hacen cambios que impliquen regresarte un par de fases, puedes calcular muy fácilmente (y tu cliente también) cuánto se elevará el costo final.
Los números de fases son muy variables así como su contenido. Estas son las más recurrentes, pensando en el diseño de un folleto, por ejemplo:

Fase 1: Investigación de mercado, donde te dedicarás a estudiar a la competencia, a la compañía, su historia así como las tendencias del consumidor objetivo en este tipo de industria.

Fase 2: Bocetaje, en la que realizarás la lluvia de ideas que posteriormente bajarás a la computadora.

Fase 3: Diseño de propuestas iniciales, en la que te dedicarás a formalizar varias propuestas para presentarlas. Asegúrate de decirle a tu cliente cómo le vas a presentar estas propuestas: en una presentación cara a cara (que es lo recomendable), vía correo electrónico o por teleconferencia.»
Hay quienes prefieren unir estas tres fases en una sola, puesto que al cliente únicamente le estarás presentando hasta la fase 3 y en las 1 y 2 no podrá ver el avance del proyecto.

Fase 4: Adecuación del diseño sobre la propuesta elegida. Aquí es donde el cliente escoge la propuesta y hace todas las anotaciones pertinentes y comentarios para que puedas trabajar sobre esa propuesta más en forma.

Fase 5: Refinamiento y correcciones. En esta fase puedes incluir dos o tres rondas de correcciones. Igualmente especifica el costo por correcciones extra, de otra manera, esta parte puede volverse infinita y muy desgastante.

Fase 6: Optimización de archivo para producción, en la que darás un revisión final a todos los elementos (rebases, espacios de color, fuentes, ortografía, entre otros).

Fase 7: Supervisión de producción. Es en la que entregas el original a la imprenta y vas dar visto bueno a la impresión.»
No olvides en cada fase apuntar el tiempo que te tardará ejecutar cada una de la partes. Usa días hábiles para que queden excluidos fines de semana y días feriados.

En cuanto al costo, las primeras fases suelen ser más caras debido a que es donde aplicas todo tu talento y trabajo intelectual, conforme van avanzando las fases se vuelven más técnicas y por lo mismo el costo va disminuyendo. Como referencia la primera parte del trabajo no debe ser menor al 50% del costo del proyecto.

4.- Las letras chiquitas hazlas grandes y claras
Es muy importante que el cliente esté consciente de todas las implicaciones que pueden surgir en el camino:
¿Qué pasa si hay que repetir alguna de las fases por causas no imputables al diseño?
¿Si te pide fotos de banco de imágenes se las vas a cobrar aparte o van incluidas?
¿Qué pasa si el proyecto se cancela a la mitad del proceso?
¿El costo final ya incluye IVA?
¿Cómo te lo va a pagar?
¿Incluye el archivo nativo o solo un PDF?
¿Si después decide hacer una reimpresión con otro diseñador debe pagarte una indemnización?

¿Qué sucede si te pide que tomes una fotos para incluirlas?
Recuerda que no se trata de hacer un contrato con términos legales, es mejor que seas muy claro y conciso de lo que estás incluyendo y lo que no.

Mejor una colorada…
Para todos es importante el dinero, por lo tanto, es inevitable negarse a un trabajo, sobre todo cuando hay una necesidad, pero eso no significa que se trabajará de a gratis. Si te topas con un cliente que no paga, te damos tres consejos para lograr que ese imposible te pague. Como consejo extra: nunca aceptes que te paguen en especie es decir con producto que ellos fabriquen, a ellos les saldrá 100 veces más económico y si no es algo que tu necesitas, terminaras malbaratandolo y por lo tanto perdiendo dinero.

1. Nunca vayas a una primera muestra sin antes un deposito de por medio
Cuando el cliente pida un avance, lo más correcto es aceptarlo, pero también es correcto que este haga un depósito monetario como un adelanto, así todos felices y contentos, y lo más probable es que el trabajo dé los frutos correctos.

2. Firmar un contrato antes de empezar el proyecto
Aunque sea una carta hecha a mano o en Word, es importante tener por escrito el compromiso del cliente, de lo contrario este podría salir huyendo con el trabajo, utilizarlo y nunca darte el crédito correspondiente. Si hay un comprobante de por medio, el cliente tampoco tendrá derecho a bajar los precios antes fijados.

3. Nunca permitir que el cliente haga un regateo o fije los precios
Por más excusas que este dé, nunca aceptes una cantidad menor, ya que estás devaluando el valor de tu trabajo, se correrá el rumor de que diseñas barato y nunca se podrá cobrar lo correcto por algo de calidad. Aunque se trate de un amigo, si tu situación es precaria, tampoco sedas. Como dato : nunca mandes los archivos en formato editable.

Por ultimo, un buen consejo es que nunca, nunca, nunca, des un precio a la primera sin calcular tus costos, es muy común que el cliente te pregunte en la primera cita, ¿cuánto me vas a cobrar por esto?, siempre dile que le enviaras un presupuesto, pierde el miedo a cotizar, lo agradecerás después; tú y todos los diseñadores.

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