La piel de la luz, el retoque fotográfico y el color de la piel

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“La palidez de mi amigo no era insólita. Con los años, la piel de su rostro se unió al hueso y cuando movía las manos delgadas la luz las atravesaba sin pena”.

Carlos Fuentes

pro-canvasCuando nos apasionamos por la fotografía, uno de los retos que se nos plantean con frecuencia es el de lograr plasmar adecuadamente los colores, sobre todo los tonos de la piel de las personas, que es un aspecto que merece especial atención al observar un retrato.

Ya sea que deseemos un resultado muy purista, muy estético, muy exagerado o intenso, debemos conocer algunos principios de retoque fotográfico para perfeccionar el resultado de nuestras tomas. Sin embargo, es muy importante que distingamos cuando un retrato amerita un retoque para perfeccionarlo, y cuándo la textura, la palidez o el tono irregular actúan como un elemento indisociable del carácter del modelo, y por lo tanto merecen ser respetados o incluso exagerados.

El tono exacto
Si te inclinas por conseguir la mayor naturalidad posible y el tono más cercano al color original de la piel, lo más conveniente es usar una gestión de color adecuada para recrear la máxima fidelidad. Esto se logra a través del uso de tarjetas de color, software especializado y dispositivos calibrados a la perfección, y es el principio tanto de una buena corrección como de una alteración de tonos profesional.
La gestión de color es necesaria para evitar que cuando abramos las fotografías en otra computadora (una con su monitor bien calibrado) o las imprimamos, se vean distintas a como creíamos que estaban cuando las veíamos en nuestra pantalla. Para ello es preferible confiar en los profesionales que se dedican a dejar tu equipo a punto, creando perfiles y calibraciones de cámara, escáner, monitor e impresora y asesorándote para mantener la calidad durante todo el flujo de trabajo, desde que tomas la foto hasta que la mandas imprimir.

Blance de blancos
Sin duda, el primer paso para tener un tono correcto en nuestras imágenes es tener un balance de blancos correcto. Y si esto no lo logramos al momento de hacer la toma, entonces tendremos que corregirlo mediante el software de retoque de imagen. El programa más usado para realizar la corrección y alteración de color es el Photoshop; sin embargo, en el tema del balance de blancos, me atreveré a recomendar algo distinto: si tu foto tiene dominantes de color incorrectas, lo más fácil es solucionarlo mediante el Lightroom.
Este control se encuentra en el módulo Biblioteca, en el panel de Revelado Rápido, y aparece con la etiqueta “Equilibrio de blancos”. Ahí puedes elegir entre distintas opciones lo que más te convenga. Y si no te es suficiente y quieres algo mucho más preciso, en el módulo de Revelar encontrarás el el gotero con el que puedes seleccionar un punto de la imagen en el que en teoría debe haber un blanco puro para que el resto de la imagen se acople a éste, o tienes los controladores de Temperatura y Matiz con los que puedes lograr maravillas.

Eliminar las imperfecciones
Antes de empezar a hacer correcciones o modificaciones más profundas en Photoshop, lo primero que hay que hacer es corregir las imperfecciones de la piel, que por lo regular son cicatrices, manchas, granos o lunares.
Para hacerlo, selecciona la herramienta de Pincel Corrector Puntual (la del ícono del curita), selecciona el grosor del pincel, con la tecla ALT elige la muestra de color en un punto cercano y lo más parecido al color que debería tener la piel con la imperfección, y pinta sobre las imperfecciones que desees eliminar.
También puedes hacerlo con la herramienta del parche (que se despliega en el mismo lugar que el curita). Con ésta, delimita la imperfección, posteriormente dale clic y arrastra la selección hasta el punto sin imperfecciones más cercano, es de ahí de donde el programa toma la muestra para corregir el espacio que delimitaste primero. Juega con estas opciones y date cuenta de en qué casos te funciona mejor una u otra.

Suavizar la piel
El efecto de suavizado de piel queda muy bien, pero en ocasiones exageramos el retoque con el afán de hacer parecer al modelo mucho más joven de lo que es o con una piel de porcelana, y lo único que conseguimos es un aspecto irreal y poco estético, incluso de mal gusto. No te pases.
Hay una forma muy sencilla de emparejar el tono de piel, reducir los brillos y lograr un efecto aterciopelado. Vamos por pasos:

1. Abre la foto en Photoshop.
2. Abre el menú de Layers (Capas) y, con la tecla Q, activa la función de Máscara de Capa.
3. Elige un tamaño de pincel y cubre la superficie de la cara cuidando no tocar los orificios de la nariz, boca, ojos, cejas, pelo y los pliegues que se hacen naturalmente al sonreír (es imposible esbozar una sonrisa sin que algún rasgo se altere). El pincel va a pintar de color rojo (así podrás saber si realmente estás trabajando en modo de máscara).
4. Ya que pintaste de rojo las áreas que quieras suavizar, vuelve a apretar la tecla Q, entonces podrás ver la selección punteada y te darás cuenta de que lo que está seleccionado es todo aquello que no está dentro de lo que has pintado de rojo.
5. Vete al menú de selección ubicado en la barra superior de la pantalla y dale clic a Invert (Invertir). Ahora aparecerá seleccionado lo que estaba en rojo.
6. Con CMD (o Ctrl en PC) + J duplica la selección en una capa nueva.
7. Y en la capa nueva vete al menú Filters –> Blur –> Surface Blur. Aparecerá una ventana en la que puedes controlar la intensidad del efecto. Juega un poco con el manejador del Radio y observa que mientras más pequeño es el número, más intenso es el efecto de suavizado. Elige lo que más te convenza.

Rescatar la textura
La separación de frecuencias es otro método relativamente sencillo para retocar la piel. A diferencia del anterior, con éste podemos mejorar la tez del modelo, conservando de mejor manera detalles de la textura como los vellitos y los poros.
Aquí trabajamos por separado la textura de la piel (alta frecuencia) y el color (baja frecuencia). Así podemos eliminar los defectos, pero conservar la textura intacta, por lo que los resultados obtenidos son aún más naturales.
Los pasos para trabajar con esta técnica son:

1. Abre el retrato y comprueba que esté en 16 bits (Imagen –> Modo).

2. Duplica dos veces la capa de fondo usando el comando CMD + J

3. A la capa que quede arriba nómbrala Alta-textura, y a la de abajo, Baja-color.

4. Aplica el filtro Desenfoque Gaussiano en la capa baja, con un radio de alrededor de 4 px.

5. En la capa alta, ve al menú Imagen –> Aplicar Imagen y elige los siguientes parámetros: Capa: Baja; marcar la casilla Invertir; Fusión: Añadir; Opacidad: 100%; Escala: 2; Desplazamiento: 0.

6. Ya tienes lista tu separación de frecuencias, ahora, comienza a eliminar las imperfecciones con el pincel corrector (el curita o el parche). Comienza con la capa baja para arreglar todo lo relacionado con el color (ojeras, manchas enrojecimientos), y posteriormente la capa alta para lo que tena que ver con la textura (granitos, vellos, etc.)
Ahora sí, ya estas listo para mejorar la piel de tus modelos en tus fotografías. Recuerda que es muy importante ser mesurado con el efecto, porque a menos de que tu objetivo sea mostrar algo irreal y exagerado, tu mejor aliada siempre va a ser la naturalidad.

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