Fotografiar en grande

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Obtenga grandiosos resultados en sus fotografías de gran formato con estos sencillos consejos. Aumente las posibilidades de sus archivos de imagen al guardarlas en formato RAW

Las “gigantografías” o fotografías impresas en gran formato, desde carteles hasta anuncios espectaculares, suelen ser un reto en el mundo del diseño y la impresión, sobre todo cuando la persona que tomó la fotografía no tuvo el cuidado suficiente al tomarla y no pensó en que un archivo de este tipo debe tener una calidad específica.
Hace años era muy recomendable utilizar una cámara de gran formato para estos casos, y aunque en la actualidad existen cámaras digitales de gran formato, estas son muy costosas y pueden ser sustituidas por una cámara réflex digital profesional o de gama alta, siempre y cuando el fotógrafo sepa sacarle el mayor provecho.

Entre los puntos clave que hay que tener en cuenta, se encuentran los siguientes:
La nitidez y el enfoque son la base para poder decir si una foto está bien tomada, y por supuesto, son aspectos esenciales para lograr una impresión en gran formato de buena calidad, ya que cualquier fallo en este punto será mucho más evidente al verlo en grande. Algunos tips para lograrlo son:
Primero que nada, asegúrese de que su lente está limpio. Suena tonto, pero las ópticas sucias son detonadores de numerosos dolores de cabeza.
Hay que eliminar cualquier tipo de temblor en la cámara, sobre todo cuando utilicemos velocidades de obturación lenta. Para ello, es esencial el uso del trípode, e incluso de un disparador o temporizador, cuando la escena lo requiera.
Si no tiene trípode a la mano y debe tomar la fotografía a pulso en una escena no muy iluminada, es mejor activar la opción de disparo continuo, para obtener muchas imágenes y asegurar la toma. Otro truco es enroscar la correa de la cámara a la mano o brazo, ya que esto reducirá la vibración, o el aprovechamiento de apoyos provisionales como una pared, roca, auto, etcétera.
Cuando se trabaja sin trípode, es muy recomendable el uso de un lente con estabilizador de imagen, ya que compensa las vibraciones en la cámara y algunos de los movimientos en la escena. En este punto, es fundamental estar conscientes de que al momento de adquirir una óptica no debemos andarnos con miramientos monetarios, porque la mayoría de las veces, la calidad final de nuestra imagen va a depender más del lente que usamos que de la cámara en sí.
Tenga en cuenta la profundidad de campo, cuando deseamos tener una gran profundidad de campo nos vemos obligados a cerrar el diafragma lo más posible, y por lo tanto a usar velocidades más lentas.
No se recomienda el uso de ISO mayores a 200, ya que mientras más grande es, más ruido tendrá nuestra foto. Evite en lo posible incrementar la sensibilidad del sensor, incluso con luz escasa, aunque nuestra cámara nos pueda dar rangos de hasta 3200 o más. En ocasiones el ruido digital puede ser reducido mediante filtros utilizados en aplicaciones para retocar en la postproducción de las fotos, pero en el caso de las imágenes a gran formato no es tan recomendable someterlas a demasiadas manipulaciones.
Lo anterior puede ser un reto si nuestro sujeto está en movimiento, lo cual nos obligará a usar velocidades más elevadas. En este caso, antes que elevar la sensibilidad ISO, es más recomendable abrir nuestro diafragma aunque se vea afectada nuestra profundidad de campo. He aquí otro aspecto importante para no escatimar en la calidad de nuestros lentes, ya que para lograr mayor nitidez es fundamental adquirir ópticas luminosas, que lleguen a aperturas de diafragma de 2.8 o más.
A menos de que en su fotografía desee lograr un efecto específico con una óptica larga, evite en lo posible acercarse mediante el zoom; en este caso sus pies serán más efectivos para lograr fotos de mayor calidad, ya que mientras más se acerque a la escena con el zoom, más sensible a la vibración será su cámara y las tomas saldrán más movidas.
El uso del zoom es recomendable para comprobar el enfoque correcto de la imagen cuando estemos enfocando en modo manual. Evítese decepciones al llegar a ver sus imágenes en la computadora, y al tomar la foto haga un acercamiento lo más grande que pueda a su sujeto, ajuste el enfoque y vuelva a abrir la escena.

La nitidez y el enfoque
son aspectos esenciales
para lograr una impresión
en gran formato de alta
calidad. Cualquier fallo
será mucho más evidente
al verlo en grande.

¡Tome sus fotos en formato raw!
Así, con negritas y en un título aparte. Los fotógrafos profesionales saben de la importancia de tomar sus fotos en este formato. Los aficionados suelen preferir el jpg por varios motivos, entre ellos que los archivos son más pequeños y que no requieren de un sotfware especializado para visualizarlos o retocarlos.
Si está usted pensando en comprar una cámara para su negocio, deberá estar consciente de que tendrá que ser una réflex digital, o cuando menos una compacta “de gama alta”, siempre y cuando disponga de un formato raw sin compresión o su equivalente, además del jpg clásico.
Muchos denominan al formato raw como un negativo digital, porque a diferencia de otros formatos de imagen, éste no se comprime y se toma tal cual la percibió el sensor de la cámara, sin la pérdida de datos causada por la compresión, como en el caso del jpg. Almacena como mínimo 12 bits.
Aunque lo ideal es tomar la fotografía con todos los parámetros bien establecidos y calculados, y no perder mucho tiempo en la postproducción, a veces no tenemos la posibilidad de hacer una toma perfecta. Ante esto, la mayor ventaja del raw es que podemos hacer cambios (no milagros) que nos ayudarán a mejorar bastante nuestra imagen sin que pierda calidad.
Cada marca de cámaras tiene su tipo de formato RAW, y dependiendo de la marca, la extensión será diferente, por ejemplo: Fuji usa .raf; Canon usa .crw y .cr2; para Minolta es .mrw; para Nikon, .nef y nrw; Olympus, .orf; Pentax utiliza .ptx y .pef; Panasonic, .raw y .rw2.
Una de las mayores dificultades con este tipo de archivos es que muchas veces no se pueden abrir tan fácilmente como un jpg, sobre todo si se trabaja con Windows. Actualmente ya hay varios programas para trabajar con ellos, como Adobe Lightroom, las últimas versiones de PhotoShop, PhotoLine y los programas que vienen con cada cámara (aunque suelen ser poco prácticos).
Otra opción es convertir los archivos raw a dng. Este formato puede ser leído por la mayoría de los programas de procesamiento de imagen, y el programa para convertir las fotos, el DNG Converter, puede bajarse de Internet de forma gratuita.

Al entregar sus fotos
Antes de entregar los archivos para impresión, debe tener en cuenta que todas las manipulaciones de exposición, ruido, enfoque, balance de blancos, equilibrio de color, etcétera, deberán hacerse directamente sobre el archivo raw, para que no pierda calidad, y sólo al final, ya que consideremos que no necesita más arreglos, guardarla en formato jpg para su impresión.
El tamaño y la resolución requeridos para este fin dependen de la resolución de salida del equipo de impresión, no sirve de gran cosa entregar una imagen en 300 dpi si se va a imprimir en un plotter que lo hace a 72 dpi.
Entonces, antes de establecer el tamaño final y la resolución de la foto para guardar el jpg, lo más conveniente es consultar con el impresor las especificaciones para la entrega del material.

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