Composición y belleza

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En la fotografía, la columna vertebral de la forma es la composición, la manera en la que el fotógrafo decide que van a estar dispuestos los elementos dentro de esa imagen rectangular que va a crear.

500x500xFraming22.jpg.pagespeed.ic.n84iu5qtcbEn 1992, durante su discurso de recepción del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe “Juan Rulfo”, el maestro Juan José Arreola recordaba que André Gide dijo lo siguiente: “crea una forma bella porque una idea más bella todavía va a venir a alojarse dentro de ella”. Recalcaba la paradoja de Gide “porque realmente, antes de que la idea se aloje en forma, la voluntad formal existe como una nostalgia, hay una marea interior”, dijo Arreola. También nos recordó estas dos frases de Víctor Hugo: “en el pleito de forma y fondo sostuve platónicamente una vez que toda belleza es formal” y “la forma no es más que el fondo que sube a la superficie”.
Más allá de filtros y trucos baratos, son la forma, la oportunidad del disparo; la técnica y el dominio de la luz y de la situación lo que determinarán si una fotografía es buena.
Sabemos que muchas veces para apreciar una fotografía es necesario saber mirar, pero más importante que eso, es que el fotógrafo tenga la sensibilidad para lograr composiciones perfectas.
A continuación enumeramos algunas reglas básicas para lograr un encuadre y una composición fotográfica adecuada. Reglas que después de entender y dominar podemos romper, pero siempre con la conciencia de lo que estamos haciendo y de qué queremos lograr con ello.

Identifica el punto de interés
Al tomar una fotografía, siempre debemos saber cuál es nuestro punto principal de interés. Por más obvio que parezca, muchos toman fotos en las que se muestra un todo en el que finalmente no vemos nada. Este es el punto más importante: decidir qué queremos enseñar con la foto.

Ley de los tercios
Esta regla es muy importante y se deriva de lo que conocemos como la “proporción áurea”. Divide el escenario en nueve partes iguales trazando dos líneas imaginarias verticales y dos horizontales, de forma que se formen filas y columnas del mismo grosor. Los cuatro puntos de intersección resultantes serán las guías para posicionar los elementos principales dentro del encuadre. El centro de la imagen se considera como pasivo.
Cuando los objetos principales coinciden en estos cruces, adquieren mayor peso visual, incluso, muchas cámaras digitales cuentan con una función para observar las líneas en la pantalla.

Ley del horizonte
Sin importar si tu encuadre se encuentra en posición horizontal o vertical, divide el encuadre con tres líneas imaginarias horizontales. Éstas te auxiliarán para ubicar los elementos principales en el mejor lugar dentro de la toma.
Esta regla es muy utilizada, sobre todo para captar paisajes, pero al dominarla es posible usarla en diversas situaciones. En paisajes, coloca el horizonte justo en la línea del tercio superior o inferior, según como convenga a la imagen, pero nunca dejes la línea del horizonte en el centro de la imagen.
Otro punto importante respecto al horizonte es estar atentos a que éste sea paralelo a los bordes de la foto, de lo contrario tu foto saldrá “caída”.

Ley de la mirada
Este es un recurso que se usa mucho para retratar personas, pero funciona de igual manera para objetos o animales. Lo más importante es que debemos ceder un espacio libre hacia donde se dirige la mirada del personaje, y dejar más espacio en la parte que se encuentra delante de donde está mirando nuestro sujeto fotografiado.

La proporción de los objetos
Muchas veces al fotografiar a una persona frente a un monumento enorme, el sujeto aparece muy pequeño. Para evitar esto, simplemente pídele que se acerque más a la cámara, si no, no se sabrá qué es lo importante de la foto.

Aprovecha las líneas
Ya sean curvas, horizontales, verticales o diagonales, las líneas dentro de la imagen nos ayudan a dirigir la mirada del espectador hacia un punto específico, además de transmitir mayor dinamismo. Ten cuidado de que las líneas dirijan la atención, pero que no la distraigan.
Conforme vayas practicando, podrás comprobar cómo las líneas dirigen de manera eficaz la mirada de quien contempla nuestras fotos hacia donde deseamos que miren.

Efecto pattern
El efecto de mosaico o pattern se logra mediante la sucesión de formas, texturas y líneas. Este efecto nos da la posibilidad de crear fotografías muy vistosas, sin embargo, hay que cuidar que la imagen no caiga en la monotonía.
Este efecto nace en la naturaleza y tiene gran poder visual. Podemos encontrarlo en plantas, animales, minerales, agua y otros elementos naturales. Asimismo aparece en cosas hechas por el hombre como elementos arquitectónicos, ladrillos, la disposición de objetos en estanterías, elementos seriados, las frutas en el supermercado, etcétera.
Al fotografiar texturas, debemos intentar que la fotografía nos transmita lo que sentiríamos si la tocáramos.

Marcos naturales
Aprovecha los marcos naturales: la vegetación, una puerta, una ventana pueden enmarcar tu objeto de interés y darle un punto de vista distinto.

¡Acércate!
A veces viene bien rellenar el encuadre con el protagonista y eliminar lo que se encuentre alrededor de éste. Se vale dejar los menos espacios vacíos.
Saca del encuadre lo que no te interesa y realmente convierte a tu sujeto en el centro de atención.

Cambia la altura y la perspectiva
Hacer buenos encuadres no es para perezosos. Suele pasar que cuando tomamos las fotos desde la misma perspectiva de cómo vemos las cosas normalmente, estas lucen carentes de magia en el encuadre. Prueba agacharte, subirte a lugares más elevados, escóndete, ¡muévete!

1436ed206b-planosuOjo con los ojos
Cuando retrates a niños o mascotas, prueba ponerte a la altura de sus ojos. Además, los retratos en primer plano son más llamativos si los ojos coinciden con los tercios.
Cuida que la mirada de tu sujeto sea el punto con mejor enfoque de la imagen. Eso le dará fuerza y personalidad al retrato.
La composición fotográfica es una herramienta muy potente para transmitir emociones, conceptos, ideas. La inclusión o no de ciertos elementos o su disposición dentro del encuadre pueden cambiar drásticamente el mensaje que estamos transmitiendo. Volvámonos conscientes, como el maestro Arreola, de la importancia de las formas bellas y busquemos, a toda costa, lograrlas.

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