A disparar fotos ¡en macro!

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La macrofotografía nos transporta a la dimensión de lo minúsculo, de lo que a veces no podemos observar a simple vista. Gracias a los avances de la fotografía podemos reproducir objetos a un tamaño mucho mayor de lo que son en realidad.

¿Cuántas veces nos hemos sorprendido al observar una fotografía de un objeto pequeñísimo? La macrofotografía nos transporta a la dimensión de lo minúsculo, de lo que a veces no podemos observar a simple vista, y es que gracias a los avances de la fotografía podemos reproducir objetos a un tamaño mucho mayor de lo que son en realidad, por ejemplo, a escalas de hasta 25:1.

Para hacer macrofotografía existe gran variedad de aditamentos, entre los cuales los objetivos son lo más importante.

Objetivos
Existen muchos con características macro; para empezar, deberíamos tener alguno que ofrezca una escala de 1:1 o superior, que suelen tener focales de entre 50 y 180 mm, sin aberraciones ópticas y son muy versátiles porque suelen tener grandes aperturas y pueden usarse para distintos tipos de fotografía.
Considere que mientras más larga sea la focal, puede obtener el mismo aumento sin tener que aproximarse demasiado al sujeto, sobre todo en el caso de insectos, que se asustan fácilmente. Sin embargo, con objetivos más pesados su pulso temblará más y la misma distancia ocasionará trepidación a la hora de captar la imagen. De ahí la importancia de tener un lente con estabilizador de imagen, usar velocidades altas, un tripié (de preferencia) y que la escena esté muy iluminada.
Otros objetivos macro más especializados son los que ofrecen una escala de aumento que va desde 1:1 hasta 5:1.
Los objetivos gran angulares, permiten enfocar a distancias cortas y producen algunos efectos de profundidad de campo y distorsión interesantes.
Una opción de menor costo es utilizar los objetivos invertidos. Normalmente se usan objetivos manuales antiguos de buena calidad en los que se puede controlar el diafragma por medio del aro, pero si no se tiene uno, podremos usar nuestro lente AF con un adaptador para controlar la entrada de luz.

Anillo de inversión
Si optamos por la opción de usar el objetivo invertido, le ayudará saber que en el mercado existen anillos inversores, que acoplan el objetivo invertido a la cámara para obtener fotografías a tamaño real o mayores, sin perder luminosidad.

Tubos de extensión
Son tubos huecos que se colocan entre el objetivo y el cuerpo de la cámara. Al alejar el objetivo del sensor se puede enfocar a menor distancia y aumentar el tamaño de la imagen. La desventaja es que se pierde mucha luz. Hay de distintas medidas, y se pueden acoplar unos con otros, también se pueden encontrar con o sin contactos electrónicos.

Fuelles de extensión
Es un sistema que funciona de un modo parecido al de los tubos de extensión y también provocan pérdida de luz. Con los fuelles podemos regular la distancia, y por lo tanto, la ampliación, en comparación con los tubos, que son fijos.

Duplicadores o teleconvertidores
Son dispositivos que se colocan entre el objetivo y la cámara, y a diferencia de los fuelles y los tubos de extensión, en su interior sí cuentan con lentes de aumento para aproximar el objeto. Entonces podemos convertir un objetivo de 50 mm en un 100 mm, por ejemplo.


Lentes de acercamiento
Son una opción económica y funcionan como “lupas”, ya que permiten un mayor acercamiento al motivo y reducen la distancia mínima de enfoque. Suelen venir en paquetes de tres con diferentes aumentos (+1, +2 y +3) que enroscan al portafiltros del objetivo de uno en uno o sobrepuestos, comenzando por el de mayor aumento. Son fáciles de transportar y no es necesario desmontar el objetivo para utilizarlos.

Trípodes
Son indispensables en la macrofotografía y el trípode ideal es aquel al que se le puedan abrir las patas casi hasta el nivel del suelo y cuya barra central se pueda manejar horizontal o vertical.
Una buena opción para combinar con el trípode es una regleta de enfoque milimétrico, que permite un ajuste muy preciso.
Una alternativa al trípode es el uso de un monopié, sobre todo en exteriores donde por lo regular hay que moverse más y se requiere de un equipo que nos permita sentirnos más cómodos a la hora de cambiar de lugar o posición.
Recuerde que mientras mayor sea la distancia a la que se coloque la cámara del motivo, y sea más grande el acercamiento con el macro, la imagen correrá más riesgo de salir trepidada, por lo que se vuelve fundamental el uso del trípode.

Disparador
Otro accesorio muy útil para este tipo de fotografías en nuestras tomas con trípode es el disparador remoto, ya sea infrarrojo o por cable, que aumenta la nitidez al reducir la vibración al momento del disparo.

Cuando adquiera un lente
tenga en cuenta que mientras
más bajo sea su número f será
más luminoso y podrá tomar
fotografías a velocidades más altas.

Iluminación
Para la macrofotografía es esencial una buena iluminación, ya que la excesiva aproximación del objetivo al sujeto puede ser un problema para que la luz incida correctamente en la superficie que se desea iluminar. frecuentemente, aunque existan buenas condiciones de luz, será necesario el uso de un flash de relleno adicionado con un difusor para atenuar las luces y sombras.
Otro flash recomendado es el anular, que se coloca en la parte frontal del objetivo e ilumina al motivo de manera uniforme.

¡A disparar!
La nitidez de nuestra imagen es nuestro objetivo principal, y para conseguirla tendremos que hacer varios ajustes.
Ajuste el diafragma. Al trabajar con acercamientos tan grandes tendremos un mínimo de profundidad de campo porque debemos abrir lo más posible el diafragma para evitar que la difracción nos estropee la toma. Hay que buscar una apertura que nos proporcione cierta profundidad de campo pero con la que la difracción no nos robe nitidez. En ocasiones, de acuerdo con las condiciones de luz, podremos llegar sin problema a diafragmas hasta de 11 o 16.
Cuando el disparo se hace sin trípode se vuelven más necesarias las velocidades altas, de más de 1/100. Si va a usar flash tome en cuenta que la velocidad máxima de sincronización de éste es de 200.
Es preferible usar el menor número ISO posible de acuerdo con lo que nos permitan los parámetros de iluminación, velocidad y apertura sin sacrificar la exposición, la nitidez y la profundidad de campo de la foto.
Respecto al enfoque, lo mejor es ponerlo en modo manual e ir girando lentamente el anillo hasta dejar el motivo totalmente enfocado. Es muy común que no baste sólo con ajustar el anillo y que nos tengamos que mover hacia atrás o adelante, para conseguir la toma perfecta.
Ponga especial atención en el enfoque, que se puede perder con el menor movimiento de la cámara o del anillo, recuerde hacerlo siempre en manual.
Busque el encuadre prefecto. La composición adecuada es primordial. Explore encuadres originales, fondos, iluminación, etcétera.
Ahora sí, dispare y ruegue porque la toma salga bien. No le voy a mentir, la macrofotografía requiere de experimentación y paciencia, así es que si su toma sale bien a la primera, ¡felicidades!, si no, siga intentando y no se desespere. Si su motivo es un bicho, tendrá que volverse oportunista y tenaz, acecharlo sin descanso. Busque motivos cotidianos y póngase a disparar. Con el tiempo su ojo será mucho más perceptivo, encontrará cada vez más oportunidades de realizar fotos macro con mayor valor estético, documental y descriptivo.

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